La hospitalaria tribu Masai

Uno de los bosques de Elefantes y Búfalos más impresionantes vistos y conocido en lengua Masai como el "Bosque de los niños perdidos" se encuentra cerca de una colina adentrándonos en Masailand. Hoy llegaremos a Loita Hills, y ¿quién sabe? quizás podamos pegarnos un baño en los manantiales de aguas conocidos por los Masai como Maji Moto, cerca de donde intentaremos acampar. ...

La noche en el crater Melani ha sido muy fría, pero las bolsas de agua caliente en la cama han hecho muy bien su función. Sin madrugar mucho, tras desayunar, ponemos rumbo a tierras Masai, esas que tanto estamos deseando tocar desde hace varios meses cuando decidimos, por fin, plantearnos este viaje.

La primera paradita la hacemos a medio camino, subiendo hasta los 2.600 m. El paisaje ha vuelto a cambiar y nos encontramos una "extraña fruta", ese baño improvisado que siempre hace falta y el amable saludo de un lugareño con su rebaño

Ayer comentabamos que las carreteras de Kenia eran horrorosas. Nos quedamos cortos. Son peor que eso. Recorrer apenas 200 km y tardar 6 horas es más que normal. Pero lo que tiene delito es que la que lleva a las puertas del archiconocido Masai Mara esté en un estado lamentable. Los coches van buscando los arcenes, los caminos alternativos y lo que se puede, con tal de evitar los baches de un asfalto de hace "siglos". Se nos ha quedado el culo plano de tanto traqueteo.

Parece ser que las empresas de origen extranjero, especialmente ingleses, americanos y australianos, que utilizan avionetas (hay hasta 7 aerodromos en Masai) pagan al gobierno (corrupto a más no poder) para que no se mejoren las mismas y así poder cobrar verdaderas burradas para los traslados. Y así siguen haciéndolo.

En un punto del camino giramos a la izquierda. El camino es de tierra, y nuestro confort mejora. A lo lejos empezamos a divisar las primeras jirafas masais, distintas a las reticuladas que vimos en Samburu. Estamos en casi en las puertas de un parque natural sin limites

Casi tocamos nuestro destino de hoy, estamos en la base de las Loita Hills o Colinas Loita, y vemos una pequeña acumulación de agua donde Leshan nos dice que se acumulan los animales por la noche para beber. Es el final de un pequeño manantial de agua caliente o de aguas termales que aglomera a varios lugareños masais haciendo su aseo personal. A la noche volveremos

Podemos observar también la cordillera de Mau Escarpment. Realmente no es más que un obstáculo geográfico en el camino que salvar para llegar a las tierras deseadas, pero tiene un significado especial para Kenia. En 1920 los kikuyu (el grupo étnico más númeroso en Kenia con 5 millones de personas -el 20% de la población-) iniciaron la oposición a la colonización de los británicos (que ya vieramos el DIA 1 en el vuello a Nairobi). Tras varias represiones, no sería hasta 1946 cuando J.Kenyatta fundara la Unión Africana de Kenia, expresión política de los kikuyu y liderará la lucha por la independecia. Fué en esta cordillera, Mau Escarpment, donde encontraríamos uno de los últimos reductos de la guerra de la independencia, que se lograría finalmente en 1963.

Leyendo esta pequeña parte de la historia de Kenia, y casi sin querer, estamos penetrando en las magníficas tierras denominadas Masailand, un extraordinario escenario natural donde comenzamos a volver a ver vida animal en medio de sabanas, tierra de acacias y aloes.

Paramos a 50 km de la puerta de Masai Mara, en Loita Hills, en el Maji Moto Camp. Nuestro alojamiento de hoy serán unas pequeñas tiendas de campaña a lo alto de la colina, en lo que representa el sueño de dos personas, Hellen Nkuraya y el jefe Salaton Ole Ntutu, por construir el futuro de las nuevas generaciones masai. Se trata de un Eco Camp que apuesta por el desarrollo sostenible y por contribuir a proyectos de desarrollo humano masais

La verdad, es que aunque aquí el grupo tiene división de opiniones, a Paula y a Isaac nos ha encantado. Es una especie de pequeño poblado sencillo, con unas tiendas de campaña, unos baños curiosos, una cocina, unas duchas sencillas y un comedor viendo al fondo la amplia llanura, todo ello conviviendo con unos pocos masais que se hacen cargo de todo

Quizás la comida es lo menos "apetecible" ya que aunque el lugar para hacerlo es muy agradable, el cocinero se ha pasado un poco con la pasta... (aunque por ser honrados, a la noche cenamos de lujo. Habría que vernos pegándonos como buitres para comer como locos un pequeño postre por la tarde pensando en la cena)

A lo lejos podemos observar desde la colina lo que nos espera en futuros días, ya tierras masais. La amplia llanura con un paraje diferente, ya comienza a dejar caer alguna ñu, cebra, gacelas o jirafas perdidas. Y es que Masai Mara no tiene limites, ni cerramientos, sólo el que el propio habitat necesite

Unas pequeñas colchonetas improvisadas permiten una buena siesta con las mejores vistas posibles. El calor no es sofocante, y el viento a esta altura comienza a levantarse y ya no parará hasta la mañana siguiente

A media tarde, salimos con un masai a conocer las costumbres locales. Los masai son el pueblo más conocido y mítico del África negra. Leemos que cuenta la leyenda que Dios creó a los masai y al ganado para que viviera con ellos, como derecho divino. Un día de escasez de lluvia, un grupo descubrió a Ole Mweia en lo más alto de los montes de Ngong en el lado del Gran Rift Valley, un anciano enviado por Dios para traer la lluvia y predecir el futuro. Fué el primer "laibon" o profeta masai y siguen aconsejando a éstos en la guerra y en la paz e influyendo tanto que se cree que el pueblo Masai es el pueblo escogido, la tribu perdida de Judá.

Leyendas aparte, los masai no son muy diferentes a los SAMBURU que conocieramos el DIA 3 del viaje. Los Masai sin embargo cazan por diversión y como protección. También adoptan esa postura tipo "cigüeña" que tanto hemos visto.

Nos muestras las plantas de la zona, las que utilizan para hacer sus medicinas y propia "magia", entre ellas la alloe vera que tanto conocemos en España y nos enseña también la planta que ningun animal come que utilizan para poner veneno en la punta de las flechas y lanzas.

Precisamente éstas, las flechas, son las que les permiten defenderse. Los Masais, en general, no cazan, sino que utilizan sus flechas y armas para defenderse de posibles agresiones de animales, pero tienen sus propios rebaños y su propia ganaderia.

A ver Isaac, preparado, listo .... !ZAS! Al suelo... -1 metro. ¿Pero como es posible? Segundo intento... !!! ZASS !! Al suelo. Pero que pasa aquí. Ahhhh vale, que no estoy cogiendo viendo el arco. Ahora por fin si, a la tercera es la vencida. ¿Y dicen que esto puede matar un elefante? En fin... ¿Tú que dices Paula?

Seguimos subiendo colina arriba y llegamos a un punto donde podemos ver el pequeño "oasis" de Maji Moto

El sol comienza a esconderse. En el campamento NO existe ni electricidad, ni comodidades. El baño no deja de ser una fosa séptica a la que hacer "tus propias necesidades" directamente, con un cierto olor desagradable. Pero es así, quizás eso permite disfrutar del encanto de un bonito atardecer o un farolillo para alumbrar una buena cena...

... pero especialmente, ahora que se ha levantado el frio y el viento, permite apreciar lo que un buen fuego puede calentar rodeado de una buena compañia masai.

Leshan quiere darnos una vuelta nocturna. Nunca olvidaremos ya la canción de estos primeros días en Kenia, pues nos acompañaría toda la noche. En la charca no hay animales todavía, pero nos acercamos a las termas. Maji Moto significa manantial de aguas calientes, y es debido a estas termas que emanan a pocos metros de la aldea, y ahuyentan los malos espiritus y tener buena suerte, todo ello bajo la luz de las estrellas (aunque algo descuidado por los lugareños)

La idea inicial era pegarse un bañito, pero la fría noche nos ha quitado las ganas. Eso si, el agua está mejor que bien.. a muchos le vendría bien meter las piernas aquí

El regreso por las colinas nos permite ver alguna liebre, los graciosos dik diks e incluso algún antílope. La impresión final que nos queda es que estamos lejos de un decorado, al igual que el otro día en Samburu. Es posible que en otros lugares de Masai Mara se realicen "shows" especialmente preparados para turistas, lógico por otro lado, como lo que nos encontraramos sin ir más lejos en el Lago Titikaka áquel DIA 8 con la isla de los Uros del viaje a Perú 2010. Eso no pasa en Maji Moto Camp, que no es más que el sueño y la lucha de dos masais (Hellen Nkuraiya y el jefe Salaton Ole Ntutu) por construir un futuro y dar una educación a las nuevas generaciones masai. Ojala lo logren. Mientras nosotros nos sentimos afortunados de poder haber contribuido a ello.

La noche ha abierto y deja un cielo precioso, que hasta una cámara puede llegar a recoger. Pocas veces hemos visto un cielo tan estrellado y que en medio de la naturaleza tuvieramos el privilegio de ver

Mañana nos adentramos buscando la zona más famosas de Kenia, la prolongación del Serengeti, la gran migración, los guepardos y alguna que otra sorpresa. Antes, estando estupendamente (familia, amigos y lectores, no os preocupeis) nos preparamos para dormir en este pequeño campamento en ruta a nuestro destino.

Paula e Isaac, desde Loita Hills (Kenia)

GASTOS DEL DÍA: 400 KES (apróx 3.36 EUR)