Kora, dzong y monasterio Tashilhunpo en Shigatse, la sorpresa

Tengo que reconocer que cuando dejaba volar mi imaginación antes de venir al Tíbet, jamás aparecía este lugar. Shigatse es la segunda población más grande y, a priori, presenta grandes y feas avenidas de edificios "chinos" sin mayor encanto.... o eso creía. Shigatse todavía conserva en torno al monasterio Tashilhunpo (el gran templo sagrado de la figura del Panchen Lama) una de las grandes sorpresas que nos ha deparado este viaje, una de las koras más especiales con verdaderas postales del dzong que emerge sobre la ciudad, dejando un imponente sello de la gran relevancia política, económica y cultural desde el siglo XV de este enclave.

El Palacio de Potala (cerca del que volvemos a dormir tras nuestro trayecto en tren a Lhasa) es, sin duda, el icono del Tíbet pero el fotogénico dzong de Shigatse será la instantánea que recordaremos o, mucho más allá, esas horas que nos dejamos querer por un pueblo amable en su kora más importante

Kora de Shigatse, el momentazo de un viaje al Tíbet

Vale, estamos de acuerdo que una kora no es más que un camino sagrado en el sentido de las agujas del reloj que siguen los peregrinos en torno a un centro espiritual u otro símbolo venerado. También que ya hemos conocido los de Kumbum, Jokhang, Potala o Drepung, entre otros. Lo que esta mañana íbamos a vivir en torno al monasterio Tashilhunpo jamás lo hubiéramos imaginado cuando, tras desayunar, salíamos rumbo a la zona vieja de la ciudad (con mucho más encanto)

La kora de Shigatse luce sin turistas a esta hora temprana de la jornada. Es posible que ese ingrediente, unido a la gran afluencia de peregrinos de hoy, nos haya dado el "caldo" adecuado para que la atmósfera se tornase en lo que será ya un recuerdo imborrable de un viaje al Tíbet, la de mayor acercamiento con un pueblo tibetano siempre amable con nosotros desde nuestra llegada (ya lo tenemos al altura del sirio, persa, uzbeko o birmano que siempre defendemos)

Esos rostros de cariños, esa búsqueda de una mirada de complicidad o esa sonrisa desinteresada que nos han acompañado desde que desembarcamos en Xining, hoy se ponen mucho más de manifiesto en este sendero sagrado.

La kora en torno a Tashilhunpo, desde el momento que buscas el callejón a la derecha de la puerta principal del monasterio, es también una de las más largas que hemos recorrido, tanto en distancia alrededor de las paredes del centro espiritual como en tiempo. Dicen que se tarda 1 hora en hacerla pero nosotros, entre parada y parada maravillados, nos hemos pasado ¡3 horas! (bien es cierto que hoy no tenemos prisa, nuestro tren a Lhasa sale a las 18.40)

Tsatsas (íconos de arcilla), monjes recitando escrituras, locales ofreciendo comida y decenas de peregrinos girando su molinillo de la oración nos han acompañado colina arriba por las secas laderas de este camino.

El mejor momento ha llegado ya en la parte más alta de la kora, cuando un curioso personaje "armado" de una pintoresca guitarra recitaba canciones pegadizas mientras los peregrinos se paraban y sentaban a escucharle o venían interesados a resolver nuestra curiosidad por el momento.

Fue en ese instante, sentados escuchando, cuando sentí la paz más embriagadora de todo el viaje. Si hablaba de Lhasa, Potala o el Everest como grandes objetivos del viaje, inesperadamente encontré ese momento que detiene el tiempo en un remoto sendero en lo alto del monasterio de Tashilhunpo donde jamás hubiera "buscado". Quizás por ello estos llegan solos y no se encuentran "forzándolos".

Niños a hombros o curiosas ovejas-cabra olisqueando cuando el incienso se apaga, completan la parte alta hasta que por fin vemos las primeras instantáneas más fotogénicas de esos colores rojizos que ya fácil identificamos

Existen muchos "rincones secretos" que deja el espacio entre las ruedas de oración y los salientes en la montaña que sirven incluso a los propios lugareños para tomarse un respiro cuando empieza a pegar el calor como ahora mismo

A partir de aquí el camino se divide en dos. Se puede bajar la colina para completar el circuito del monasterio o seguir por el sendero que atraviesa esta parte más rocosa hasta el Shigatse Dzong. ¡Y de repente aparece él!

El fuerte de Shigatse o Shigatse Dzong es un "miniPotala" que luce esplendido sobre la ciudad. En su tiempo fue residencia de reyes pero la Revolución Cultural China acabó con él, como con casi todo. La imagen icónica que vemos ahora se debe a una reconstrucción del S.X pero eso no le resta belleza

Desde este punto (nos hemos ido subiendo por las rocas hasta alcanzar imágenes cada vez más bonitas), el camino desciende por la ladera dejando una parte de la kora realmente hermosa

Como si de una senda luminosa se tratase, las ruedas de la oración se abren un camino de colores en este árido paisaje hasta los dominios de la gran fortaleza

Según descendemos, seguimos captando esas fotografías por las que en si mismo merece la pena un viaje y, como siempre hemos dicho, previo permiso o a veces pedida por ellos mismos

Desde aquí llegamos al mercado tibetano de la ciudad viejapasando por el mani lhakhang que transmite una atmósfera especialmente encantadora donde el tiempo se para

El mercado tibetano, como en todas las ciudades, es el mejor lugar para ver la vida de un pueblo

Se puede aprender mucho de una determinada cultura observando lo que compran y cómo regatean e incluso ponerlo en práctica. De aquí me llevo uno de los mejores té del mundo pero también ese primer gran recuerdo que quiero que Olivia guarde de su padre como su primer gran tesoro (al igual que yo siempre me acuerdo de esa caja de monedas que tenían mis padres de sus viajes)... ¡un cuenco tibetano auténtico! (175 CNY todo)

Son alrededor de las 13'00 (como pasa la mañana) cuando nos ha parecido un buen momento para comer.

RESTAURANTES EN TIBET| SHIGATSE: Traditional Lanzhou Beef Noodles

Una excelente opción cerca de la entrada del monasterio y con opciones diferentes a la tradicional comida tibetana (más allá de noodles, arroz, ..)

Posiblemente aquí he tomado mi mejor cerveza y la mejor hamburguesa de todo el viaje (ya me apetecía una y eso que no soy mucho de ellas en España). Como se nota cuando uno está animado.

También hemos aprovechado para hacer un poco de tiempo antes de entrar el monasterio en torno a las 15'00 pero eso tiene su razón de ser

Monasterio Tashilhunpo en Shigatse, la sede del Panchen Lama

ALTITUD 3.670 m Son en torno a las 14'40 cuando la larga recta de entrada al monasterio Tashilhunpo nos acerca a su entrada. ¿Por qué en torno a las 15'15? Aunque es posible visitar a cualquier hora, es a partir de ésta cuando abren sus principales lugares sagrados

El monasterio Tashilhunpo es especialmente importante en el Tíbet por ser la sede de los sucesivos Panchen Lamas, el segundo linaje de más alto rango en la tradición Gelug del budismo tibetano, autoridad espiritual solo superada por Dalai Lama. Aquí llegaron a vivir hasta 4.000 monjes y llego a tener funcionando cuatro universidades tántricas cada una de ellas con un abad. Fue fundado en el 1447 por Gedun Drub (discípulo de Je Tsongkhapa del que hemos conocido mucho estos días)

Sin embargo, según nos adentramos en este mega monasterio-ciudad que hemos visto esta mañana desde lo alto con su tradicional arquitectura tibetana de colores blanco, rojo y amarillo, nos damos cuenta que la Revolución Cultural China causo grandes daños ya no tanto a las estructuras en este caso, sino a la vida espiritual del mismo y desde la década de los 80 se abrió también como atracción turística.

No obstante, desde que fuera desmantelado por el ejercito chino en 1960 mientras el Panchen Lama estaba ausente, muchos exiliados han ido abriendo otros centros sagrados en en India, Nepal y Bhután.

Nuestra visita empieza por la capilla de Maitreya o Jambu Chyenmu, que alberga una estatua de casi 300 kg de oro y piedras preciosas de 26.2 metros de altura de Jampa, el Buda del futuro, la mayor del mundo de Maitreya. Se pueden hacer fotos pagando pero nos pareció excesivo.

Nuestro paseo continúa por la capilla de la Victoria y por el Gudong donde están las tumbas del décimo y el cuarto Panchen Lama (una imponente pagoda de 11 metros de altura llena de oro y piedras preciosas) y otros edificios con el quinto y noveno y así finalizar en templo Kelsang, un impresionante recinto que es el corazón del monasterio Tashilhunpo en Shigatse

Junto a varias salas de oración, edificios que se conservan desde el S.XV y grandes paredes decoradas con grandes tangkas colgando (sin duda, este monasterio es mucho menos humilde que otros que hemos visto), se encuentra la sala principal del Kelsang, el trono del Panchen Lama.

Pegando bastante el sol, abandonamos el recinto y aprovechamos para tomar un té antes de poner rumbo hacia la estación de trenes. Curiosidad: una jarra entera de té (que da para 20 tazas por lo menos) apenas cuesta 10 CNY

Tren Shigatse a Lhasa, regreso a la capital del Tíbet

Son en torno a las 18'00 cuando cogemos un bus urbano hacia la estación de trenes. ¿Bus? ¿Pero no teníamos una van para nosotros? Para no andar cargados con las maletas y disfrutar de la jornada, la furgoneta con nuestras pertenencias salieron esta mañana hacia el hotel de Lhasa en otra larga jornada de camino y nosotros volveremos mucho más relajados en un tren directo desde Shigatse a Lhasa. El que tenga curiosidad, el bus vale 2 CNY por persona

La estación de tren de Shigatse se ve muy nueva. De hecho, la línea ferroviaria Shigatse-Lhasa es relativamente reciente y todavía están construyendo mucho más en la Región Autónoma del Tíbet. En 10 años este territorio será completamente atravesado por carreteras y líneas de ferrocarril.

Puntual a las 18.40 y en compartimento propio (aunque nos hubiera valido un asiento normal porque es poco tiempo), sale nuestro tren que nos acercará a la capital del Tíbet en alrededor de 2h 45 minutos.

ALTITUD 3.656 m Lhasa nos vuelve a recibir con ese espectacular Palacio de Potala iluminado (volveremos mañana a verlo), con el Kyichu Hotel de nuevo y con .. ¡mucho hambre! por lo que cenamos algo rápido en el único lugar que queda abierto a estas horas, un DICO (algo así como un McDonalds a la "tibetana"). Atrás dejamos una jornada fascinante, la verdadera sorpresa del viaje, con esa kora, dzong y monasterio Tashilhunpo en Shigatse que bien merecen una larga parada en tu itinerario. ¡Mañana más!

Isaac (con Sele), desde Lhasa (Tíbet)

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