Siguiendo la ruta del viaje a Argentina , Uruguay y Antártida 2009, las aventuras me llevan a uno de los lugares más increibles que jamás he pisado, Cabo Polonio.
Cabo Polonio es un lugar que se caracteriza por su particularidad. No es como cualquier centro turístico. No llega la electricidad, por lo tanto no hay luz eléctrica. Apenas algunos lugares tienen un generador de electricidad pequeño a gasolina que funciona en contadas horas del día. Hay tan solo dos posadas y son sólo eso, posadas, ni hoteles, ni cabañas, ni departamentos para alquilar.
Por ello, elegir mi alojamiento no fué dificil, cayendo en el Cabo Polonio Hostel, ubicado en la playa de la Calavera, llamada así porque antiguamente los indígenas que habitaban estas tierras arreaban el ganado vacuno hasta aquí, donde lo faenaban, vendiendo los cueros a los barcos europeos y arrojaban los restos al mar. Con los años las doradas arenas del cabo blanqueaban cubiertas de huesos de calaveras de vacas.
El hotel dispone de cuatro habitaciones, todas con vista al mar. Me alojaré en una de las habitaciones compartidas realizando la reserva, aunque tienen página webpropia, con Fernando Semproni e Indoor Uruguay, quién me ayudo con alguna otra cosa de mi estancia por el pais.
El precio orientativo ronda entre los 15 $USD y los 20 $USD por cama y noche.
Su ubicación es un sueño, ya que el Cabo Polonio Hostel, a escasos 100 mts del centro y los botes de pesca, está montado sobre la misma playa con magníficas vistas a las dunas, las islas y el Océano Atlántico.
Las habitaciones, aunque básicas, están perfectamente equipadas. Al aldo hay baños y cocina con agua corriente, luz de 12 volts provista por paneles solares en todo el hostel, duchas con agua caliente, servicio de bar, restaurante, excursiones guiadas, caballos, reposeras y sombrillas propias para disfrutar más horas del mar.
No tiene cabida hablar de limpieza, ya que estará permanentemente lleno de arena de la playa y salitre.
Ya de vuelta, hazte una “VISITA GUIADA“ del hotel conmigo, como siempre …
Entrar en Cabo Polonio, como conté en el relato, fué como entrar en un cuento por un día. No hay calles definidas, ni reglas, ni electricidad, ni planes urbanísticos. Si no fuera porque me vino a recoger María (una joven uruguaya que ayuda al dueño, Alfredo, a regentar el local), me hubiese pasado un buen rato para llegar a mi ubicación, un lugar privilegiado al lado de la playa.
Allí me encuentro con una rústica casa de madera, en plena arena de playa, con su cocinita, sus baños, su mesa para charlar, cenar o disfrutar de una buena vista y "medio cartel" que reconoce el lugar como un "hostel"...
Las habitaciones no desentonan con el resto del alojamiento. Pasaré la noche en una litera de un habitaculo pequeño y básico, pero limpio. No hay demasiado espacio, pero si lo justo para pasar la noche.
El baño se encuentra al lado de las habitaciones. Dispone de agua caliente, aunque te sugieren no dejar el grifo corriendo, así como no tirar de la cadena a no ser que sea estrictamente necesario. Además se puede observar alguna "extraña" decoración y algún "pequeño desorden" en la parte trasera del mismo.
En la parte principal se realizan las principales actividades, allí se puede tener una conversación agradable con María o Alfredo, tomar algún refresco, disfrutar de la cocina, leer, observar el mar o simplemente descansar en la hamaca.
¿Lo recomendaríamos? Pues yo se que alguno se me echará al cuello pero... SI, ROTUNDAMENTE SI. Es uno de los lugares más encantadores y una de las mejores experiencias que he disfrutado en un viaje. Quizás por su ubicación, quizás por su misteriosa, mágica y pintoresca vida. No sabría explicarme pero, queda recomendado por CHAVETAS.ES, sin duda alguna.
Isaac, desde Cabo Polonio (Uruguay)
Jejeje... mira que Cabo Polonia es uno de esos "rincones" apartados del mundo. Un sitio increible, coincido totalmente. Un bicazo!!
Casualidades de la vida yo me alojé en el "hostel" (más bien cabañita) de al lado!! El mío se llamaba Hostal del Cabo. Es un sitio increíble