FLASHBACK: "23 Noviembre de 2010. Siempre nos habla de 'Celipinas'. Algún día vendrá con nosotros allí también. Mientras, hoy, la abuela chavetas vuelve a tener a toda la familia rodeándola de nuevo. Es su cumpleaños y no habrá jamás nadié en nuestra vida que haya aportado tanto como esta pequeña luchadora. Siempre vendrá con nosotros de viaje, incluso al país más lejano y aislado del mundo..."
NOTA IMPORTANTE: Esta guía/diario está pendiente de una revisión ortográfica y semántica importante que haremos en próximas fechas. Fue realizado con el fin de servir como "cartas a la familia". Disculpad mientras si dedicáis unos minutos a su lectura.
Hoy, cuando demos por finalizado este relato, cerraremos este ordenador, apagaremos la luz y miraremos hacia la lejanía con una enorme y preciosa luna iluminando una inmensa laguna coralina. Estamos durmiendo en una isla "boomerang", en un lugar lejao de los Mares del Sur, con casi nada a nuestro alrededor. Estamos durmiendo en el que ha sido durante muchos años uno de los lugares más remotos del planeta, en plena Polinesia. Estamos en Tuvalu.
Es posible que solo fuera una casualidad, pero hoy cuando nos levantamos de la cama y desayunamos en la preciosa bahía de Lami en Fiji (65 FJD), decidimos coger un taxi al aeropuerto con algo de antelación y facturar rápido. Apenas vamos unos cuantos "tuvalenses", un chino cudeiro y un mochilero despistado en el avión de Air Pacific que va a la isla de Funafuti.
Y decimos "es posible que solo fuera casualidad" pero el vuelo de Air Pacific cuya salida estaba programada para las 10'00 despegaba en torno de las 9'15 de la pista de Nausori en Suva, dejando atrás algún pasajero no tan previsor. !!Seguimos alucinando con el tema de los vuelos !! Aquí, además, no nos querían dar las tarjetas de embarque. El motivo es que tienen que comprobar que hace un tiempo óptimo para que aterrice el avión, sino no sale. !Pero salió!
El trayecto apenas dura 2 horas y 20 minutos, pero ya en cuanto comenzamos el descenso, comenzamos a divisar lo que será nuestro cobijo las próximas dos noches (tocamos madera). Estamos viendo una preciosa isla atolón en forma de boomerang que parece contener una laguna interior. Realmente espectacular
Han pasado ya más de 20 años desde que pisaramos por primera vez tierras de la Polinesia. Entonces lo hacíamos en Hawaii con los padres de Isaac y Miriam, uno de los tres triángulos que delimitan este área del planeta. Hoy lo hacemos en Tuvalu, antiguas Islas Ellice y país insular con una altura máxima de 5 metros, siendo, después de nuestras queridas Maldivas (2 metros sobre el nivel del mar), el país con la menor altura máxima.
Además, hace un día de sol de los que gustan cuando tomamos tierra en el único lugar donde podría caber una pista de aterrizaje, en una pequeña zona más ancha que el resto de la isla. Hay un par de banderas rojas a ambos lados. Estos significa que el tráfico está parado y mucha gente se encuentra esperando, como si se tratase de un paso a nivel de tren. Incluso algunos niños saludan al detenerse el avión en la pista.
Aunque es un poco cachondeo, porque el aeropuerto no está delimitado por ningún lado, nos redirigen a la "terminal" para pasar el control de inmigración y pasaportes. Aquí rápido nos damos cuenta que pagaremos todo en Dolares Australianos, ya que no tienen nsiquiera un propia moneda.
Estas islas, como Vanuatu e Islas Salomón, fueran descubiertas por los españoles en 1568 (como no, por Alvaro de Mendaña y Neyra), aunque ya estaban habitadas desde comienzos del primer milenio a.C e incluso algunos comerciantes de esclavos y balleneros procedentes de Perú las visitaban frecuentemente.
Fué ya en 1819 cuando el capitán de New Arent (o Peyter), en un viaje de Valparaiso a la India, descubriría el atolón de Funafuti, la capital, donde se encuentra ahora un grupo de 14 islas y bajos de arenas. Le pondria el nombre de Ellice. Posteriormente el colonianismo británico (vuelven a conducir por la izquierda), las uniría a Kiribati hasta que los isleños votarian en 1974 su seperación de las Islas Gilbert (que se convertirian en Kiribati), y su independencia definitiva en 1978 del Reino Unido
¿Y donde puede uno alojarse en un lugar como este? Pues la verdad es que no hay muchas opciones, ya que hay una serie de guesthouse perdidos, un tal Filamona al lado del edificio del Aeropuerto (que ya se ha convertido en el edificio de artesanía hasta el próximo jueves con la llegada del próximo avión una vez despegado de vuelta el que nos trajo) y un hotel del gobierno llamado Vaiaku Lagi Hotel, apenas a 100 metros de la pista (no creo que nos molesten los aviones, jaja) que tiene unas 16 habitaciones. ésta ha sido nuestra elección.
Estamos del lado que da a la laguna, en una modesta habitación con aire acondicionado (!!NECESARIO!! Volvemos a asarnos como pollos. 30ºC y muchisima humedad), un par de camas, una neverita y un baño (con agua del tiempo, no caliente). Si dispone de 24 horas de electricidad. Lo suficiente para caer rendidos por la noche.
Aquí también se sirven desayunos, comidas y cenas, por lo que si no encontramos donde hacerlo, siempre nos quedará tirar del servicio de cocina, por muy estilo chino que sea.
Lo primero que hemos hecho es localizar a alguién que tenga un bote y no hemos tardado mucho en conseguirlo. Le hemos alquilado para mañana un paseo por el área de conservación de Funafuti, algo que no nos perderemos por nada del mundo.
ORGANIZANDO SOBRE LA MARCHA:
Hoy no organizaremos nada. Si salimos el Jueves, el Viernes iremos hacia Tonga intentando alcanzar el archipielago de Vavau
Hemos mirados opciones para Tonga y para intentar simplificar hemos pedido precio a la agencia Jonas que nos ha debido ver cara de tontos y quería tomarnos el pelo, así que seguimos nuestra filosofía de viaje y finalmente hemos cogido un vuelo interno con Chathams y un alojamiento en una tal Toni Guesthouse. Había alguna otra opción, pero esa puede ser razonable
Tras eso, hemos salido a patear Vaiaku y la zona terrestre de Funufati. ¿En bus? Solo hay uno y no funciona. ¿En taxi? Solo hay 4 en toda la isla. ¿Como? Pues hay servicio de motos a 10 AUD la hora, y bicicletas, pero nosotros somos andadores por defecto.. asi que .. a patear se ha dicho, que es la mejor manera de explorar
Y lo primero que hemos encontrado ha sido lo mejor que podía encontrar Isaac que colecciona monedas de todos los países, el Banco de Tuvalu (abre de 10am a 2pm de lunes a jueves). Este país usa el AUD (y !!NO ADMITE TARJETAS DE CRÉDITO!!) pero sin embargo si que existen las monedas de Tuvalu de varios centavos y 1 dolar. Coexisten con el dolar australiano y están en pleno vigor, así que unas cuantas para la buchaca. ¿A que no sabeis que tiene como figura la de 1 dolar? !!Una tortugaaaaa!!
El paseo por la parte que da a la laguna resulta muy agradable a esta hora, a pesar del calor. El agua se ve cristalina y transparente, con un azul precioso que parece que pidiese a gritos un chapuzón. Y lo haremos, más tarde, seguro.
En cualquier caso, se puede observar el efecto devastador del calentamiento global y la erosión de la subida del nivel de las aguas. Apenas queda playa donde antaño existió una de arenas blancas. Mucho nos tememos que mañana veremos efectos más trágicos de todo esto.
El pequeño muelle de esta zona, que permite el transito a islotes cercanos, se encuentra vacio en estos momentos dejando una imagen un tanto bohemia
Seguimos hacia el lado Sur de la isla, y nos encontramos con una pequeña biblioteca. Allí nos invita a pasar la chica que lo regenta, Ane, con quién tenemos una charla de lo más agradable. Casi toda la documentación de lo que es y fué Tuvalu se encuentra allí, además de otro tipo de libros donados por diferentes organizaciones a lo largo de los años.
Tiene además un libro de visitantes. Al contrario que el de Uepi, por ejemplo, que tenia unas 6 o 7 página rellenas con Australianos, aquí apenas tiene una y algo en lo que lleva de año. Tuvalu ha sido durante años el país más aislado del mundo y actualmente sigue siendo el que menos visitas recibe con menos de 2000. Hasta la Antártida recibe más, con casi 50.000 al año. Lo que realmente nos sorprende es ver como un españolito, Alex (manifiestate si algún dia lees esto) se ha ido hoy en el avión que nos ha traido a nosotros. !!INCREIBLE COINCIDENCIA!! Seguro que no vuelven españoles en años...
Hay una zona de la biblioteca que no tiene acceso publico, pero que Ane se siente orgullosa de mostrarnos. Son todos los archivos, muchos todavía sin clasificar (hay una dura tarea), de la época cuando Tuvalu era una colonia británica. Esos papeles valen oro pues muestran las epocas en que las Islas Ellice (su nombre colonial) eran administradas por Reino Unido como parte de un protectorado (1892-1916) y posteriormente como parte de las Islas Gilbert y Ellice Colonia (1916-1974)
Seguimos avanzando por una especie de carretera y dejando pequeñas casas de chapones o madera a los lados, hasta llegar al Tuvalu Philatelic Bureu que acaba de volver a abrir (tiene un extraño horario de 8-12'30 y 13'30-16'00). Esta oficina filatélica de Tuvalu, en uno de los extremos del municipio de Funafuti, es uno de los lugares más valiosos del país y un paraíso para los coleccionistas de sellos. Desde que en 1975 Tuvalu se separara de Kiribati han generado una serie de emisiones de sellos con diseños únicos y originales creando un catálogo valoradisimo en el mundo. Por supuesto, nos llevamos alguno y postales (22 AUD)
Aquí hemos conocido también a una "tuvalunesa" que !!habla español!!. La razón es que está estudindo Medicina en Cuba y se encuentra estos días aquí de vacaciones y al oirnos, rápido ha venido a mantener una conversación y no olvidar el español.
Hacia el Sur no podemos seguir, así que volvemos por la calle paralela que transcurre cerca de la pista del aeropuerto. Será complicado ver otro avión por aquí hasta que vuelva el nuestro (volvemos a tocar madera), y ahora no deja de ser una mera pista asfaltada donde la gente hace su vida. Aunque parezca absurdo, es la primera vez que nos encontramos en la pista principal de aterrizaje de un Aeropuerto. !!Abrochense los cinturones que vamos a despegar!!
El hambre comienza a notarse, pero aquí no hay demasiadas opciones para elegir. Por lo que leemos, apenas un sitio de snacks, un tal sunsetbar, nuestro hotel y el filamona lodge, el otro gran alojamiento de toda Fongafale. Como nos queda de camino, y esta al lado del edificio del Aeropuerto, elegimos este para comer algo.
La comida del país cuenta con una importante influencia del mar, con cazuelas de marisco o pescado, mucho arroz y postres basados en el coco y la banana. Las opciones no son tampoco demasiado variadas, y en el menu de hoy hay para elegir lo que pedimos nosotros, una especie de pescado rebozado y un arroz con huevos, y escasamente alguna cosa más. Tampoco es tan caro como pensabamos, pues lo dos platos, un agua y una cerveza apenas nos sale por 16 AUD.
Mientras comemos leemos sobre el atolón de Funafuti. Nosotros nos encontramos en la isla principal de Fongafale pero alrededor de la laguna hay otras trece islas más. En cualquier caso, los casi 5000 habitantes viven en Fongafale, que es donde se encuentran las oficinas del gobierno, la mayoría de tiendas y supermercados y la vida en general. Desde el puerto principal salen barcos hacia Amatuku, Fualefeke y Funafala, las otras únicas islas habitadas.
Es precisamente en el Post Ofice del Edificio del Gobierno, justo al lado del Vaiaku Hotel, donde echamos unas postales con unos sellos que valen oro. ¿A quién irán dirigidas?
La parte trasera de la terminal del Aeropuerto ahora es el Women's Craft Centre, un centro de artesanía que ofrece una pequeña variedad de collares, cestas y corales típicas de la cultura de la Polinesia. Algo nos llevamos también, aunque no hay nada que nos emocione (4 AUD)
Pero lo que más nos interesa es conocer como vive esta gente tan aislada del mundo, y para ello lo primero que hacemos es entrar en alguno de sus multiples tiendas y supermercados
Quizás con algo más orden que en alguna parte de África, pero como básicamente productos de primera necesidad, los "tuvalenses" conciben un negocio como este tipo de tienda. No existe otra. No existen relojerias, no existen bares, no existen tiendas de ropa, no existen zapaterias... (ACTUALIZACIÓN: Más información al respecto del porqué el DÍA 17 de viaje)
Nos crea curiosidad ver ciertos objetos. Aquí se alquilan COPIAS DE DVD para el ocio personal, o se venden artículos tan apreciados como un generador dieses de 2KVA. Lo que nosotros vemos normal, para ellos es un artículo de lujo
Las carreteras se encuentran en muy buenas condiciones y eso nos llama especialmente la atención, con lo que estamos viendo a nuestro alrededor. Aquí hay una razón fundamental. ¿Alguién ha pensado que dominio podría tener Tuvalu en internet? Efectivamente es .tv, uno de los dominios más interesantes tanto para las televisiones como para los sitios pornográficos que tanto dinero mueven. En el año 2000, tras una dura negociación, el gobierno de Tuvalu vendió a la empresa doTV (una filial de VeriSign) la gestión del dominio durante 12 años, a cambio de 50 millones de dolares estadounidenses. Estos ingresos aportaron a uno de los países más pobres del mundo una ayuda a mejorar la infrastructura vial y dotar al país con las carreteras que hoy vemos, aunque haya supuesto la oposición de mucha gente, la mayoria cristiana, que ve el dinero como algo impuro.
Y es que, como en todos los países que hemos visitado hasta el momento, aquí el cristianismo es algo muy arraigado, y el hecho de que muchos dominios .tv estén asociados a la pornografía no está bien visto.
Vemos iglesias de todo tipo a lo largo de nuestra pequeña ruta improvisada, incluso alguna especie de iglesias-colegios, donde algunos niños hacen su vida en estos momentos
Llegando al extremo Norte del municipio, topamos con el Darwin Point, un sitio de perforación donde los científicos tratan de probar la teoría de Darwin sobre la formación de los atolones. Parece ser que esta teoria ha demostrado ser correcta y que evidencia de volcanes sumergidos se encontró después de perforar a una produndidad de más de 1000 pies.
Hemos llegado al lado opuesto a la laguna, donde el mar azota fuertemente la costa en estos momentos. Estamos a muy pocos metros sobre el nivel del mar, y solo pensar en el efecto que pudiera causar la elevación de las aguas mete miedo. Sigue pegando fuerte, y una coca cola con algo de azucar nos vendrá bien (1.30 AUD)
Hemos visto el Banco, la Oficina Filatélica, el Centro de Artesanía de Mujeres, las opciones para comer, las tiendas y supermercados, los otros usos del aeropuerto, algunas iglesias, algunas plantaciones de cocoteros, algunos edificios de diferentes usos como el Wester Union, un Hospital, un emisor de satelite y la casa del defensor del pueblo, y de vuelta en nuestra ruta acabamos viendo un centro de Cruz Roja Internacional y el Town Council, donde logramos algo más de información sobre el país
Y no hay más. Esto es Tuvalu. Pero entonces, ¿a que "carallo" se dedican los "tuvalenses" en sus vidas?. De momento los hombres a poca cosa, porque lo unico que hemos visto son mujeres al cargo de la recepción del hotel, del edificio del gobierno, de la biblioteca, de la oficina filatélica, de los supermercados y de los sitios de comida.
La gran mayoría de los habitantes de este curioso país "boomerang" se dedican a andar en moto todo el día. Aquí solo hay motos y algún coche suelto.
Todo el mundo tiene una moto. De hecho, en nuestro hotel hemos hablado con una chinita representante de una marca de motos, a la que han enviado a la aventura a ver si se traia algún cntrato de aquí. Y es posible que lo consiga, pues otro de los motivos de la enorme obsesidad que vemos a sus gentes, es que hasta las amas de casa no dan un paso sin coger la moto para hacer sus recados. ¿Quién dice deporte?
Quién no anda en moto, se dedica a abrir negocios. ¿Cual? El único de la isla, un supermercado. Alguno hasta se atreve a poner carteles "capitalistas" de competencia, jaja
A los niños, que se conoce que no les dejan todavía conducir, son a los unicos que se les ve calle arriba y abajo. Todos saludan con un "talofa" (hola). Son una ricura. Mientras, hemos encontrado a los hombres. Todas las casas tienen enormes hamacas (algunos se han sacado hasta la cama fuera). Los hombres de Tuvalu podrían ser perfectamente los más vagos del planeta...
Otra cosa que nos crea enorme curiosidad, es ver como en cada casa hay un rincón con unas flores, e incluso en algunas enormes làpidas conmemorativas. Muchos lugareños !!entierran a sus familiares en la entrada de su casa!! No nos pregunteis. No podemos llegar a comprenderlo
Intuímos que uno de los grandes entretenimientos del habitante de Tuvalu, por lo que hemos visto ya, es ver películas PIRATEADAS. Hemos encontrado una tienda con una grabadora de DVD, que se dedica a vender copias de las peliculas expuestas...
También notamos una cierta preocupación por el tabaco, con muchisimos carteles de advertencias sobre lo que produce en las personas. Incluso alguno bastante significativo
Aunque pobres, a las casas no les falta de nada. Tienen su depósito de agua, su pequeño jardin, su electricidad 24 horas, sus papeleras (suponemos que habrá recogida, pues está muy bien distribuidos) aunque todavía no tienen agua potable, el que tienen es de la lluvia. !!Una factura menos a pagar!!
Finalmente, con tanta moto y tanta necesidad de generar energía, nos hemos interesado en buscar una de las dos únicas gasolineras del municipio y hemos dado con ella. Lo regenta un tuvalés que se ha comido a otro (de lo grandeee que está). Los precios no son tan desorbitados como podíamos esperar, ya que el litro de Diesel, por ejemplo, ronda entre los 1.80 y los 2.00 AUD, con las dificultades que tienen para obtenerlo.
Para quién nos conoce, especialmente a Isaac, sabe que para nosotros UN DIA COMO HOY es lo máximo a lo que puedo aspirar como viajero, un país auténtico, no adulterado. Es posible que no haya grandes atracciones, ni grandes visitas, ni grandes monumentos, ni grandes museos, pero el solo hecho de poder explorar, investigar, hablar con su gente, saludar a sus niños, patear y descubrir por uno mismo sin que ninguna guia te lo diga NO TIENE PRECIO POSIBLE
El día tiene que acabar, donde tenía que acabar...
.. y es pegándonos ese chapuzón merecido en esa laguna de azul turquesa en la que solo se echa en falta esas arenas blancas de otros parajes.
Venir a Tuvalu no ha sido un accidente. Tuvalu ha sido durante años el país más aislado del mundo. Es el cuarto país más pequeño también tras la Ciudad del Vaticano, Monaco y Nauru. Es el segundo del planeta en riesgo a desaparecer por su poca altura respecto al nivel del mar tras Maldivas. Es el de menos visitas del mundo, apenas algún viajero despistado. Es el país del .TV. Es el país, para algunos, más aburrido del mundo, sin cines ni otro tipo de ocio ni lugares a los que escaparse ni espacio para casi vivir....
Es por ello, y por la preciosa luna que nos acompaña esta noche iluminando su laguna, por la que nos sentimos tan afortunados de haber podido llegar hasta aquí. Salir no sabremos si lo podremos lograr, pero de momento, hoy ha sido de esos días que tardaremos muchoo, MUCHOOO TIEMPOO en olvidar.
Isaac y Paula, desde Funafuti (Tuvalu)
GASTOS DEL DIA: 65 FJD (apróx 29,55 EUR) y 47,30 AUD (apróx 15,04 EUR) [y REGALOS: 26 AUD (apróx 22,61 EUR)]