Antes o después, todos buscamos en nuestra vida ese viaje espiritual que suponga un punto de inflexión o un punto y aparte a una etapa, ¿verdad?. En mi caso fue un viaje a la Antártida el que cumplió ese objetivo de plena desconexión pero suele ser muy habitual buscar otro tipo de retiros. Disfrutar de históricos centros religiosos reformados resulta cada vez más habitual por todo el mundo pero también los shukubos (templos budistas) en activo como en Koyasan (Japón) u otros monasterios en Tailandia, India, Corea del Sur, etc... El Monasterio budista Bailin tiene más de 1.800 años y es el único templo Zen activo en China que acepta huéspedes extranjeros, permitiendo quedarse con los monjes. ¡Hasta aquí hemos llegado!
Son las 22:05 y tras compartir cena y plegarias, además de aprender algunos conceptos sobre el budismo Zen y reglas de meditación, toca apagar la lamparita de noche de esta modesta habitación formada apenas por unas camas y una (quizás -o no-) excesiva austeridad
- Shijiazhuang, una megaciudad desconocida en la rutas
- Monasterio Bailin, la experiencia de dormir en un templo Zen
- La espiritualidad de una noche en el monasterio Bailin
Shijiazhuang, una megaciudad desconocida en la rutas
ALTITUD 83 m No, Shijiazhuang no queda de camino entre Shanghái y Xining, nuestra puerta de entrada al Tíbet en esta aventura. Viene a ser como ese desvío en el camino más que justificado en el momento que Youlan Tours, nuestra agencia especializada en China con la que entraremos en el Tíbet, nos hablo del único templo Zen activo en China en la que los monjes aceptan compartir su día a día con extranjeros aunque sea bajo unas estrictas normas pero también para descubrir una villa de piedra de arquitectura única en todo el país o adentrarnos en las montañas Cangyan en busca de los paisajes de "Tigre y Dragón". A pesar de saber donde íbamos he dormido genial esta noche en el tren nocturno desde Shanghái a Shijiazhuang
Son las 6'14 de la mañana cuando tras 11 horas y 23 minutos desde nuestra partida, ponemos el pie en la todavía tranquila población de Shijiazhuang (que nadie me pregunte como se pronuncia) donde ya nos están esperando para llevarnos a desayunar. !Qué hambre!
Shijiazhuang es una megalópolis "ausente" en los mapas turísticos", capital de la provincia de Hebei, de inmensos rascacielos residenciales. La impresión que nos llevamos es que aquí se ha desarrollado otra de tantas ciudades industriales desconocidas con más de 10 millones de habitantes y donde los extranjeros que se dejan caer vienen solo buscando negocios. Es por ello que las grandes cadenas hoteleras como Intercontinental cuentan con infraestructuras impresionantes para ellos... y hoy para nosotros. ¿Y si os digo que no he visto semejante buffet de desayuno en mi vida con más de 8 y 9 zonas de comidas diferentes (suele costar unos 18 EUR -nosotros incluido-)? Aprovechamos también para ubicarnos
Nuestra guía Zoe está viniendo de Pekin ya que nuestro acceso a Bailin está permitido a partir de la comida, así que vamos a aprovechar para conocer algunos atractivos de Shijiazhuang. ¿Y tiene alguno? Si, el primero es poder conocer la vida fuera del turismo de la sociedad china y para ello nos dirigimos al principal pulmón de la ciudad, el Century Park
Suponemos que el stress del día a día lleva a la gente en masa tanto a primera hora como última a intentar relajarse. Hoy hace mucho viento y el Tai Chi ha quedado reducido a sesiones individuales pero suele ser un buen lugar para ver como lo practican. El paseo es muy agradable y más en pleno Abril con los árboles florecidos. También podemos ver la torre de la televisión de la ciudad, ubicada a pocos metros.
Desde el parque se puede acceder a muchos de los mercados locales donde se llevan a cabo las transacciones comerciales de la población
Carne, frutas frescas, frutos secos, bollería, utensilios de cocina y de todo tipo (chinadas vamos) ...
... pero lo más sorprendente es ver productos de mar en una ciudad que se encuentra a bastante distancia. Algo así como aquella apasionante Lonja de Huang Sha de Guangzhou denominada como el “mercado subacuático más grande de Asia“ pero en pequeño. Eso si, no faltan esos moluscos, ostras, almejas y bichos "indescriptibles" que siempre me han sorprendido de este país
Hemos aprovechado también para cambiar en un banco algo de dinero para regalos (aunque trabajo nos ha costado). No cabe duda de que como viajeros (o turistas, como queramos llamarlo) no dejamos de obtener visiones parciales de aquellos destinos que pisamos por, generalmente, menos tiempo del que quisiéramos. Quizás por ello, este viaje preparado y diseñado a media nos hace tanta ilusión desde el principio. Poder disfrutar de una mañana en la China del día a día, no más o menos auténtica que la que ves en la ruta clásica, pero si más cercana, allí donde los locales hacen Tai Chi o bailan y corean música, resulta un privilegio. Es hora de coger el coche porque ya ha llegado Zoe y nos vamos a Bailin.
Monasterio Bailin, la experiencia de dormir en un templo Zen
ALTITUD 135 m Llegar al Monasterio Bailin en el Condado de Zhaoxian, a apenas 1 hora de Shijiazhuang, lo convierte en una experiencia muy apetecible (combinado en 2 días/1 noche con Yujia y las montañas Cangyan o sin ellas) para cualquiera que llegue desde Xi'an (tren bala de 4 horas) o Pekín (tren bala de 1 hora), además del nocturno desde Shanghái.
RESTAURANTES EN CHINA| BAILIN: Pinjizimeishi
Un restaurante familiar con muchos privados en las afueras del monasterio Bailin donde Sele se puso las botas pidiendo (No me hagáis mucho caso con los nombres en este diario)
No debían de tener muchos visitantes extranjeros (ya se nota que estamos fuera de rutas turísticas) porque estaban alucinando con tenernos allí y, al finalizar, quisieron sacarse mil fotos con nosotros
Hemos de reconocer que .. ¡comimos de lujo!
¡Hora de entrar! El antiguo templo budista Bailin parece ser que data del S.III y siempre ha sido uno de los monasterios más destacados del budismo Zen en China. Solo el hecho de aproximarse a su entorno y saber lo que nos espera, pone la piel de gallina.. y eso que entramos por una puerta trasera
Zoe nos hace el check-in en una especie de caseta preparada para recibir huéspedes mientras Sele y yo, emocionados, no paramos de sacar fotos. ¿Te das cuenta en el lugar que nos han permitido alojarnos hoy?
Tras una pequeña exploración de la zona, un guía acompañante nos acomoda en nuestro dormitorio (no está permitido alojarse sin él, será el encargado de hacernos cumplir las normas). Se tratan de habitaciones muy austeras, con literas cama y distribuidas por sexo (no permiten hombres y mujeres en la misma aunque sean de la misma familia -tampoco se admiten niños-)
Hay que ser consciente en el lugar que se encuentra uno, un emplazamiento donde los "monjes te pegan" (luego lo explicamos) si no te comes todo el plato. La habitación es compartida y fría aunque cuenta con mantas y hoy vamos a estar los dos solos (así que "robamos" las de los "no" compañeros), el colchón es una tabla más dura que mi lavadora, el baño es un mero agujero en el suelo donde no hay papel (lo traemos en la mochila) y la toalla que nos han dado sirve para taparnos el cuello aunque como el agua sale helada, tampoco hay mucho que secar. La decoración brilla por su ausencia. [LEÁSE EN TONO IRÓNICO ya que es un privilegio poder compartir una estancia habilitada tal y como viven ellos dentro de su monasterio, faltaba más]
Pero.. ¿realmente vamos a hacer vida aquí más que dormir? La experiencia empieza en el momento que sales por la puerta de tus dependencias y ves esa enorme pagoda bajo la que vas a pasar la noche
Se trata de una pagoda china de ladrillo octogonal de unos 40 metros construida en 1330 durante el reinado del emperador Wenzong durante la dinastía Yuan (1271-1368). En los 7 pisos se pueden ver obras de arte de músicos, guardianes celestiales o animales.
Son alrededor de las 15.30 cuando aparece nuestro acompañante, el monje que nos acompañará hasta la cena y que nos explica una serie de normas. Desde el momento que hemos entrado en los dominios del Templo Bailin, los horarios están estipulados: comidas, cenas, meditación, .. No nos está permitido hablar, la comida es la misma vegetariana de los monjes y se comparte la misma cantina. Esto promete, ¿verdad Zoe? Zoe es nuestra joven guía por parte de Youlan Tours y aunque nos acompañará estos dos días, aquí le toca respetar las mismas normas.
Nuestro devoto acompañante nos explica que originalmente Bailin fue conocido como el Templo Guan Yin pero ya desde la dinastía Yuan recibió el nombre de Templo Bailin o algo así como el Templo de los Bosques de Cipreses debido a los muchos cipreses que crecían vigorosamente en el patio del templo en ese momento.
Bailin como templo también sufrió épocas de decadencia hasta que definitivamente en 1988 reabrió como monasterio con el único legado de una Estupa del Maestro Zhaozhou y algunos cipreses en el suelo, posteriormente sería rehabilitado por el maestro Jinghui
En la actualidad el monasterio se compone de varios edificios que congregan la Luminaria del Salón de la Luz, la Puerta Principal, el Templo Guan Yin, el Campanario, el Salón de Meditación, la Casa Yunshui y la Casa Huixian, ...
Son alrededor de las 16.30 cuando el monasterio ha cerrado sus puertas al público y solo quedamos monjes y huéspedes. ¡Todo se transforma! Es la hora de la lectura y de comenzar a interpretar conceptos de budismo y meditación
¿QUÉ ES EL BUDISMO ZEN?
El zen busca la experiencia de la sabiduría más allá del discurso racional pero, más allá de teoría, el zen es la verdadera esencia de la tradición budista china. La práctica del zen comenzó a florecer en la dinastía Tang cuando el maestro Huineng estableció una forma muy especial de enseñanza. En su línea sucesoria aparece el maestro Zhaozhou que llevó una vida viajera en busca de maestros hasta que a su edad de 80 años llegaría a Bailin
Nuestro maestro nos remite a las 18'00, hora de la cena en la cantina, y nos deja un tiempo libre para sacar algunas fotos.
El privilegio de poder disfrutar del monasterio Bailin completamente solos es algo que creo que no llegamos a valorar en este momento de exaltación. ¡Es una verdadera maravilla!
La tarde comienza a caer y es hora de despedirnos de Zoe, que tiene su propia habitación en otro área, y regresar a las dependencias donde se encuentra nuestra lúgubre habitación. ¿De verdad seremos capaces de dormir algo esta noche? ¡A quién le importa!
¿Listo Sele? Hora de superar otro reto... ¡la cena!
La espiritualidad de una noche en el monasterio Bailin
"¡No! ¡Ahí no!" Varios monjes, aunque sin pronunciar palabra, se cabrean ante nuestra presencia en lugar equivocado y nuestro maestro, hasta ese momento disperso en otras funciones, corre hacia nosotros para dirigirnos a una larga mesa corrida mucho más atrás. No hemos tenido la mejor entrada posible en la cantina y encima hemos conseguido no pasar desapercibidos para ser observados por todos. Si a esto le unimos algunas reglas básicas, la cena se convierte en un momento "maravilloso" de las estrictas normas del monasterio.
No hablar .. o te dan con una vara. No pedir nada que no te vayas a comer.. o no alzarás la mirada. No dejar nada en el plato... o acabarás con las manos más rojas que los colores del monasterio. Luego la realidad es que Sele si que dejo algo (yo ya pedí menos pensando en las galletas que teníamos en la habitación) y por mucho que intenté chivarme para captar la escena, no hubo manera que "le pegaran". En fin, con lo que yo te quiero amigo...
La noche ha caído sobre nosotros mientras Bailin ahora tiene una atmósfera mágica, irrepetible. Todas las puertas están cerradas e incluso uno se pierde en las laberínticas vallas que nos van dirigiendo a emplazamientos que parecen otros a los que vimos de día
Ahora toca otra sesión de meditación pero esta nos la hemos saltado. La nuestra va a ser en frente de las principales estancias a la luz de las estrellas
Es difícil de explicar pero según caminamos los dos solos, en silencio, es como si los fantasmas de los grandes personajes históricos que han pasado por este lugar nos hablasen. Bailin siempre ha sido un centro budista importante a lo largo de toda la historia y ha visto pasar eminentes maestros Zen como el Maestro Zhaozhou, Guiyun, Yuexi y Luyun de diferentes épocas, todavía muy conocidos por los practicantes modernos.
¿Y si os decimos que lo mejor todavía estaba por llegar? Eran en torno a las 21.00 cuando nos acercamos a la Torre de la Campana donde se producía un particular evento todas las noches aunque no vemos a nadie. Miramos por aquí y por allá y no encontramos entrada ninguna hasta que una señora asoma de una escalera lateral casi imperceptible y nos indica una subida. Allí encontramos una pequeña sala con fuerte olor a incienso y varias imágenes de Buda, con no más de una decena de personas, un bonshō (un antiguo instrumento chino en forma de campana), unas colchonetas en el suelo y la explicación de una amable mujer que, de forma desinterasada, nos explica una serie de movimientos de oración que serán útiles para los siguientes minutos
Lo que la siguiente media hora ocurrió no creo que jamás sea capaz de describirlo desde que unos tambores comienzan a sonar proveniente de algún piso superior y nos ponen la piel de gallina hasta el momento que aparece un monje orando de forma cantarina mientras hace sonar la campana a diferentes ritmos acompasados. ¡Experiencia única! (y agujetas para los próximos días)
Son casi las 22'30 cuando, todavía con los pelos de punta, acabo estas líneas. En parte, sea o no más turística con la apertura a los extranjeros, he de reconocer que pasar unas horas en un lugar histórico como éste rodeado de personas que han decidido dedicarse a una vida espiritual plena me acerca mucho más a comprender algo a lo que siempre he sido lejano, a ver un mundo absolutamente contrario al de la sobreinformación y locura en que vivimos. Buenas noches desde el Monasterio budista Bailin, el único templo Zen activo en China que acepta viajeros (y del que espero no me echen porque me he pasado unos minutos del toque de queda)
Isaac (con Sele), desde el Monasterio budista Bailin en Hebei (China)
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