Las ciudades muertas fenicias

La tierra de Canaan (actuales Israel, Gaza y Cisjordania) y los dominios fenicios (Libano y zona norte de Siria en la que entramos) se encuentran perfectamente delimitados por el río Orontes, cuyo nacimiento se encuentra en el Antiplano Libanés y en su parte final (no navegable) atraviesa las actuales localidades de Homs y Hama, dando lugar a preciosas norias fluviales que se usan para extraer agua del río.

Especialmente apasionante es el pueblo Fenicio, civilización antiguaque habitó en sus inicios estos lares, dejando al mundo los primeros alfabetos y siendo la primera civilización marítima con importantes expansiones, como los origenes de la propia Cartagena que visitamos el mes pasado.

Bajar de Aleppo hacia Hama es un paseo fantasma por la historia muy particular. Ebla es, junto a Ugarit (que veremos mañana) una de las ciudades fenicias donde se inventó la escritura. Las Ciudades Muertas de Serjilla y Al-bara no se quedan atrás, de origen bizantino, parece como si se hubiesen evacuado de un día para otro, dejando un panorama fantasmal.

Antes de que Hama nos acoja, no queremos dejar de acercarnos a visitar unas estructuras cónicas de ladrillos de barro muy particulares, las todavía habitadas Casas Colmena de pueblos como Sarouj y Twalid Dabaghein...

Relato de Juve. Como casi todos los días nos ponemos en marcha pronto, tras desayunar en el hotel y dejar una de las habitaciones más acogedoras que tuvimos. !!Que pena el no poder llevarlas para Hama!!Mohin Sleiman, nuestro magnifico guía de Safita, ya estaba esperándonos para salir camino del sur, al arqueológico emplazamiento de Ebla, a 60 Km. Después de una hora de viaje y tras despertar a Ruth (que se duerme en una roca), nos bajamos del coche para visitar una de las ciudades más antiguas de Siria. Allí descansa la ciudad entre muros de piedra y adobe restaurados, columnas, escalones, la puerta de Alepo, la puerta de Damasco….

Se podría decir que la situación actual de las ruinas obliga a hacer bastante uso de la imaginación para poder ver lo que en su tiempo fue una importante ciudad-estado fenicia (junto con Ugarit y Mari) que tiene sus primeros signos de ocupación desde el tercer milenio. Durante la Imperio Acacio, éstos la atacaban y quemaban cada generación. En ella se han encontrado más de 20.000 tablillas con escritura cuneiformes, estaban escritas en un dialecto semítico, además del sumerio, manifestando las estrechas relaciones de Ebla con el sur de Mesopotamia, donde fue desarrollada la escritura. Allí nuestro "arqueolo" partícular, Mohin (sin él los emplazamientos no serían igual, le pone vida a todo), nos cuenta que Paolo Matthiae, un Arqueólogo Italiano, en el año 1964 se encontró una estatuilla decorando la estancia de un hotel, enseguida la reconoció como de la posible ciudad de Ebla. Interrogando al dueño consiguió saber que se la había vendido un campesino, quien posteriormente le llevo al sitio exacto donde este la había encontrado por casualidad mientras labraba la tierra. En ese mismo sitio comenzó las excavaciones y empezaron los hallazgos. En la actualidad cada año dedica 6 meses para regresa al lugar, ya con nacionalidad italo-siria, y proseguir con sus labores arqueológicos. . ¿La Puerta de Damasco?

Seguimos bajando entre el bonito paraje que nos rodea. Incluso paramos de camino en una plantación de almendros. El suelo está lleno de piedras, flores amarillas y amapolas rojas. Bonito paisaje aunque no cogemos muchas almendras porque aun no tienen grandes frutos. Así que aprovechamos para hacer unas fotos a la "fauna" y hacer un regalito a las chicas.

Entre chistes y explicaciones con Mohin llegamos a la ciudad muerta de Serjilla. (Juve>> !!Estas cosas a mi me encantan!!). Es una aldea Bizantina y una de las 600 aldeas fantasmas que existen al norte de Siria entre Alepo y Turquía. Esta nos gusta especialmente por el impresionante color de sus piedras en contraste con el color de la tierra. Aun conserva muchas de sus tumbas o sepulcros esculpidos en piedra y de una sola pieza. Al lado de cada tumba hay una pesada losa de piedra caída o entreabierta, Estas tumbas se reparten por todo el valle, vacías y silenciosas en su interior, como si no quisieran desvelarnos la cantidad de escenas que presenciaron a su alrededor en todo este tiempo.

Nos llama la atención una tumba de grandes dimensiones, esculpida dentro de una roca, que estaba enterrada en el suelo. Una persona podía dedicarse varios años trabajando en esculpir estas tumbas para asegurar su descanso eterno. No tardan mucho en aparecer lugareños de la zona, observadores natos de los viajeros y en especial de “LAS viajeras”, aunque no resultan para nada ofensivos pero si nos llama la atención la forma tan descarada que tienen de hacerlo.

Mas adelante aparece una construcción de piedra de anchos muros, de dos plantas, sin tejado y con unos arcos perfectamente conservados, que se encargaban de sustentar el piso de la planta de arriba. Las piedras de estos arcos están estudiadas y esculpidas al milímetro de tal forma que sin más fijación que la gravedad y apoyadas una sobre la otra conforman un arco que empieza y acaba en la base de dos paredes enfrentadas de la casa. Los muros interiores aun presentaban las cavidades donde encajaban los anchos listones de madera que aguantaban el techo en la planta baja que al igual que los tejados no se conservaba ni uno.

Seguimos caminando y nos encontramos con otra, pero esta en peores condiciones, era el lugar donde hacían el aceite. Mohin nos enseño un pedazo del suelo que escondía cuidadosamente tras un muro, estaba hecho de mosaico de piedras de colores. En el suelo habían esculpido los escalones, varios depósitos de aceite y los canales que drenaban de uno a otro. Había una mesa en forma de pila redonda donde giraba una piedra de molino que aplastaba las aceitunas, para después dejarlas reposar sobre el suelo y en capas debajo de una piedra pesada para que poco a poco fuera exudando el líquido dorado. El aceite pasaba a unos depósitos individuales si no se quería mezclarlo con el del pueblo, o directamente al grande. Como en la anterior casa, las paredes tenían aun las primeras piedras de los arcos, pero aquí ya no quedaba rastro de ellos.

Al volver hacia el coche aparecen dos muchachos jóvenes con los móviles en la mano, grabando y haciéndose fotos, a ellos mismos y a todo lo que se cruce o se ponga por detrás, claro. Es una escena muy típica que se repite a lo largo de todo el viaje. Uno de ellos nos sigue y nos deleita con la banda sonora de Titanic en su móvil a todo volumen, quizás para enternecer a las chicas, no lo sabemos muy bien pero el caso es que nos reímos mucho. Una música muy comercial para tan singular paraje. Entre fotos y fotos nos encontramos con unos catalanes, uno de ellos se ofreció amablemente a hacernos una foto, pero ya era tarde porque el trípode lo había hecho todo. Al final de la visita Isaac y Juve aprovechamos para hacernos unas fotos, una vez mas haciendo el ganso, dentro de uno de los sepulcros que no estaba tapado. !!Seguro que vamos de cabeza al infierno por esto!!

Ponemos rumbo a otra de las Ciudades Muertas dignas de ver, Al-Bara, que está repleta de olivos y almendros en flor. En realidad, no se ve una ciudad. Las ruinas de lo que un día fuera Al-Bara están esparcidas entre campos cultivados y habría que dedicar mucho tiempo si se pretende encontrar todos los edificios ruinosos como iglesias, monasterios… Los locales tienen la promesa al gobierno sirio de trabajar la tierra, olivos, cerezos con la simple condición de no saquear las rocas. Este sitio en su día fue uno de los más importantes centros de producción de vino y aceite de la región. La atracción fundamental son dos tumbas con forma piramidal, cuya estructura se conserva bastante bien. Nos paramos en una de ellas, tras la verja de la entrada pudimos ver que dentro había cinco sepulcros muy parecidos a los vistos en Serjilla.

Ahg, las paredes tienen muchas pintadas de la gente que pudo entrar al interior, lo que nos dio a entender una vez mas lo descuidado que tiene esta gente su patrimonio, un patrimonio con tan altísimo valor… es chocante el pensar que en nuestro país con solo unos indicios de lo que podría ser una mamoa, enseguida entra en juego patrimonio para modificar o eliminar el trazado de cualquier camino o vía para salvar este bien, y sin embargo aquí no importa que la gente rayé la piedras, busque entre sus recovecos, las rompan o incluso las muevan. No quiero pensar como estará todo esto en 10 años. Eso si, ahora está precioso.

Después de estos siete días algunos ya tenemos el estomago algo castigado de tantas especies, así que aprovechamos para hacernos un suero que sabe a rayos pero que seguro que surte efecto. Esto también hace que no tengamos demasiado hambre y decidimos dirigirnos hacia el Sureste, con meta en Qaser Ibn Wardan, a 60 km - 1 hora. Eso sí, un aperitivo nadie se lo pierde, ¿os acordais de las fresas que compramos ayer en el Zoco de Aleppo? Ñam ñam, que ricas!! A pesar de no seguir la receta de Isaac de leche y canela, jaja. También compramos unos pistachos (120 SYP) y unas patatas de bolsa (75 SYP)

Ruth!! Despierta!! Ainsss... Estamos ya en Qaser Ibn Wardan. !!Como ha cambiado el paisaje de nuevo!! Hemos estado yendo a ... la nada, entre cultivos de patatas, trigo, pistachos (es la zona por excelencia) y pueblos "destartalados". La propia Lonely dice que se encuentra en medio de un desierto, aunque se equivoca bastante porque si bien es cierto que está en medio de la nada, está todo muy verde alrededor. Mohin mantiene su entretenida charla rutinaria con el portero de la taquilla (el que debe estar más solo de todo el pais, en medio de la nada) para conseguir las entradas mientras el resto entramos completamente solos. Es un complejo de palacio, iglesia y barracones distino, construido en el siglo VI en estilo bizantino por el emperador Justiniano I, con el fin de impresionar y controlar a los beduinos de la zona. La iglesia y el palacio mantienen sus fachadas que alternan franjas de basalto negro y ladrillo amarillo en muy buen estado de conservación.

Con ayuda del guardián del palacio, podemos ver unas pilas de basalto donde se guardaban los líquidos y unos molinos, que incluso pudimos girar gracias a su buen estado de conservación. Las puertas también de basalto que cerraban las ventanas de algunas paredes del interior del palacio eran exageradamente grandes y pesadas. Al parecer cuando en su día se empezaron a fabricar los ladrillos que formarían los muros, se trajeron millones de pétalos de rosas para mezclar con el agua y hacer la argamasa y los ladrillos. De esta forma en los días de lluvia, cuando sus paredes se mojan, el palacio desprende un agradable olor a rosas. Especialmente impresionantes son los 2 pozos de más de 60 metros de profundidad donde el agua actualmente está a más de 45 (en tiempos estaba sólo a 5 m). El guardia prende fuego a un papel y lo deja caer... se pierde en la lejanía. Uno de ellos está comunicado además con el Castillo de Al-Andreine a varios km de distancia (!!increible!!)

Nos hacemos las ultimas fotos desde los pisos superiores y antes de despedirnos del guardian, dejandole atrás con una bonita foto desde el camino.

De vuelta paramos en las Casas Colmena de Twalid Dabaghein y Sarouj, casi únicas en el mundo, curiosas por su forma cónica de barro encalado, con una sola puerta de acceso, sin ventanas y con una sola habitación. Estas casas están muy bien adaptadas al clima, se construyen con material propio del la zona y mantienen una temperatura constante todo el año. Poco vimos por dentro porque la peste era insoportable, aunque en otros lados están habitados, aquí la gente las usa de almacén y por lo visto algunos como servicio.

Ahora si que el hambre aprieta y aun nos queda un rato para llegar al Valle de Orontes, así quedecidimos comer en un pueblo de paso llamado Al Hamra. !! Esto si que es auténtico !!. Paramos en un sitio que a la entrada tenia un “acuario” con agua sucia donde tenían carpas vivas, habia una parrilla y una maquina de asar pollos. Dentro, el mostrador estaba lleno de diferentes dulces y con muy buena pinta.

Pese a las dudosas condiciones higiénicas del sitio fue una experiencia muy agradable comer con la gente del lugar intentando ser uno más de ellos, auque claro esta que nos fue imposible. En cuanto nos sentamos a comer en una mesa al lado de la cristalera nos convertimos en el centro de atención del lugar.

Incluso aprovechamos para salir a hacer unas fotos a los niños que salían del colegio. Uno tras otro se fueron amontonando delante de nosotros y cuando nos dimos cuenta más de 20 niños se estaban empujando unos a otros por salir en la foto. Es muy gratificante ver como con tan solo unas fotos fuimos capaces de arrancar tantas sonrisas.

Cominos una ensalada buenísima, que nos preparó personalmente Mohin, con un pollo asado de los de la entrada (1.000 SYP). Pudimos ver como el carnicero cortaba y despachaba carne de cordero, cosa no muy aconsejable mientras uno esta comiendo, la verdad. Independientemente de todo, una de las experiencias más auténticas de todo el viaje.

Para rematar, ya en el coche de camino a Hama, Ahmad nos invitó a un bombón helado y Mohin un chupitazo de Arak, pero esta vez rebajado con agua (jaja), que es como se toma.

Siesta española y 57 km más tarde (1 hora), llegamos a Hama, donde pasaremos la noche hoy. Allí nos registramos en el Noria Hotel 3* (ARTICULO COMPLETO DEL HOTEL AQUI), muy bien situado del centro de la ciudad y a unos 200 metros de las famosas norias de Hama. El río Orontes que atraviesa la ciudad mueve estas norias de madera que tienen hasta 20 m de diámetro y aun funcionan cuando el caudal del río lo permite. En su tiempo el agua era sacada del río, subiéndola hasta el acueducto que irrigaba toda la ciudad, desde donde se distribuía en canales menores que regaban los campos cercanos. Nuestra idea era poder visitarlas de noche, pero la cosa cambio cuando decidimos echarnos un rato antes de cenar, ya no fuimos capaces de levantarnos, motivado fundamentalmente por nuestro amigo el "estomago".

¿Todos? Isaac alias "culo inquieto" no pudo resistirse y consiguió "escaparse" a ver las norias de noche. En un lugar privilegiado, el restaurante Le Garden de la cadena Cham Palace, y en compañía de una cervecita turca bien fresquita (125 SYP), tiró las únicas fotos que tenemos de las norias de noche. Especialmente de la más famosa, con la mezquita y el hammah al fondo. También se toma un helado de coco (15 SYP). Pero de esto alguno no nos enteraríamos hasta el día siguiente.

Desde Hama, y con esta foto para Fernando, buenas noches a todos!! (y en especial a esa viejecita que nos lee todos los días, la abuela Maria).

Isaac y cia, desde Hama (Siria)

GASTOS DIA 7: 1.335 SYP (aprox 22,25 €)
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