Nervios, ansiedad, agotamiento de la semana, .... Así nos encontramos en estos momentos. Ha sido una última semana de trabajo muy dura pero ya desde ayer por la noche empezabamos a notar esa inquietud y ese cosquilleo que precede a un nuevo viaje. La ilusión se aprecia ya en nuestra cara y todos los que nos rodean se dan cuenta.
Apunto de meternos en la cama, para intentar dormir unas horas, hemos aprovechado para mirar un par de cosas de los vuelos, hacer un repaso del inventario y meter las últimas cosillas en la maleta.
Ahora mismo Ruth está preparando unos sabrosos bocadillos de tortilla de atún que nos suelen acompañar en los primeros vuelos. Parece que el tiempo también nos acompañará esta primera semana, algo muy de agradecer.
Ya tenemos todo metido en las maletas. La comodidad de, al final, contar con un coche para aprovechar el tiempo y para llevar el equipaje nos ha hecho no pensarnos mucho las maletas. Ya las tenemos cerradas.
Como siempre, nos despedimos de los amigos durante unas fechas. Especial nos ha resultado un email de Juan Torrón, un buen amigo de la familia Chavetas y Secuoias. Juan, además de ser un viajante nato y un aventurero, es un enamorado de Siria, donde ya ha estado en varias ocasiones.
EMAIL JUAN TORRÓN:
"Recordad que el cielo de Damasco contempló un episodio que hoy pocos recuerdan: durante un bombardeo de la aviación israelí en 1974 -guerra del Yom Kippur- las defensas antiaéreas sirias no estaban, por una vez, totalmente desprovistas, y contaban con misiles de fabricación soviética, dotados de sensores capaces de perseguir en vuelo a los bombarderos israelíes; por añadidura, dejaban trazada en el aire la estela de su recorrido. ¿Creeis que la población de Damasco bajo a los sótanos a refugiarse del bombardeo? ¡Al contrario! Niños, mujeres, la ciudad entera subió a las azoteas y todo Damasco estallaba en júbilo cada vez que un cohete lograba derrivar un avión israelí. Pocas veces como en ese episodio se habrá puesto de manifiesto el rasgo congénitamente lúdico de la guerra misma. La pasión por la victoria puede erigirse, en si misma y por si misma, en motivación bastante, al margen de otros motivos que hayan ido llevando a las huestes al campo de batalla.
Saludad a Siria de mi parte. No os perdais un hamam de Aleppo cuyo nombre siento no recordar, pero es el más antiguo de la ciudad y estaba ubicado muy cerca de la muralla. Y en la noche damascena id a la mezquita de los Omeyas, sentaos en el patio y contemplad el cielo. Un abrazo fuerte, desde la tristeza de Madrid"
Un abrazo muy fuerte también para ti, Juan (y para todos). Laila Tiaba.
Isaac y cia, desde A Coruña (España)