El mundo está repleto de enigmas sin revolver, teorías sin probar o lugares, ciudades y reinos envueltos en misterios "explicados" con hipótesis que a veces rozan lo inverosímil. Hoy comienzo esa aventura que lleva demasiado tiempo retrasada para una persona que nació en el mundo del walkman y las películas "ochenteras" como los Goonies, Regreso al Futuro, E.T., de Encuentros en la Tercera Fase, Gremlins, Blade Runner y, muy especialmente, Indiana Jones. El viaje que inician este vuelo de A Coruña a Jartum vía Madrid y Estambul y la propia historia de Sudán, tiene mucho de ese origen del espíritu y alma de Chavetas (incluso el sombrero del logo)... y he decidido que es así como voy a contároslo, desde el punto de vista más intimo y personal. Es hora de abrir esa puerta que lleva cerrada tanto tiempo...
Lo que no nos quita nadie es una larga jornada de trayectos y aeropuertos, aunque volar con Turkish Airlines siempre es un placer (FOTO portada y principal de nuestra compañera de expedición Noelia Sánchez, que ya estuvo hace 2 años en Sudán)
- Un mundo de misterios sin resolver, el prólogo de un vuelo a Sudán
- Breve historia de Sudán, hacia un viaje con "alma Chavetas.es"
- Visado y aduana en el Aeropuerto Internacional de Jartum
Un mundo de misterios sin resolver, el prólogo de un vuelo a Sudán
"El viaje que siempre quise hacer, la ilusión de un niño, el sueño de un vida,..." ¿cuántas veces he empezado así un diario de viaje? Me viene a la cabeza Irán, Tíbet, Antártida, Mares del Sur, Galápagos... Cuando uno, lejano a ser escritor, intenta transmitir ciertos estados de ánimo en determinados rincones del planeta (o en momentos especiales), a veces recurre inevitable a archiconocidos tópicos. Sin embargo, el 3 de Abril de 2006 nacía Chavetas con un viaje a Jordania y no era casualidad que, desde ese primer momento, el famoso sombrero de Indiana Jones figurase imperecedero a los tiempos y a los cambios en nuestro logo pues, entre todos esos destinos tradicionales (con nuestra "búsqueda de rincones secretos"), siempre han estado presentes los viajes de aventura y muy especialmente los que tienen un componente arqueológico o explorador. Chavetas no existiría sin los anteriores o sin los Groenlandia, Alaska, Svalbard, Lofoten, Uganda o Turkmenistán porque .. ¡ES LO QUE VERDADERAMENTE ME APASIONA!
Tampoco es casualidad que, en un destino donde Oli quizás todavía es muy pequeñita (apenas 1 año recién cumplido), el compañero de viaje elegido sea alguien que no dudó ni por un instante decir SI a aquel Siria-Líbano de 2009 o ese Uganda-RDCongo de 2011. Ya ha llovido desde entonces (es lo que tienen los peques) pero el destino ha querido juntame de nuevo con Juve (más allá de la amistad diaria) en el pequeño aeropuerto de Alvedro de A Coruña a las 5 de la mañana rumbo a Madrid.
Empezaba este relato hablando de enigmas. Hace poco, la ruta por China al Tíbet me llevaba a visitar Los Guerreros de Terracota en Xi'an, posiblemente uno de los mayores secretos de la antigüedad (ya más de 2.300 años) que todavía en pleno S.XXI somos incapaces de comprender. Pero si hablamos de misterios también nos vienen a la cabeza las Estatuas Moai de Isla de Pascua, Stonehenge, los Geoglifos de Nazca, las islas de las Bermudas y su triángulo, los campos de círculos en Namibia, lo "oculto" de la Rusia profunda y los muchos tesoros escondidos todavía en otros tantos barcos naufragados.
Particularmente, ese "espíritu Indiana Jones" (mezcla de misterio, arqueología, aventura y exploración) que impregna el "alma Chavetas" lo he encontrado en lugares mucho más remotos y desconocidos, a veces han requerido mucha dosis de imaginación, como en Gonur Tepe, la capital de la civilización olvidada de Margiana o del Oxus descubierta en las arenas del desierto Karakum, en pleno Turkmenistán. O también en la "Ciudad de Cristal" de Rasafa en la malograda Siria, conocida en tiempos romanos como Sergiopolis, donde las cisternas subterráneas de su subsuelo nos dejaron boquiabiertos. O mucho más lejos, en plena selva de la isla de Savai'i en Samoa, donde la pirámide Pulemelei Mound, de unos 12 metros de altura, fue abocada al olvido aún representando los orígenes de la Polinesia.
Partiendo de la base que en pleno S.XXI apenas existen grandes expedicionarios o aventureros, no somos más que "apasionados viajeros que buscan huir de las masas", ahora el rumbo se dirige a uno de los emplazamientos con mayor riqueza arqueológica del mundo, Sudán, un país que apenas emite 10.000 visas de turismo al año para los intrépidos que sabemos los tesoros que todavía oculta al mundo.
Breve historia de Sudán, hacia un viaje con "alma Chavetas.es"
8'00 de la mañana, Madrid. ¿Sabéis cual va a ser la parte más complicada de este viaje? Oli ya es consciente de su entorno y todos los días bailamos, saltamos o jugamos. ¿Qué pensará cuando me ve hacer la maleta? No hay cosa que más me gustaría que poder viajar con ella a estos destinos pero quizás todavía es pronto. Ya habrá tiempo (tenemos un buen ejemplo en nuestra amiga Emma con quien coincidimos en pleno Uzbekistán y ellos venían de Turkmenistán con sus pequeños). Nico y Paula se saben defender mejor ya, ¿verdad? Jeje
¿QUÉ NO PUEDE FALTAR EN UN EQUIPAJE A SUDÁN?
Quizás pueda parece obvio pero, por primera vez, he incluido una serie de cosas en la mochila que antes había descartado. Cosas que jamás pueden faltar:
- Mente abierta. No es tangible pero es algo que siempre repito y no hace falta mucha explicación.
- Una sonrisa que no solo abre puertas sino también corazones. La gente sudanesa dicen que es de LO MEJOR que te puedes encontrar por el mundo.
- Botiquín completo con probióticos, antidiarréicos, protectores gástricos, antibióticos, calmantes, tiritas y todo lo que consideres útil.
- Seguro de viaje que cubra en este país y pocos lo hacen. El de IATI si da cobertura.
A mayores, a un viaje como este es muy recomendable (casi imprescindible) traer:
- Mosquitera para la cama, mosquitera de cabeza y loción antimosquitos. Es muy probable que encontremos zonas donde tengamos que usarla.
- Crema solar y gafas de sol (incluso de repuesto si tienes): imprescindible.
- Jabón, gel, champú y toallitas con jabón tipo hospital, algo que he incorporado en este viaje por consejo de Isi (miembro de la expedición) y que venden en farmacias, puede ser muy útil en las casas nubias y no ocupan nada. Se mojan y ya tienes todo listo para un "lavado portugués" (o no, jaja).
- Almohada tipo avión y saco de dormir que no ocupe mucho.
- Toallitas higiénicas, gel desinfectante limpiador de manos y papel higiénico (varios rollos siempre en la mochila).
- Linterna frontal (o incluso una potente si se tiene para tema fotografía y vídeo).
- Baterías y pilas de sobra ya que no siempre tendremos electricidad. En mi maleta nunca falta un adaptador de coche con salida para 5 USBs y un adaptador de coche que está preparado para cargar las baterías del dron Mavic Pro (si, me llevo a Perejildo).
- Adaptadores de corriente. Lo mejor es llevarse un adaptador de enchufe universal de viaje.
- Fotocopias del pasaporte y fotos carnet extra.
- Lápices, cuadernos, boligrafos y todo aquello que pueda ser útil en una escuela. Ojo, turismo responsable, nada de caramelos, dinero
Quizás es buen momento para poner nombre y apellidos al incitador de todo esto. Si algo recuerdo por encima de todo de aquella aventura al corazón de Botswana hace unos años, más allá de la propia desconexión absoluta del "mundo de los hombres", es que viajé con uno de los grupos más increíbles que me he encontrado nunca. David Pobes (junto con Noe que es pura ilusión) nos espera ya en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional Adolfo Suarez con esa media sonrisa pícara que denota los nervios de que algo muy bonito está a punto de comenzar. Él y solo él, es el gran incitador de que algunos de nosotros regresemos a un viaje único. El grupo iba a ser de 8 pero pequeños imprevistos laborales han hecho que Javier viaje sin Patro (tienen una particular "guerra" por los países visitados así que aquí marca un sello importante). Patri e Isi son energía positiva hechas personas.
Del resto ya os hablaré más adelante pues mis pensamientos hoy, tras desayunar (9 EUR), y enfilar el vuelo de 4:25 min con Turkish Airlines hacia Estambul que ha despegado puntual en torno a las 12:30, buscan sumergirme en la lectura que describe los áridos paisajes como intentando descifrar previamente alguno de sus misterios. A este le ha seguido la última cerveza en 12 días (prohibidísimo el alcohol en Sudán) y el vuelo de 4h 20 minutos hacia Jartum (o Khartoum, como queráis llamarle)
La historia de Sudán resulta apasionante y, la antigua ciertamente, enigmática. Nubia, el reino del Kush, la tierra que se extiende entre la primera y la sexta catarata del Nilo, es un territorio de rocas de arena volcánica con más de 6.000 años de legado dispersos en un paraíso de vestigios arqueológicos de un pueblo único que deja, todavía en pleno S.XXI, numerosas lagunas pero una clara evidencia, una influencia africana que resultó imprescindible para el desarrollo de la Civilización Egipcia tal y como la conocemos... y un poco más abajo, en la unión entre en Nilo Azul y el Nilo Blanco, en Jartum, comienza nuestro viaje
Nubia, habitada ya desde hacía más de 100.000 años en la Prehistoria, fue en la Antigüedad un estado independiente que en el segundo milenio a.C. se constituiría como el primer reino unificado con Kerma como capital, conocido como “Tai-Seiti” (la tierra de la “gente del arco”). Aunque era un pueblo preparado para la guerra fue invadido y conquistado sucesivamente durante varios siglos
A mediados del primer milenio a.C. apareció el propiamente dicho reino de Kush, el suministrador principal de oro de Egipto, que no solo conseguiría recuperar su independencia sino que tomaría en el S. VIII a.C. el Alto y Bajo Egipto fundando la distastía XXV ¡de faraones negros! Sin embargo, solo duraron 67 años en el trono (aunque su legado se conserva) y tuvieron que retroceder, en parte forzados por los asirios, formando el denominado Reino de Napata puramente nubio pero con grandes influencias egipcias en su religión y pirámides.
Diversos acontecimientos como el endurecimiento de las condiciones climáticas, el crecimiento de la ciudad de Meroe y, especialmente, la campaña del faraón Psamético II contra los descendientes de los faraones negros, llevó en el 591 a.C a trasladar la capital a Meroe. Fueron años de relativa estabilidad donde no solo se transmitió la cultura griega sino que emergió una figura singular en aquella época, las candace o reinas/faraonas negras del Kush (la más famosa fue Amanetaki en el 20 a.C.)
La decadencia había empezado. No se saben las razones exactas pero se cree que la deforestación, el agotamiento de minerales y la aparición de nuevos grupos de Cultura Ballana o Grupo X, fomentaron el abandono y la posterior ocupación de los Noba que daba lugar a la Nubia Medieval invadida por el reino etiope de Axum, consituyendo tres nuevos reinados con Nobatia al norte (capital en Faras), Makuria en el centro (capital en Dongola y famoso por detener la islamización durante más de 600 años hasta 1.317 d.C-) y Alodia al sur (captial en Soba, cerca de Khartum).
LOS ENIGMAS DE NUBIA (VOL1): Los jeroglíficos meoríticos, un lenguaje sin descifrar
Día a día os voy a ir contando en esta caja algunos "misterios" que deja un viaje a Sudán, en este caso el de sus jeroglíficos meoríticos. Si bien hasta el reino de Napata, la gran influencia egipcia permite interpretar su escritura, es a partir del S.III a.C cuando con el traslado de la necrópolis a Meroe, aparece junto a éstos una nueva lengua indígena "moderna" (se puede leer como la etrusca y tiene 23 símbolos en cada forma) pero cuyo idioma sigue siendo completamente desconocido en pleno S.XXI.
En tiempos en que las IA son capaces de hacer hipótesis de traducción sobre el libro más misterioso del mundo, el manuscrito Voynich, todavía existe la considerada lengua escrita más antigua del África subsahariana donde solo algunos nombres propios o algunas palabras aisladas (como Tenke -oeste-, ATO -agua-) han podido ser descifrados por sus contextos. Incluso hace poco unos arqueólogos franceses recuperaron la mayor colección de textos que se conoce en Sedeinga (Sudán) en las ruinas de un templo dedicado a la reina egipcia Tiye (abuela del faraón egipcio Tutankamón)
Desde entonces hasta nuestros días, Nubia pasa al oscurantismo y solo la colonización británica y los efectos de la presa de Assuan merecen destacar tras un glorioso pasado. Esta breve historia, salpicada en forma de restos arqueológicos únicos, la veremos día a día en medio de uno de los lugares más salvajes y ausentes del turismo masivo que hay en la actualidad. Las pirámides de la necrópolis real de Meroe, los templos de Jebel Barkal, de Naga y Musawwarat, El Kurru, o la montaña sagrada serán nuestros objetivos (FUENTES FOTOS: ancient.eu, wikipedia y google)
Visado y aduana en el Aeropuerto Internacional de Jartum
Lee un libro sobre Yibuti en un asiento a mi derecha que llama mi atención. "¿Dónde vais?" nos pregunta. David, es guía de Banoa y conoce nuestro destino mejor que nadie. "Sudán está peor que nunca. El embargo hará que un día salte por los aires. La moneda se ha devaluado y hay escasez de todo. La pobreza es insostenible" nos dice. El viene de hacer Vanuatu, sudeste asiático y ahora lleva un grupo a Yibuti y Danakil pero lo que me hipnotiza es que ha estado en mi "superdestino platónico", Papua Nueva Guinea, abriendo una ruta. "Papúa Nueva Guinea. Por el río Sepik al mar de Bismarck" le han llamado y desde ya lo tengo entre mis objetivos cercanos. David Pobes se presenta. Ambos David tienen cosas en común. Abandono la conversación.
Es casi la 1 de la mañana cuando el segundo vuelo procedente de Estambul aterriza en el Aeropuerto Internacional de Jartum tras esa larga jornada de vuelos (y lectura). Todavía queda un pequeño trámite que me tiene algo angustiado. Como decía arriba, me he atrevido a viajar con Perejildo, mi dron Mavic Pro, aunque no lo he hecho en el equipaje de mano sino que lo he facturado con las hélices desmontadas. En principio nos tramitarán mañana los permisos de fotografía y vídeo con la que será nuestra agencia local en el recorrido, Raidan Travel Tours. Eso no quita que en este tipo de países uno tenga cierto respeto.
Los trámites no han sido excesivamente complicados. Del avión hemos salido directos al control de pasaportes donde hemos cubierto un papel y, tras una pequeña cola y ninguna pregunta, han comprobado el visado y nos han sellado la entrada (lo cual me recuerda que tendré que volver a pasar por la embajada de USA a una entrevista si quiero volver a entrar en el país en futuros viajes). Ahí hay un control de la bolsa de mano y la entrega del papel de aduana donde tampoco ha habido mayor complicación. La sala de maletas en si si que es un poco caótica pero tras enterarnos cual era nuestra cinta y un rato de tensa espera, aparece nuestro equipaje. Nadie me ha comprobado nada. ¡Viva! Estoy dentro. ¿O no? Mmmm... No, no tan rápido
Esta pegatina amarilla es una marca que ponen en las maletas para identificar aquellas que consideran que deben ser revisadas antes de salir al exterior en el último control. Nosotros ni nos habíamos percatado (la podíamos haber quitado y nadie se hubiera enterado) pero ha sido en ese punto cuando a varios de nosotros nos han parado. ¡Ay mi dron y mis panorámicas de Meroe desde el aire!. ¡Falsa alarma! Me han preguntado por las medicinas pero a la bolsa del dron, ni caso (¿pensarían que era una cámara de fotos así sin hélices?). En 2 minutos me han dado el OK. ¡Estoy fuera! Y de ahí al hotel
Dormimos en el Grand Holiday Villa Hotel. Inicialmente lo íbamos a hacer en uno más sencillo pero David y Noe guardan buenos recuerdos de su anterior estancia y estar al lado del río y el puente donde hay gran ambiente todas las tardes nos ha decantado. Además tiene una buena piscina, desayuno y cena-barbacoa, algo que agradeceremos tras varios días de "más penuria" (obviamente bajo nuestros estándares, muchos pagarían por ella) por el desierto de Sudán. Con la imagen del Corinthia Hotel Khartoum, financiado por Qatar Airways, que parece que estamos en el mismo Dubai, Juve y yo ya estamos deseosos de empezar la aventura
Isaac (junto con la Expedición Pobes), desde Jartum (Sudán)
GASTOS DEL DÍA: 9 EUR
