¿Podemos estar sometidos a los semejantes nivel de stress con los que se mueve el mundo en estos momentos y sobrevivir sin consecuencias? ¿Podemos correr y correr, a veces hasta sin sentido, y no perder la perspectiva del por qué corremos?
NOTA IMPORTANTE: Este es un artículo personal antiguo de cuando escribíamos para la familia que queremos conservar por cariño pero carece de correcta estructura y corrección ortográfica adecuada. Disculpa por anticipado si vas a leerlo aunque forma parte de nuestra esencia 😉
Supongo que si estoy escribiendo esto en este pequeño blog de viajes es porque yo no he sido capaz de sobrevivir a esas consecuencias y ahora estoy recuperándome por primera vez en 32 años de un K.O. técnico. Escribir aquí me relaja, me libera... Paula lee un libro a mi lado.
Aqui no hablaré de viajes, lo primero, es para mi. Que nadie se preocupe, lo segundo. El K.O. técnico ha sido de gestión de tiempo, de sensación de impotencia, de cuello de botella. De querer realizar tantos proyectos a la vez que la exigencia sobre uno mismo ha llegado a tal nivel que por algún lado tenía que explotar. Una persona maravillosa con los valores de la abuela, desde la lejanía, me ayudó a ver que no podía seguir en 5ª marcha para llegar al taller, porque me quedaría por el camino. Tardé en entenderlo, pero cuando lo hice, cambié a 3ª, como sigo ahora mismo, y mi único objetivo pasa por llegar a ese 29 de Julio, a taller, para poner 6ª de nuevo (con la lección aprendida) a partir de Septiembre.
Pero estoy rodeado de personas brillantes, y como diría otra persona brillante con quién he coincidido este fin de semana, cuando te rodeas de ellas te dejas contagiar por su energía y entusiasmo. La primera es Paula, que es una fuente inagotable de pasión y es un verdadero corazón andante. ¿Que más se necesita? Tengo a mi alrededor personas que transmiten verdadera felicidad, y que no me voy a permitir perder en esta vida ...
En los últimos 15 días he tenido la suerte de conocer a dos personas de esas que te hacen replantearte el porqué corres. Sus nombres son Enrique De La Rica y Emilió Duró. No voy a entrar a valorar si te pueden gustar más o menos su manera de exponer la vida.Lo que me ha encantado, en este momento de mi vida, es como te hacen pensar, replantearte y reflexionar sobre el sentido de nuestro camino por el mundo.
A Enrique De La Rica no le conocía. Entusiasta, dinámico y de una manera absolutamente pasional, te hace ver como seguimos enclaustrados en un mundo de antaño, cuando la Revolucion Industrial nos convirtió en maquinas, y a pesar del increible cambio que estamos viviendo, seguimos atrapados sin saber adaptarnos. Las personas hemos perdido los verdaderos valores que nos hace humanos. No es filosofía. Es realidad. Me considero optimista e ilusionante. Empujador y emprendedor. Creo que soy capaz de cambiar todo lo que quiera cambiar... pero no estoy completo. Los grandes valores que promulga los hago muy mios: LIBERTAD, CONFIANZA, PERSERVERANCIA, PASIÓN, GENEROSIDAD, SUEÑOS, EQUIPO e HUMANIDAD
Emilio Duró es muy conocido por todos. Deporte, cuidar las emociones e intelecto son su fórmulas. Vivimos 90 años de media, y desde los 40 años nos venimos abajo y no nos preocupamos por lo más importante, cuidarnos como personas. Pero lo que verdaderamente me ha hecho pensar, es su capacidad de abrir a las personas, de hacerles creer que somos capaces de dirigir nuestra vida. Me ha quedado una pena muy grande... una sensación de que hasta el propio Emilio, que promulga valores personales fundamentales, no es capaz de salir de su propia dinámica destructiva. Por su bien, y por el bien de lo que defiende, espero que lo logre, de todo corazón.
Lo que tengo claro es que cada vez creo más en que el destino está escrito, y que si soy una de las pocas personas en España que tengo la fortuna de haber conocido a estas dos personas brillantes es porque tenía que haber pasado ahora, en este momento de la vida. Y si alguién quiso rodearme en cada instante de la vida de ciertas personas, es porque tiene algún sentido. ¿O no?
Escribo aquí, posiblemente, para que nunca se pierda este momento. Estoy extremadamente sensible pero no lo quiero reconocer. Todo me afecta. Escribo para que si mi cabeza vuelve a estallar pueda recuperar los valores que me han puesto en ruta de nuevo. Ya lo sabía mi abuela, el mundo está loco, pero ella aprendió a verlo de una manera que todavía no soy capaz de entender... pero también si alguién la puso aquí para que me pudiera dar todos esos valores que me inculcó es porque el destino lo quería así, y porque el destino me prepara algo que todavía desconozco. Mientras voy a preocuparme sólo de una cosa, ser feliz y seguir haciendo felices a todos los que me rodean, y ello me lleva a este blog, a una de mis pasiones, VIAJAR, y seguir conociendo personas, culturas, gentes y maneras de ver la vida. Se que en algún momento también todo esto me llevará a algo.
Ahora, por favor, Isaac apuntatelo muy clarito... DEJA DE CORRER. Es momento de recuperar la humanidad, la libertad, los sueños y la generosidad. Son ellos los que me faltan. Al fin y al cabo la vida no es tan complicada como a veces la hacemos. Posiblemente todo se funde en una palabra... AMOR