Acabamos de aterrizar en Taskent, capital de Uzbekistán e inicio (o continuación) de nuestra particular Ruta de la Seda, esa misma que comenzó años atrás en Costantinopla (Estambul) o Damasco y nos llevó a través de territorio sirio Palmyra o Dura Europos (saltando la actual Iraq) hasta la ciudad santuario iraní de Mashhad, a las puertas de Asía Central o Turquestán, en el corazón imaginario del mapa de la Ruta de la Seda, región compuesta por los actuales países de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán
Es una jornada de largos vuelos desde Madrid hasta Taskent vía Frankfurt pero perfecta para contextualizar lo que nos espera en los próximos días
- Turquestán, el espíritu de la Ruta de la Seda
- Desde Estambul hasta Mashhad, a las puertas de Asia Central
- Uzbekistan y Turkmenistán, el viaje continúa..
Turquestán, el espíritu de la Ruta de la Seda
Casi inconscientemente y un poco aturdidos (solo hay que ver nuestras caras) por estos horarios de vuelos que hacen que te levantes en Madrid a las 3 y media de la mañana para poder enlazar destinos (agua 1.80 EUR), nos damos cuenta que estamos volando hacia un área del planeta que permitirá continuar una aventura comenzada (casi sin querer) muchos años atrás. Lo hacemos vía Frankfurt con Lufhtansa, tras un pequeño desayuno (13.90 EUR), donde cambiaremos de la Terminal T1 a la T2 con el moderno monorail para hacer los trámites pertinentes (aunque las maletas van directas, hemos tenido que pasar por el mostrador de Uzbekistán Airways para recoger la tarjeta de embarque)
¿Cuántas veces habremos leído sobre la maravillosa Ruta de la Seda? Desde China y Mongolia hasta Costantinopla o Alejandría, uno de los grandes corredores comerciales que ha dejado la historia de la Humanidad por donde se abrieron rutas infinitas desde los primeros siglos entre Oriente y Occidente. ¿Y de los denominados “TAN”? "stan" en persa significa “tierra” y es precisamente el vasto territorio entre el Mar Caspio y las montañas Tián el que engloba una región histórica de Asia Central, el Turquestán
Kirguistán, Kazajistán, Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán (más allá de Afghanistán que también tuvo algún corredor y la región autónoma china de Sinkiang, el considerado Turquestán Oriental), componen el verdadero corazón de esta red de paso y encrucijada de civilizaciones a lo largo de los siglos. El punto en común de todos ellos es el de ser pueblos de etnia túrquica, la misma que llegó a Europa con los hunos, los búlgaros y los otomanos
Esta región de Asia Central, cuando todavía no disponía de límites geográficos, formó parte también del Imperio ruso desde inicios del siglo XVIII y, en la historia más moderna, de la ex-URSS cuando desde 1922 se expandió en una unión federal de 15 repúblicas soviéticas bajo el Comunismo hasta su caída en 1991, donde se mantuvieron las fronteras y con ellas las habituales tensiones.
Hoy por hoy, el último espíritu vivo de aquella Ruta de la Seda (nombre que no existió hasta tiempos más modernos) se encuentra en Asía Central, convirtiéndose en uno de los grandes retos de todo viajero apasionado. Bazares o mercados, pueblos nómadas o ciudades de grandes imperios, decenas de tazas de té y caravasares abandonados... todos ellos bajo la influencia de siglos de culturas que Paula y yo estamos decididos a seguir descifrando [aunque haremos muchas referencias en los diarios, !muchas gracias a Alexa y Emma por tanta y tan buena ayuda!]
Desde Estambul hasta Mashhad, a las puertas de Asia Central
Hay personas que han dedicado una vida a revelar los entresijos de esta tierra de encrucijadas. Paula e Isaac no somos más que dos curiosos viajeros que siguen creyendo que cualquier parte del mundo puede sorprenderles, con la ilusión del primer día cada vez que cargamos la mochila de esa "mente abierta" que requiere cualquier destino y con la creencia que cualquier persona puede alcanzar su propia aventura, esa misma que parte ya desde el aeropuerto de Frankfurt a Taskent (Uzbekistán) pasadas las 12'00 de la mañana aunque con un retraso de más de 1 hora del Boeing 767 nuevecito de Uzbekistán Airways (pantalla táctil, usb, aperitivo, comida y sándwich de media tarde -y nosotros seguimos con la rancia Iberia-)
Pero, ¿qué viaje continúa? El mapa de la ruta de la Seda, tantas veces presente en nuestras charlas, relatos o planificaciones de futuros viajes, ahora se presenta de nuevo lejos de esas aventuras mochileras de 2 o 3 meses o recorridos en bicicleta ahora tan de moda que nos encantaría poder realizar pero que ya sabéis que por nuestra forma de vida actualmente no podemos encajar. El viaje que continúa es aquel que comenzó en aquel caravasar Valide Han de Estambul, construido por el Sultan Kosem en 1651 y que a duras penas aguantaba el paso de los años sobre el Gran Bazar
No se sabe a día de hoy cuantos de aquellos refugios de mercaderes fueron edificados entre el S.XVI y s.XIX pero tras su declive con la aparición del motor, resultan reliquias que siempre hemos buscado en nuestros itinerarios y que nos adentró desde Petra hasta Alejandria o Tartus hasta Costantinopla (Estambul), hace años, por la malograda Siria procedentes desde la mágica Damasco
Desde allí, el desierto se abre camino por Palmira, aquel oasis de intensa roca clara, hasta las tierras de Mesopotamia donde un gran esfuerzo imaginativo nos trasladaba en Dura Europos a tiempos de mercaderes a orillas del imponente Eufrates
Esa ruta, de la que Irán forma parte importante (y de la que os debemos los diarios), donde vimos decenas de caranvasar hasta Mashhad, es la misma que haría famosa Marco Polo aunque tuviera sus 17 siglos de historia a sus espaldas, llevaba oro, plata, animales, vino o alimentos a Oriente y traía seda, porcelana, gemas o especias (hasta que se abriera la ruta de las especies marítimas siglos después) hacia Oriente, tiene más allá del Mashhad fronterizo de Irán en la mitad de ruta ciudades históricas como Merv, Bujará o Samarcanda (o Jiva de los corredores venidos del norte)...
... Parecía lógico que nuestra ruta continuase por Turkmenistán y Uzbekistán, ¿verdad? Y eso que le tenemos muchas ganas a Tayikistán especialmente por todo lo leído o al Turquestán Oriental pero ... !habrá tiempo!
Uzbekistan y Turkmenistán, el viaje continúa..
En estos momentos sobrevolamos a 11.000 m de altura y 900 km/h una de las catástrofes naturales más importantes del mundo moderno, el Mar de Aral, que junto al Caspio posiblemente hacen una frontera geográfica perfecta para delimitar ese territorio de Asia Central al que nos dirigimos. Tras alguna década de años viajados, nos sigue resultando sorprendente como mucha gente en nuestro entorno no es capaz de ubicar Uzbekistán todavía en un mapa con todo lo que encierra.
Si ya de por si los “TAN” guardan ese legado exURSS que comentábamos antes, ¿qué nos puede deparar un territorio donde el islam reinaba en la zona pero el catolicismo venía de Occidente y el Budismo de Oriente dejando caravansar, yurtas nómadas, puertas con decoraciones hermosas, imponentes mezquitas y hasta estupas budistas en el área de Tayikistán? Y más allá, un área del planeta donde el gran Imperio persa no solo se expandió por el actual Irán, sino también por los Irak, Turkmenistán, Afganistán, Uzbekistán y en época de máximo apogeo con los aqueménidas hasta Egipto y Grecia, lo que hace que hasta los tayikos reclamen en la actualidad Samarcanda y Bujará como propias, por sus raíces persa.
VÍDEO360º:
Ya sabéis que desde este diario, además de relatos, fotos y vídeos (incluyendo el dron), contamos con una cámara 360. Os dejamos a continuación el que usamos para proponeros el juego de adivinar donde habíamos estado. ¡¡¡Los colores destacados os dieron muchas pistas jejeje!!!
Para sumergiros completamente en él lo mejor es disponer de unas gafas de Realidad Virtual pero con el móvil podéis poneros de pie y girar a vuestro alrededor y verlo todo también
Viajar a Uzbekistán hoy es sumergirse en un país ya preparado para el turismo, con un visado mucho más fácil de conseguir a través de la embajada de Madrid (ACTUALIZACIÓN 2019: desde Febrero de 2019, los ciudadanos españoles no necesitan solicitar VISADO para estancias de menos de 30 días en el país) y donde más allá de las ciudades de las "Mil y Una Noches", Taskent, el valle de Fergana, el curioso Mar de Aral y muchas facilidades en transportes públicos permiten recorrerlo (y así lo haremos) por libre. Sobre viajar a Uzbekistan ya se ha dicho mucho pero teníamos ganas de escribir un diario actualizado a los tiempos que corren, donde el turismo ya forma parte de la gente y cada día son más los españoles que, por agencia o por libre, viajan al país. Nosotros lo haremos de esta segunda forma
Viajar a Turmekistán representa todo lo contrario, un país hermético al turismo, donde conseguir una visa de tránsito de 5 o 7 días resulta insuficiente en tiempo y cada vez más complicada por los rechazos de los consulados, y donde atravesarlo más tiempo pasa por contratar una agencia local al más puro estilo Corea del Norte o Buthan.
EL DIARIO DE PAULA:
Ya me conocéis.. ¡!no me gustan nada las jornadas de vuelos¡! aunque he aprendido a llevarlas. Ya no me hacen efecto ni las pastillas esas que dicen que te duermes 5 horas seguidas…jejejeje, Isaac no sé como lo hace pero sufre un efecto “flex” y cae redondo. Sin embargo, hoy la alegría ha hecho más light el vuelo porque nos han confirmado que nos aprobarán la carta de invitación para obtener el visado en la frontera de Turkmenistán (¡por los pelos!). Por si acaso ya habíamos hecho un visado de entrada múltiple en Uzbekistán ya que la otra opción pasaba por Kazajastán o Kirguistán
Aterrizamos en Taskent alrededor de las 21'40 (hay +3 horas de diferencia con España, donde todavía son las 18'40), tras 5 horas y 40 minutos de vuelo. De los trámites, conseguir el visado en la Embajada de Madrid y otros requisitos (formulario completado en el avión dando cuenta del dinero que llevamos y otros objetos de valor y otro allí mismo), ya os hablaremos con calma pero básicamente en apenas 20 minutos hemos pasado una aduana que antiguamente era pesada y lenta. Hemos leído bastante sobre policías "intransigentes" y que te revisan todo. En 2016, al menos con nosotros, nada de todo eso queda entrando por la capital, con una pequeña cola que circula rápido de aduanas, unas maletas que ya estaban saliendo y la entrega de dos papeles cubiertos en el avión con la declaración de cosas de valor (donde hemos puesto cámaras y portátiles, además del USD que traemos) que nos han sellado. ¡20 minutos de reloj! !perfecto!
Donde si hemos tenido problemas es en el cambio de dinero (OJO! Desde Septiembre de 2017 ya no existe mercado negro, tienes que cambiar tu dinero en la sede de un banco). Hay dos zonas de cambio, antes del control y después. La de fuera estaba cerrada así que nos ha tocado regatear con un taxista no oficial para que nos permitiese pagarle en USD. Cuando lo normal es que hasta 6 km (nuestro hotel se encuentra a 4 km) lo máximo que te pueden cobrar son 20.000 UZS e incluso, si no llegas tan tarde como nosotros y te acercas a la rotonda de salida del aeropuerto, los precios se pueden negociar mucho mejor y bajan considerablemente, hemos tenido que aceptar un sobreprecio de 10 USD. Es lo que tiene regatear de noche ya cerrada y muy cansados. En apenas 10 minutos nos recibe el Sunrise Caravan Stay Boutique, barato y con encanto, que hemos elegido para este primer día y el último del viaje cuando conoceremos la ciudad. También aquí nos han dejado los billetes de tren de mañana que hemos tramitado con antelación con el hotel de Samarcanda para no quedarnos sin plazas. Sale mañana a las 8'00
Uzbekistán es nuestra entrada en esta particular Ruta de la Seda que comenzamos hace más de una década. Asía Central o Turquestán se abre ante nosotros como esa aventura que hacía tiempo veníamos buscando.. pero será a partir de mañana. ¡Estamos muertos! ZzzZzZZ
Isaac y Paula, desde Taskent (Uzbekistán)
GASTOS DEL DÍA: 15.70 EUR y 10 USD (apróx 9,43 EUR)
