Damasco fué mencionada por primera vez en el 2.500 a.C en unas tablillas encontradas en Mari. En el S.VII conoció una de sus épocas más doradas, con el Imperio Omeya. De hecho, su mezquita Omeya encerrada dentro del casco viejo es de valor historico y arquitectónico incalculable.
Es seguramente éste, su reciento amurallado, la ciudad antigua, con siete puertas, el que dá un aire de misterio y misticismo a la ciudad. Calles estrechas, mezquitas, majestuosos palacios, la tumba del histórico Saladino, ...
En ella se encuentra el zoco Al-Hamidiyya, el corazón de Damasco, de contiuo bullicio de gente en busca de cualquier tipo de objeto: jabones, ropa, artesania, perfumes, joyas, especies.... Alli se puede observar a un hombre mayor regateando para comprar una tetera. El regateo está a la orden del día.
Pasear entre las antiguas Casas Damasquinas, muchas remodeladas, es algo que hay que hacer una vez en esta vida. Y disfrutar de uno de los zocos más variados que nos podemos encontrar en la ciudad más antigua del mundo más...
Relato de Ruth. Comenzamos nuestro último día en Siria (mañana ya tomaremos rumbo a Jordania) en esta mágica ciudad que es Damasco. Hoy no madrugamos. Después del desayuno (no tan abundante como los de los días anteriores ya que los estómagos ya están bastante tocados, hoy Ruth se ha levantado un poco regular) Mohin y Ahmed nos llevan a visitar el monte Casiun desde donde dicen que el profeta Mahoma observó la ciudad de Damasco y decidió no entrar en ella, “al paraíso solo se accede al momento de morir”.
De camino al monte Mohin se esmera en enseñarnos la letra de la que ya es la canción del viaje, “Jaibli Salam” interpretada por Fayrouz, una cantante libanesa que a juzgar por lo que hemos visto es bastante admirada en el país.Lo cierto es que las vistas desde el monte son espectaculares y la vista de Damasco desde lo alto es increíble, realmente creo que no éramos conscientes antes de lo inmensa que es esta ciudad, puede ser porque hay algo de bruma, pero no alcanzamos a ver donde acaba Damasco.
Después de las fotos y un ensayo del tema musical del momento (Mouin nos asegura que no nos dejará cruzar la frontera Jordana si no nos sabemos la letra), ponemos rumbo al museo nacional de Damasco. Bajamos rodeando la colina, por los barrios ricos y nuevos de la ciudad, muy distintos al resto de distritos de la misma. Son casas altas de 200 m2 y más caras que en la ciudad, donde tampoco son baratas, alrededor de 300.000 $ por 200 m2 y en esta zona 500.000 $. También dejamos a un lado el biblico río Barada, la famosa espada damasquina y la caótica conducción de la ciudad.
La idea de dejar el museo para el día de hoy ha resultado ser un gran acierto, ya que ir viendo ahora los restos hallados en todas las ciudades que ya hemos visitado en Siria consigue enriquecer aún más todo lo que hemos visto y aprendido hasta hoy.Desde la impresionante fachada de la entrada, pasando por las saladas de Ugarit, Ebla, pueblos de la costa fenicia, Mari, Raqqa, mamelucas, griegos-romanos, bizantinos, Palmyra, San Simeon, Lattakia, ... No se pueden hacer fotos, lo cual nos parece bastante lógico, pero sin duda si alguna hubiera merecido la pena traerse, son la impresionante Sinagoga de Dura Europos, traida enterita al museo; el impresionante salón de un burgués damasquino después de la independencia Siria (hasta el último detalle) y la reproducción casi fiel de la tumba de los tres hermanos vista en Palmyra. Un verdadero repaso a todo el viaje.
Tras la visita al museo, y pasarnos por el zoco de artesanos que se encuentra al lado (y donde no pudimos resistirnos a comprar una preciosa mesa de madera por 35 € y unas postales por 150 SYP), llega un momento triste del viaje, ya que es hora de despedimos ya definitivamente de "Rigodón" Ahmed (propinilla de 1.200 SYP bien merecida), nuestro simpático chofer que se va a conducir a un nuevo grupo por Jordania.
La tarde la dedicaremos a lanzarnos como locos a comprar por los zocos de la ciudad.!!! COMPRAS !! !! COMPRAS !!. Después de saborear un estupendo kebab (cuatro por 240 SYP) y uno de esos enormes y deliciosos zumos multifutas (cuatro por 200 SYP), además de comprar algún regalito (200 SYP) en el barrio cristiano, ponemos ya sin demora rumbo al zoco, pasando a ver el Hammah Brami (preferido por los lugareños).
Al no existir Hammah mixtos en la ciudad, y el horario de mujeres acabar a las 17'00 (que es cuando comienza el de hombres), decidimos no irnos de Damasco sin disfrutar de uno, y siguiendo los consejos de la Lonely, el elegido será el Hammah Al Malik Al Asir que tiene una pinta estupenda. Sobre todo nos decidimos porque queda al lado de la Mezquita Omeya y al lado de los principales zocos, así mientras disfrutamos las chicas, los chicos pueden irse de compras, y viceversa.
Y allí nos veis, mientras los chicos se van de paseo al zoco (o eso dijeron no tenemos ni idea de que harían en esa hora y media que estuvimos allí dentro). Hammah con exfoliación y masaje ( 1.400 SYP las dos y ¡¡¡que gozada!!!). Después de guardar todas nuestras pertenencias en unos cajones y envolvernos en una toalla nos dieron un pequeño bol que contenía un bote de champú, un trozo de jabón de aleppo, una esponja de esparto y un guante para exfoliar; y allí nos adentramos las dos sin tener muy claro que hacer, porque ahí nadie habla ni papa de inglés, mucho menos español.
Lo que es la sala central del Hammam es una habitación a lo largo de la cual están dispuestas en el suelo una especie de piletas de piedra cada una con sus grifos correspondientes, y por lo que podemos ver en frente a cada una se sienta una mujer en el suelo y empieza a echarse agua por encima y enjabonarse minuciosamente, y como “allí donde fueres haz lo que vieres” ahí que nos ponemos las chicas con nuestra fiesta del agua particular.En un minuto se nos aparece allí una mujer y con un solo gesto nos indica que me estire en el suelo, coge el guante y empieza a exfoliar al ritmo que me canta una canción en árabe, increíble!! Nos dejo la piel como nueva, después de eso viene el masaje que lo da una mujer del tamaño de un armario ropero que por momentos creí que nos partía en trozos, pero la verdad salimos de allí nueva. Tras el masaje y una ducha volvemos a la sala de acceso al Hammam, una habitación preciosa donde podemos sentarnos y relajarnos tomando un té.
Es curioso ver allí a todas esas mujeres semidesnudas, fumando sisha y charlando y riendo animadamente, más aún cuando luego las vemos cubrirse totalmente y salir de nuevo al mundo real, supongo que esa es su pequeña parcela de libertad donde pueden relajarse, reír y hacer lo que les apetece.Se acaba nuestra sesión de relax y salimos por la puerta (bueno la puerta, una cortina y otra cortina se aseguran de que no se vea el interior) para encontrarnos con los chicos, nuestra sonrisa de oreja a oreja les deja clarísimo que la experiencia merece la pena.
Paseamos un rato juntos por el zoco pero los chicos están muy ansiosos y el culo les pierde por disfrutar del Hammah (lo que hubiéramos dado por verlos por un agujerito y más sabiendo que los dos sin saber lo que había que hacer se metieron dentro de la pileta del agua jajajaja!!! Que pena de una foto), la verdad es que el tiempo se nos pasa volando tomando un helado en la famosa heladeria Bakdash, donde ya estuvieramos el dia anterior (DIA 2) y comprando arapos varios.
Llegamos a recoger a los chicos y nos sorprende el cambio que ha dado el local, la puerta abierta de par en par, incluso nos invitan a entrar y esperar dentro mientras tomamos un té y nos dejan sacar fotos y todo algo impensable en nuestro turno!! Parece que los chicos le han cogido gusto porque aún tardan como diez minutos en salir, cuando aparecen alucinamos del todo con el trato preferente que se les dan. !!Les secan!!! (que no están mancos!!), !! es envuelven en tres toallas (como si fuesen kebabs)!! ...
... y luego les ofrece té y todo tipo de productos para acicalarse ( gomina, peine, bastoncillos de los oídos). Y a nosotras nada de nada!!! Hasta tuvimos que secarnos con la toalla medio mojada de dentro!!. Y encima a ellos les ha costado 950 SYP por los dos, un poco menos. Esperemos que algún día llegue a este país la liberación de la mujer sino no se yo que va a ser de ellas.
Todavía flotando por la experiencia, volvemos de nuevo al zoco a gastarnos los últimos syps que nos quedan. Compramos de todo : especias de todo tipo, jabones, zapatos, cuero, miel, café (2.050 SYP) y ...
... !!MOMENTO HEINEKEN / PARTE 2!! (la primera fué en Aleppo el DÍA 6).. !!Hasta una seesha (350 SYP cada una, baratisimas) para llevarnos a casa!! que con el gusto que le hemos cogido estos días no se si podremos pasar sin ella en España.
El tiempo vuela y nos vamos de vuelta al hotel a dejar las comprar y reencontrarnos de nuevo con Sameh, que nos trae otro regalito de Silkroad unas preciosas cajas de marquetería típicas de Damasco. Lo cierto es que nos hemos quedado encantados con como nos han tratado, el nivel de detalle y la dedicación de esta agencia, y eso que nos hemos organizado nosotros todo. Especialmente con Sameh que es un chico encantador, así que hoy decidimos invitarlo a cenar (con lo poco que nos hemos gastado en el zoco) y elegimos una pizzería de la Calle Recta (1.900 por cenar los cinco). !!!Y que bien nos supieron esas pizzas!!!! Y al salir otros zumos (150 SYP por dos), que son la gloria.
Sameh trabaja pronto y hoy se retira más temprano que el DIA 2 No podemos irnos a la cama sin saborear una última seesha en Damasco en nuestro precioso palacio boutique "Dar Al Yasmin" (Ver ARTICULO DEL ALOJAMIENTO AQUI"). ¿Que mejor manera de despedirnos de Siria? (cuanto la vamos a echar de menos, aunque se vienen dos con nosotros). Buenas noches a todos. Buenas noches Damasco.
Isaac y cia, desde Damasco (Siria)
GASTOS DIA 11: 5.940 SYP (aprox 98,18 €)
COMPRAS: 2.760 SYP (aprox 45,83 €) + 35 €