Valdez, el pueblo del olvidado territorio de España en Alaska

Si, lees bien, hasta en el punto más septentrional del planeta existen topónimos españoles. Valdez es hoy un pueblo de Alaska encajado entre montañas con picos de nieve perecedera en un entrante de Prince William Sound de aguas de azules intensos, rodeada de glaciares y vida silvestre. Quizás no sea la más bonita pero si tranquila y apacible al turista, muy diferente a la turística Seward de los cruceros. Lo que no esperábamos, aunque no nos extraña tras conocer las pericias de nuestros navegantes españoles siglos atrás en el viaje por los Mares del Sur, es que un navegante leridano llamado Fildalgo fuera el que diera origen a este lugar (y la cercana Cordova) cuando tomara posesión del territorio allá por 1790 enmarcado en las Expediciones de España en el Pacífico Noroeste

Antes, la mítica Richardson Highway se abre entre cañones de piedra y grandes desfiladeros enseñándonos un camino casi irreal con cascadas y parajes sacados de otro mundo.

La mítica Richardson Highway entre glaciares, desfiladeros y cascadas

Atrás han quedado las jornadas que nos despertábamos a las 6 de la mañana. Quizás el hecho de que algún mosquito que se nos coló ayer con las puertas abiertas en la Old Glenn Highway (nos despistamos) nos haya dado la noche hasta la cacería que iniciamos de madrugada puede tener algo que ver. El caso es que tras desayunar tranquilos, hoy hemos iniciado la marcha en torno a las 8.40, tras abandonar nuestro alojamiento estratégico pasado Nelchina, a tan solo unas 30 millas de Glennallen.

Si ayer era la escénica Glenn Highway o el buey almizclero procedente de la Edad de Hielo, los grandes atractivos del día, la jornada de hoy no iba a quedarse atrás.

ITINERARIO Y RESUMEN DEL DÍA:

La Richardson Highway ha sido la carretera del día llevándonos hasta Valdez con paradas tan interesantes como el glaciar Worthington o las cascadas Bridal Veil y Horsetail (+Google Maps con todas las paradas detalladas)

Distancia recorrida: 184 millas en autocaravana (tienes toda la info en "Alquiler de autocaravana en Alaska: comparativa y precios" o utiliza directamente el comparador)
Recomendación hotel (para viajeros coche+hotel): Best Western Valdez Harbor Inn

Glenallen no es un pueblo que merezca demasiada mención más allá de tener el honor de ser cruce de dos de las autopistas más importantes de Alaska. Bueno, miento, aquellos osados que se atrevan con una ruta de invierno podrán disfrutar aquí de la famosa carrera de 300 millas de trineos de perros de la cuenca del Copper. En nuestra caso ni hemos parado. Sí lo hemos hecho en un mirador que nos introduce un poco sobre la línea de ferrocarril construida en tiempos de la fiebre de oro de 1898 en Alaska, el famoso río Copper (ahora más por la pesca de su salmón rojo) y el área que estábamos atravesando

Estamos ya por la mítica Richardson Highway, una autopista de 368 millas de longitud (592 kilómetros) que une Fairbanks con Valdez (o mejor viceversa ya que las millas se cuentan al revés) que desde Glenallen entra en uno de los recorridos más espectaculares que existen en el país, lleno de cañones, desfiladeros, glaciares, cascadas y múltiples paradas con vistas al Wrangell-St. Elias National Park and Preserve que dejamos a nuestra izquierda (y sobre el que regresaremos)

Es difícil de transmitir en unas líneas pero, prácticamente solos en la carretera, es en este momento cuando sentimos de nuevo la verdadera Alaska, la más profunda, esa en la que pierdes hasta la cobertura móvil el resto de la ruta y las montañas te van abriendo camino para sentir la naturaleza más salvaje.

Parada tras parada, nos encontramos ya apenas a 30 millas de Valdez pero un gigante de hielo se alza en el camino sobre el horizonte. Se trata del glaciar Worthington y es exactamente en la milla 28.7 de la Richardson Highway donde emerge más imponente con dos grandes lenguas glaciares antes de adentrarte en el Worthington Glacier State Recreation Site

Tras del centro de interpretación donde ya es habitual leer reseñas de su retroceso, como en otros tantos glaciares de nuestra era, tomamos un sendero que nos lleva hasta una plataforma de observación. El problema surge cuando uno se da cuenta que ésta ya no sirve para demasiado pues la lengua glaciar solo se puede intuir a lo lejos. Se ve que en su momento si era de utilidad pero hoy hay que bordearla, a tu propio riesgo, y caminar entre los restos de la antigua morrena que ha dejado el glaciar

Piedras, arena, barro y todo lo que ha dejado la intensa erosión de la lengua se interpone entre nosotros y el hielo aunque el flujo de agua ha ido dejando pequeños lagos que hoy dejan un paisaje bonito a nuestras espaldas.

Retomamos la Richardson Highway dejando a los lados senderos que salen a múltiples puntos de interés para hacer trekking por parajes únicos. Es el caso de Blueberry Lake (milla 24.1) pero lo impresionante empieza a 16 millas de Valdez cuando la carretera apenas encuentra espacio para atravesar enormes desfiladeros. Es el cañón Keystone que ha dejado hasta viejos túneles excavados con "sangre, sudor y lágrimas" en plena fiebre del oro y que hoy sirven para actividades más atrevidas

No recorremos ni un kilómetro (milla 13.9) y ambos volvemos a gritar las palabras mágicas .. ¡PARA, PARA, PARA! Son unas cascadas a la izquierda de la carretera llamadas cascadas Bridal Veil por la forma de "velo de novia" que forman al caer ...

.. aunque es media milla más adelante a la derecha (milla 13.4), con un amplio apartadero asfaltado, las que más nos impresionan con su salto de más de 330 pies, las llamadas cascadas Horsetail o "cola de caballo" que proceden del hielo derretido y desembocan en el río Lowe tras desaparecer bajo la carretera

Tantas paradas nos han dado hambre así que vamos a tomar un pequeño desvío antes de entrar en la villa de Valdez

Solomon Gulch Hatchery, un restaurante de lujo .. ¡para osos!

Traíamos apuntado desde España que antes de llegar a Valdez, cogiendo la carretera Dayville Road durante unas millas, se puede llegar a un emplazamiento un tanto especial llamado Solomon Gulch Hatchery o algo así como un criadero de salmones. También por aquí va el famoso oleoducto Trans-Alaska u Oleoducto Alyeska de 1287 km cuyas tuberías van desde la Bahía Prudhoe al extremo ártico norte del estado.

Solomon Gulch Hatchery fue contruída en 1981 para la cría del salmón rojo, siempre bajo la supervisión del Estado de Alaska, pero sus cifras actuales resultan mareantes ya que son capaces de incubar 250 millones de salmones rojos ​​y 2 millones de salmón Coho cada año y permite un recorrido a pie sin guía durante todo el verano (está abierto diariamente)

¿Y por qué este lugar tiene algo especial que no tenga otro criadero de salmones? Esto es Alaska ... y en Alaska hay osos. Cuando el criadero tiene la puerta del riachuelo que va hacia las montañas cerrada (el que sería camino natural del salmón), éstos se aglomeran hasta tal punto en su desembocadura esperando el acceso que son presa fácil de águilas calvas, focas y osos, además de todo tipo de aves carroñeras, lo que lo ha convertido en un lugar turístico por excelencia, cuenta ya con un amplio parking para las visitas

El espectáculo tiene que ser increíble, incluso hay carteles de advertencia porque, a pesar de la abundancia de comida, estos osos siguen siendo animales salvajes y agresivos. No obstante, estamos todavía en Junio y están llegando los primeros salmones, lo que no les salva de que algún espabilado cazador les esté esperando

Nosotros, tras un rato sin perder la ilusión de ver algún oso negro (el que nos falta), acabamos desistiendo y aprovechando para comer en la autocaravana

SOLOMON GULCH HATCHERY EN JULIO, AGOSTO y SEPTIEMBRE:

A partir de la llegada de los salmones todo el escenario que rodea a esta piscifactoría cambia y la "fiesta comienza" (FOTOS sacadas de Tripadvisor y el blog Akonthego)

Es en ese momento cuando los osos bajan a pegarse su festín y hay que tener más cuidado. ¡Tomad precauciones!

Por supuesto, las mejores escenas del espectáculo requieren de paciencia y un poco de suerte.

Desde Solomon Gulch Hatchery a Valdez hay que deshacer parte del camino pero apenas hay 10 millas. Como en el parking pone claramente que no permiten pernoctar, aprovechamos para ir mirando apartaderos para pasar la noche y algunos tienen muy buena pinta.

Valdez, el pueblo del olvidado territorio de España en Alaska

Lo decíamos en la introducción y lo veíamos desde el otro lado del estrecho, Valdez es un pequeño pueblecito de pescadores de Alaska encajado entre montañas en un entrante de Prince William Sound de aguas de un azul intenso, rodeada de glaciares y vida silvestre y, además, muy apacible y tranquilo.

Lo que no esperábamos es que el topónimo español de Valdez y de la aledaña Cordova en un punto tan septentrional del planeta vinieran de un pasado español gracias a las conocidas como Expediciones de España en el Pacífico Noroeste enviadas por el rey Carlos III y sucesores entre 1774 y 1793 a las costas de las actual Canadá y Alaska. En esta ocasión fue el leridano Salvador Fidalgo en 1790 el que fundara la vieja ciudad de Valdez que fue arrasada por un terremoto en 1964, la actual por la que paseamos ahora mismo se sitúa a unas 6 millas de distancia.

Cualquier parecido con la turística Seward que conocíamos anteayer es pura coincidencia porque, para empezar, aquí no llegan cruceros lo que hace que la vida pescadora de la villa tome mucho más protagonismo. Además, hoy tenemos suerte porque acaban de llegar unas buenas piezas de halibut, el mismo que conocíamos en Homer, la capital de pesca del halibut por excelencia, además de salmón y algunas otras especies

Esto es aprovechado por gaviotas y águilas de cabeza blanca que se congregan a esperar los deshechos que se cortan allí mismo

El resto del pequeño pueblo está compuesto por agencias de actividades y excursiones, bares y restaurantes. Desde aquí se puede hacer un kayak estupendo por todo Prince William Sound o el glaciar Columbia (que nos arrepentimos de no hacer ya que es de los que más congregación de icebergs tiene y la experiencia de kayak en la bahía de Tasiusaq en Groenlandia me pareció de lo mejor que he hecho en mi vida), salidas de pesca y, fundamentalmente, recorridos en barco.

Nosotros hace 2 días reservamos el nuestro. Al igual que para elegir el crucero al Kenai Fjords N.P. en Seward en Valdez también hay diferentes opciones de recorrido y compañías (todo sobre nuestra decisión os lo contamos mañana). Aquí la dicotomía se presenta entre los cruceros de Stan Stephens y los de Lu-Lu Belle pero en cuanto conocimos el carácter familiar de este último así como su barco mucho más pequeño, ni media duda.

Aunque el recorrido en barco sale todos los días a las 11'00 con lo cual nos hubiera dado tiempo a cambiar nuestra reserva por los tickets mañana, hemos aprovechado para conocer la casa que hace de oficina que con tanto cariño han decorado y regenta la mujer del capitán Fred, su esposa Megan

El resto de la tarde la hemos aprovechado para echar de nuevo gasolina (106 USD) y así estar listos para salir mañana, pasear por el puerto y seguir descubriendo rincones con encanto, valorar opciones para pegarnos una buena cena homenaje (hemos descartado The Habour Café sin demasiado encanto, Fu Kung por excesivamente caro y algún otro) y tomar una cervecita (9 USD) mientras observamos a lo alto una gaviota "histérica" porque un águila calva se ha posado en su nido (¿y robado los huevos?)

Nuestra elección para la cena ha sido el Roma Restaurant (53.10 USD), un sencillo italiano con buenas vistas al puerto pero que nos ha servido para darnos ese capricho de comer fuera por un día. Quizás no nos queden demasiadas oportunidades

Unas últimas fotos hacen de despedida de otra maravillosa jornada en autocaravana por Alaska antes de buscar un emplazamiento a las afueras donde pasar la noche al otro lado de la bahía camino a Solomon Gulch Hatchery. Mañana no hay que madrugar ...

Isaac (con Sele), desde Valdez (Alaska)

GASTOS DEL DÍA: 168.10 USD (apróx 152.82 EUR)