La Puerta del Perdón del monasterio de Santo Toribio de Liébana se abre para descifrar sus misterios a peregrinos y viajeros tras 72 km de Camino Lebaniego desde San Vicente de la Barquera. No obstante, como buenos "norteños" que adoran esta parte de la península, solemos decir que "no hace falta irse al otro extremo del mundo para dejarse sorprender por la multitud de tesoros 'ocultos' que ofrece nuestro país (o Cantabria)" y, en este caso, éstos han llegado en forma de paradas imprescindibles camino al Valle de Liébana (atravesando también la comarca de Saja-Nansa) que nos han regalado pueblos con encanto, escénicos miradores, torres o iglesias históricas, hermosas sendas fluviales, antiguas ferrerías o el más largo desfiladero de España.
¿Queréis conocer todos esos lugares de parada obligada en el Camino Lebaniego (o en sus proximidades) que deberías tener en cuenta en tu planificación? Si buscáis desconectar de todo, hacer un viaje como de un paseo se tratase, respirar aire puro y descubrir rincones preciosos y con muchísimo encanto, desde luego has llegado a una de nuestras últimas recomendaciones. !Vamos allá!
- 12+1 paradas imprescindibles camino al Valle de Liébana
- 1. Torre de Estrada, fortaleza medieval del S.VIII
- 2. Muñorrodero, donde se separan el Camino Lebaniego y el de Santiago
- 3. La Senda Fluvial del Nansa, naturaleza pura
- 4. Mirador El Collado, la primera panorámica
- 5. Torre de Cabanzón, atalaya defensiva del valle del Nansa
- 6. Ferrería de Cades, extraordinario conjunto que captaba agua
- 7. La Iglesia de Santa Juliana en La Fuente, joya del románico del S.XIII
- 8. Mirador de Santa Catalina, un balcón al precipicio
- 9. Desfiladero de La Hermida, la garganta más larga de España
- 10. Iglesia de Santa María de Lebeña, uno de los mejores ejemplos de arte prerrománico
- 11. Los paisajes altos de Allende, Cabañes y Pendes
- 12. Potes, la capital de Liébana
- El +1, Monasterio de Santo Toribio de Liébana
12+1 paradas imprescindibles camino al Valle de Liébana
Como os contamos en nuestra Guía básica "Camino Lebaniego, tras una enigmática reliquia" (tienes en este artículo una buena recopilación para afrontar el destino con su historia, su significado y su importancia), todo empieza en San Vicente de la Barquera, punto de partida del Camino Lebaniego, aunque volveremos a poneros en contexto para que entendáis en que consiste y a donde se llega. El Camino Lebaniego, de forma similar al Camino de Santiago, es el peregrinaje que hacen los crucenos para llegar al Monasterio de Santo Toribio de Liébana y poder admirar el Lignum Crucis, el trozo más grande que se conserva en el mundo de la cruz de madera donde Cristo fue crucificado. Pero, obviamente, no es un recorrido exclusivo para peregrinos o devotos sino que es una senda que discurre por las comarcas de Saja-Nansa y Liébana y que te lleva por valles espectaculares, desfiladeros que desafían el equilibrio y montañas cerradas que albergan los pueblos más bonitos que puedas imaginar.
Podría decirse que este contraste de escenarios (que afronta el camino en 3 etapas) se inicia en San Vicente de la Barquera, como os decíamos más arriba, pero arroja muchos lugares de interés que te distribuimos en el siguiente mapa para que los ubiques...
Partimos de la costa occidental de Cantabria, en una villa histórica rodeada de un privilegiado entorno denominado Parque Natural de Oyambre, en un pueblo precioso, marinero, cuyo puerto sigue siendo su actividad principal, de playas y calas envidia de otros muchos y con un rico patrimonio arquitectónico como su Puebla Vieja, el Castillo del Rey o la Iglesia de Santa María de los Ángeles (que bien merecen un artículo aparte). Hoy solo lo veremos como el "inicio de un camino" que contiene 12+1 paradas imprescindibles que te sorprenderán. ¿Quieres conocerlas? (puedes ver mucho más en la web oficial del Camino Lebaniego y en la de Turismo de Cantabria)
1. Torre de Estrada, fortaleza medieval del S.VIII
Estrada es la primera recomendación de parada en nuestro camino al Valle de Liebána y se encuentra a solo 6 kilómetros de San Vicente de la Barquera en el Val de San Vicente. ¿Por qué está en la lista? Aquí se encuentra una torre declarada Bien de Interés Cultural en 1992 que posee unas características únicas en el conjunto de fortificaciones medievales de Cantabria. Se trata de un magnífico conjunto-fortaleza defensivo con su foso, cerca, ermita militar y torre que querrás conocer.
La primera construcción está datada del siglo VIII, con una posterior reconstrucción en el siglo XII (período al que pertenece la ermita). En ella podremos encontrar el escudo de los Estrada que da nombre al pueblo. La pena es que, en nuestro recorrido del Camino Lebaniego, la torre se encontraba en rehabilitación (Abril 2017) con lo que no pudimos entrar a conocerla pero os la enseñamos para que os hagáis una idea ya que es de gran valor histórico
2. Muñorrodero, donde se separan el Camino Lebaniego y el de Santiago
Una parada imprescindible y muy significativa en la historia de los caminos de peregrinación es Muñorrodero, un pequeño pueblo con mucho encanto aprovechado por los peregrinos como punto de avituallamiento (y para el resto que recorren el camino). Aquí se separa el Camino del Norte a Santiago del Camino a Santo Toribio de Liébana, es decir, crucenos y concheros se dicen "hasta luego" para recorrer un camino diferente. Unos llegarán a Santo Toribio de Liébana y otros a la Catedral de Santiago de Compostela aunque muchos de los primeros luego continuarán hacia la capital de Galicia.
La localidad, pequeña y con mucho encanto, forma parte del municipio del Val de San Vicente, muy cerca de lugares turísticos importantes como San Vicente de la Barquera, Comillas o Santillana del Mar. Pero Muñorrodero no acaba aquí...
3. La Senda Fluvial del Nansa, naturaleza pura
El punto anterior nos lleva a esta maravilla que también te encontrarás en tu camino al Valle del Liébana, una travesía paralela al río Nansa llamada Senda Fluvial del Nansa que te mostrará la naturaleza en estado puro, acompañando a los peregrinos en su recorrido. Este agradable paseo junto a este río cántabro, apoyado en puentes y pasarelas de madera, tiene un recorrido de aproximadamente 14 kilómetros entre bosques de abedules, hayedos y acebedas donde se dan la mano diferentes especies de fauna y flora, comunicando las localidades de Muñorrodero y Cades.
Su rehabilitación se cimienta en las viejas trochas de los pescadores pero ahora está perfectamente señalizado y acondicionado para que se pueda hacer incluso con los más pequeños.
4. Mirador El Collado, la primera panorámica
Merece la pena separarse unos metros del camino para alcanzar un mirador que nos abre las puertas al Valle del Nansa y permite admirar el paisaje de las sierras litorales y las praderías de Cabanzón en el valle de Herrerías.
Cantabria es un buen destino si deseas hacer una ruta por miradores ya que alberga unos cuantos que te permiten acceso a todo un universo de escenarios de naturaleza que no sabes con cual quedarte. ¿Os acordáis del "mirador de las cascadas del río Gándara"? Pues más abajo te proponemos otro que desafía las leyes de la gravedad.
5. Torre de Cabanzón, atalaya defensiva del valle del Nansa
Cabanzón, el siguiente pueblo en nuestro camino, alberga otro gran atractivo de una ruta tan singular, la Torre de Cabazón. Estamos ante una impresionante torre defensiva que permaneció como vestigio feudal del sistema de fortificaciones del valle del Nansa, caracterizándose además por conservar a su alrededor una cerca almenada.
Fue declarada también Bien de Interés Cultural en 1992. La construcción original se cree que es del siglo XII pero a lo largo del tiempo ha tenido sucesivas reconstrucciones y rehabilitaciones hasta una tipología más propia del siglo XV
Esta atalaya formaría parte de un conjunto de fortificaciones en el Camino del Nansa.
6. Ferrería de Cades, extraordinario conjunto que captaba agua
Acaba la primera etapa del Camino Lebaniego pero no sus tesoros. Es el caso de Cades y su Ferrería, una parada obligada para admirar este Bien de Interés Local en el municipio de Herrerías y en la ribera del río Nansa, muy cerca de la Cueva del Soplao (de la que también os hablaremos). Nos encontramos ante este antiguo conjunto de singular complejidad que data del año 1752 y cuya función fue llevar agua desde el Nansa a 1000 metros río arriba a través de un canal y poner así en movimiento a dos molinos y a la propia herrería para producir hierro. La fuerza del agua era la encargada de mover el mazo que golpeaba este material para transformarlo. ¿No os parece brillante?
Este ingenio hidráulico de gran tamaño está a día de hoy totalmente rehabilitado y abierto al público para visitas guiadas con demostración del funcionamiento incluído.
7. La Iglesia de Santa Juliana en La Fuente, joya del románico del S.XIII
¿Siguiente destino? La Fuente, otro pueblecito con mucho encanto perteneciente al término municipal de Lamasón, alberga una auténtica joya en su interior para aquellos que buscan tesoros escondidos del Patrimonio Histórico-Cultural de Cantabria, la Iglesia de Santa Juliana, Bien de Interés Cultural desde 1983. Estamos ante una joya del románico rural de principios del siglo XIII.
La singularidad de la iglesia es que se trata de una construcción adaptada al pequeño entorno al que pertenece, sin grandes alardes arquitectónicos, con características artísticas sencillas siguiendo ese estilo románico.
8. Mirador de Santa Catalina, un balcón al precipicio
Si enumerásemos los imprescindibles que no puedes perderte en el Camino Lebaniego pero también en toda Cantabria, hay uno que saldría solo, .. !el Mirador de Santa Catalina! Tenemos que admitir que, sin saber exactamente que podríamos encontrarnos, ha supuesto una de las grandes sorpresas del camino al Valle del Liébana.
Estamos en el monte de Santa Catalina, entre los pueblos de Cicera y Piñeres (perteneciente al municipio de Peñarrubia), sobre un balcón en el que te asomas a una espectacular panorámica del Desfiladero de La Hermida en su tramo más encajado y profundo.
No hay que decirlo, ¿verdad? !!Impresiona!! Cerca se encuentra la Bolera de los Moros, un modesto castillo medieval.
9. Desfiladero de La Hermida, la garganta más larga de España
Si la anterior parada era obligada, este conjunto de gargantas estrechas del macizo de Ándara no se queda atrás. En este punto nos encontramos ante un relieve de montaña único que merece la pena recorrer con calma acompañados en todo momento por el río Deva. Paredes casi verticales de roca caliza que parecen no tener fin con sus casi, alguna de ellas, 600 metros de altura (deciros que el dron no cogía ni GPS). Su situación entre los términos municipales de Lamasón o Peñarrubia hace que el camino al Valle de Liébana se haga por él inevitablemente.
Su longitud, cerca de los 21 kilómetros, hace que sea considerado el desfiladero más largo de España, además de muchas de sus áreas estar catalogadas dentro de zona de especial protección para las aves. El pueblo de La Hermida, encajado literalmente en él (aunque algo separado del Camino Lebaniego) te ofrece múltiples actividades. Algunas de las más populares (y que reúne a muchísimos viajeros amantes del turismo activo) es la escalada a un gran nivel y el senderismo. Para nosotros supuso otro precioso cambio de registro y paisaje.
10. Iglesia de Santa María de Lebeña, uno de los mejores ejemplos de arte prerrománico
Seguimos de tesoro en tesoro y es que no podemos utilizar otra definición más apropiada. La Iglesia de Santa María de Lebeña se ubica en la localidad del mismo nombre, ya en pleno Valle de Liébana. Dicen de ella que es uno de los mejores testimonios del arte prerrománico (datada del S.X), ya no solo de Cantabria sino de toda España, declarada Monumento Nacional en 1893 y posteriormente Bien de Interés Cultural.
Cuenta la leyenda que los Condes de Liébana la habían mandado construir para que allí descansase los restos de Santo Toribio pero cuando se disponían a abrir la sepultura, el conde y sus ayudantes se quedaron ciegos así que éste decidió que todos sus bienes en Liébana serían donados a los monjes del Monasterio de Santo Toribio para poder recobrar la vista.
Está abierto todo el año para ser visitada y en verano además cuenta con visitas guiadas para conocer su interior con más detalle. De él destaca sobre todo un retablo barroco del siglo XVIII de la Virgen.
11. Los paisajes altos de Allende, Cabañes y Pendes
Estamos llegando a nuestro destino y, aunque no está significativamente señalado dentro de las paradas obligadas, a nosotros nos ha parecido una de las zonas de paisajes más hermosos del recorrido (y no son pocos). Se trata de tres pueblecitos pequeñitos pero situados en zona alta entre la más pura naturaleza encajados entre vertiginosas montañas y alejados de la carretera principal, lo que les dota de más autenticidad.
Allende, situado en la carretera que va de Panes a Potes al otro lado de Lebeña, es un pueblo que nos introduce a un valle precioso en plena naturaleza. Cabañes es además el final de etapa del Camino Lebaniego con lo que dispone de albergue para peregrinos. Pendes, de solo 53 habitantes, es famoso por su quesería y por su Iglesia de Nuestra Señora de la Batalla Naval.
12. Potes, la capital de Liébana
Última parada antes de llegar a nuestro destino final en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana y de la que tenéis un artículo exclusivo en "Qué ver en Potes en 1 día (con mapa)" porque tiene mucho que contar. Potes es la capital de Liébana y se encuentra situado en el suroeste de Cantabria entre varios macizos montañosos que hacen que esta localidad disfrute de un microclima más cálido y seco que el resto de la comunidad. Podemos decir que es uno de los municipios más atractivos de la región, rodeada de un espectacular paisaje con vistas a los Picos de Europa, con un gran patrimonio arquitectónico y muchos más atractivos que ver.
Un paseo por sus callejuelas empedradas y sus casonas hace que te traslades a otra época. Lo mejor para conocerla.. !perderse por sus calles y su historia!
El +1, Monasterio de Santo Toribio de Liébana
Obviamente, como no podría ser de otra forma, el destino último es el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, objetivo de todo peregrino (o viajero que lo hace puramente por turismo) que hace el Camino Lebaniego y del que hablamos en la Guía básica "Camino Lebaniego, tras una enigmática reliquia" y donde el aliciente de alcanzarlo depende de cada uno: una promesa, vivir una experiencia nueva, reencontrarse con uno mismo o bien meditar sobre tu vida hasta ese momento.
MÁS PARADAS IMPRESCINDIBLES FUERA DEL CAMINO:
Si os preguntáis donde tienen cabida la Cueva de El Soplao, el Teleférico de Fuente Dé, Bejes o la Ruta de las Ermitas, todos ellos son más que imprescindibles si vienes a las comarcas de Saja-Nansa y Liébana (así que apuntadlos ya para vuestro viaje) pero no están estrictamente dentro del Camino Lebaniego (conocido también como Ruta montañesa) o en sus cercanías pero tendrán su propio artículo destacado
¿En nuestro caso? Poder contemplar de primera mano el fragmento más grande conservado de la cruz de madera donde Cristo fue crucificado, el Lignum Crucis.
¿Qué os han parecido estas sugerencias de paradas imprescindibles camino al Valle de Liébana que os hemos enumerado para planear vuestro camino? ¿Hay algún otro tesoro que incluiríais aquí? Esperamos que hayáis disfrutado leyéndolo como nosotros haciendo el camino. Y si buscas más de Cantabria, ya sabes que tienes los "21 lugares que ver en Cantabria imprescindibles (Y secretos)" ya publicado.
Paula e Isaac, desde el Camino Lebaniego (Cantabria)
