Si bien alguien que viaja a Sudán busca el legado de aquellos Faraones Negros que recuperaron la independencia del reino del Kush en torno al 1.085 a.C e incluso lograron gobernar la Civilización Egipcia durante siete décadas, no hay que olvidar que Nubia estuvo bajo influencia (y muchos periodos bajo dominio) de éstos desde el 3.000 a.C. Hoy, de hecho, nuestra ruta nos lleva a esa parte de la historia, al considerado como mejor templo egipcio encontrado en territorio sudanés, Soleb
Tras la dura jornada de ayer, hoy la Expedición Pobes afronta un trayecto más corto para ya situarnos en la parte más al Norte del viaje, cerca de la frontera con Egipto, desde la que descenderemos poco a poco hasta la capital
Ruta desde Dongola a Soleb
Pasan los días y sigo atónito como en una de las regiones más inhóspitas del planeta, una extensión de arena y piedras absolutamente muerta, logra sobrevivir gracias a ese héroe de enorme caudal llamado Nilo que permite florecer aldeas de adobe y arena en todo su curso. Es el caso de Dongola, cuya ribera verde nada tiene que ver con lo te encuentras en cuanto la carretera abandona el curso del río. Aquí hemos dormido en unos barracones de un antiguo aeropuerto militar aunque esa historia, como os prometí ayer, la dejamos para uno de esos artículos de anécdotas viajeras
Tras desayunar, hemos pasado por el mercado para aprovisionarnos y tomarnos el té/café de cada mañana con la población local. Los colores vivos del área de Jartum se han reducido pero la sonrisa y el carácter alegre del pueblo sudanés sigue tan presente que sigo contrariado por el hecho de no saber más de esta gente antes (y eso que algo ya nos habían contado). Siempre que me preguntan digo que los sirios, persas y birmanos son los pueblos que mejor nos han tratado por el mundo adelante pero creo que los nubios acaban de entrar en el grupo
LA CARA MÁS DURA DEL DÍA A DÍA EN SUDÁN:
Como viajeros (o turistas, como queráis llamarlo) apenas percibimos una mínima parte de la realidad de un país azotado por momentos críticos de pobreza. Hoy, sin embargo, si hemos visto un detalle que nos ha dejado pasmados.
Aquí en Dongola hay más policía visible que en Jartum (y eso que la secreta ni nos enteramos de ella) y también bastantes más mendigos. En un momento dado, andando entre puesto y puesto, hemos asistido a un escena en la que un policía requisaba el dinero a un mendigo tirado en la calle. No solo se mueren de hambre sino que encima hay un claro abuso de poder. ¡Qué lástima!
Mohamed no nos deja hacer fotos hoy tampoco en el mercado pero, aún así, Noe se ha traído un pequeño aparato que le permite imprimir instantáneas desde el móvil y va en busca de un puesto en el que pasaron un buen rato en su antiguo viaje.. ¡Y lo encuentra! La cara de ilusión y fascinación del encargado del pequeño negocio de fruta cuando Noe le imprime la foto que le hizo hace 2 años y se la da es de esos momentos que no tiene precio. Algo me dice que la propia Noe disfruta más con estos momentos que "persiguiendo" las tumbas de algún faraón.. ¡y no es para menos!
4 horas y 200 kilómetros nos separan de Soleb y es hora de partir pues Sharaf, nuestro cocinero, ya tiene todo lo que necesita. La ruta del día será parecida a la siguiente..
El verde del Nilo se torna en el dorado del desierto, las colas kilométricas de las gasolineras en la imagen de salida de Dongola y los meticulosos controles, ahora militares más que policiales, en nuestra parada cada cierto espacio de tiempo. La nada más absoluta delante de nosotros, un vasto área de arena y rocas volcánicas..
Hay que reconocer que los "stop" para "evacuar" se han convertido en los momentos divertidos de la ruta ya que los conductores, especialmente Hawary y Hani, ya han cogido la suficiente confianza con nosotros como para bromear. Tanto es así que el propio Perejildo, mi Mavic Pro, ha sido rebautizado como "el Dragón", jajaja
Son alrededor de las 13'00 cuando entramos por el camino polvoriento del pueblo de Soleb que no deja de ser un grupo de casas bajas de adobe con bellos portalones de colores y pequeños patios interiores. En una de ellas nos recibe el viejo Hamid, un anciano con cara de buena gente, de esos entrañables que ya sabes que te va dar todo lo que tiene (y lo que no tiene) antes de hospedarte.
Hace 2 años, cuando Noe y David vinieron a Sudán también se alojaron aquí pero lo ven muy cambiado. Parece ser que ésta, nuestra primera casa tradicional nubia donde pasaremos la noche, ha sido ampliada estos años, ya tiene electricidad (antes solo generador) y ahora cuenta con nuevas habitaciones, igual de sencillas pero más acogedoras. La ducha, eso si, seguirá siendo de agua fría que es lo que encontraremos hasta Meroe. Lo mejor, su ubicación, justo en frente del recinto arqueológico.
No obstante, estamos ante una casa histórica que quizás en su momento nada tenía que ver con donde estamos ahora. Aquí trabajó durante 20 años de su vida Michaela Schiff Giorgini (desde 1957 a 1977) dirigiendo una expedición arqueológica italiana en la reconstrucción de lo que vemos ahora y lo muestra con orgullo, así como fotos de ese momento y su carnet por aquella época,
Mientras Sharaf se ha puesto a cocinar, hemos aprovechado para montar las mesas de lo que será nuestra "base" para las próximas dos noches ya que en la zona hay mucho que ver.
¡Ñammmm! ¿Pero de dónde han sacado a este cocinero? Si lo metemos en un estrella Michelin de España no daría el cante. Eso si, el dichoso foul no ha acabado de triunfar, al menos en mi estómago. ¿Cómo puede llevar tanto aceite?
No estamos en verano (dicen que es imposible venir a Sudán en esas fechas) pero aún así vamos a descansar un poco antes de acercarnos a los yacimientos arqueológicos ya que está pegando muchísimo el calor en estos momentos.
Soleb, el mejor templo egipcio encontrado en Sudán
Corre el año 1844 cuando el pionero egiptólogo alemán Karl Richard Lepsius llega a este lugar. Estamos a pocos metros del lado occidental del Nilo y nos trasladamos en el tiempo hasta el Período Egipcio de Amarna (mediados de la Dinastía XVIII)
Delante de nosotros un tesoro en forma de columnas con jeroglíficos, piedras artísticamente labradas y otros restos de un gran templo, entre palmeras y arena, como si lejos de estar en un museo esperase cada día un nuevo aventurero que las descubriese
Soleb es el legado egipcio en territorio nubio que el gran faraón egipcio Amenhotep III dejó en herencia al actual Sudán a más de 150 km de la frontera, muy cerca de la tercera catarata del Nilo
Figuras, relieves ... y tumbas de la Dinastía 18 en lo que se considera una gran necrópolis de su tiempo
¿Qué sentiría Karl Richard Lepsius en 1844 cuando lo re-descubrió para el mundo occidental? El templo de piedra arenisca parece ser que está construido en honor a Amun Re y al faraón representado deificado con cuernos de carnero y su planta resulta una copia de la de Luxor (también de Amenhotep III)
LOS ENIGMAS DE NUBIA (VOL4): Una ceremonia kushita en Luxor
Al igual que existe legado egipcio en Sudán, existen misteriosos hallazgos en Egipto cuyas explicaciones son todavía un misterio. Es el caso del descubrimiento que unos arqueólogos canarios se encontraron en Luxor en 2012, en concreto en la tumba del antiguo alto funcionario egipcio Nisemro. Se trataba, ni más ni menos, que de una copa ceremonial de la dinastía XXV, la de los Faraones Negros, junto a otras piezas cerámicas. ¿Se trataba de un ritual funerario en pleno Valle de los Reyes?
Soleb también es importante por ser el origen de un tesoro, los llamados leones Prudhoe. Estas dos idénticas esculturas de leones rojos fueron talladas en el año 1370 a. C. bajo el mandato de Amenhotep III (luego inscribieron sus nombres Tutankamón, Ay y Amanislo) y fueron los guardianes en las puertas del templo de Soleb durante mucho tiempo hasta que el último rey kushita de Meroe, el propio Amanislo, lo trasladaría al sagrado Gebel Barkal que veremos en próximos días.
¿Dónde están ahora? Como muchos tesoros del mundo, fue el Lord Prudhoe (de ahí el nombre) quien los entregó procedentes de Jebel Barkal al Museo Británico de Londres en 1835. Allí vimos uno de ellos en nuestra penúltima visita (habrá que volver).
CUANDO TE CREES ESTAR EN MEDIO DE LA NADA.. Y TE RECONOCEN EN SUDÁN
¿Os ha ocurrido alguna vez? De eso que te crees estar en medio de la nada más absoluta, en un país hermético al turismo y en un yacimiento arqueológico que poca gente visitará en su vida y aparece otro grupo, además de españoles, que está haciendo una ruta parecida. Son de la agencia Trekking y Aventura y lo hacen con el receptivo Lendi Travel más un arqueólogo español. Lo mejor viene cuando, entablando una conversación con varias chicas, una de ellas te dice "yo a ti te conozco, te sigo en Instagram". Mi cara no se ni describirla. Un fuerte abrazo si algún día me lees. ¡Escríbenos!
Ha comenzado a atardecer y en estos momentos me doy cuenta que tanto Noe como David están haciendo un viaje muy diferente al que estamos afrontando Javi, Isi, Patri, Juve y yo. El hecho de haber venido hace 2 años hacen que valoren mucho más esos momentos con la gente o este atardecer sin necesidad de tener una cámara en mano.
Juve y yo, sin embargo, no queremos perdernos nada pues, aunque no os lo hemos dicho aún, además de la Sony a6500 (y la a5100 pequeña de Paula que veis en la foto), nos hemos traído a este viaje único el dron, la GoPro, gimbals y más material fotográfico y de vídeo porque queremos hacer algo chulo. Aunque de eso ya os contaremos más.
La casa nubia en que nos alojamos no solo es ideal para disfrutar del templo al atardecer y anochecer apenas caminando unos pasos, sino que además nos va a servir de base durante 2 noches para conocer muchos más lugares que merecen la pena a pocos kilómetros, como nos explica Mohamed después de cenar.
Además, existen muchos vestigios egipcios en el actual Sudán, alguno más cerca de lo que pensamos y es que el propio Amenhotep III construyó un templo para la reina Tiye como una manifestación del Ojo de Ra en Sadinga.. pero eso es una historia que os contaremos mañana ya que al dormir apenas a unos metros del recinto, la noche nos regala una bonita sesión de fotos bajo un manto de estrellas en Soleb, el posiblemente mejor templo egipcio en Sudán. ¿No creéis?
Isaac (junto con la Expedición Pobes), desde Soleb (Sudán)
GASTOS DEL DÍA: 0 SDG
Cómo entiendo a Noe, es de las mías... «Nunca volverás a estar totalmente en casa. Porque una parte de tu corazón siempre estará en otros lugares». Pues es totalmente cierto. Aaahhhh, y ya veo que la policía de Sudán son primos hermanos de la policía turística egipcia...
Yoko Doi mira! No es dnd querías ir???
Me he quedado de piedra con la “anécdota” de la policía... No entiendo cómo puede haber gente sin corazón.
El templo es genial y las fotos de noche muy chulas!!
Anda que encontrarte con un seguidor en Sudán... si es que el mundo es un pañuelo!! A ver cuando nos encontramos nosotros 😜
Es fascinante.....aunque yo....lo de la ducha fria, brrrr!!!
Es que ya no puedes ir tranquilo a ninguna parte, la fama te persigue 🤣🤣🤣 En Bukhara también nos juntamos un buen grupito
Cómo entiendo a Noe, es de las mías, de las que disfrutamos con las gentes más que con los templos y ruinas... esto último se ve una vez y lo otro, lo otro se queda en tu corazón para siempre. No todo el mundo piensa así pero así es como yo lo siento. Y, por lo que veo, la policía en Sudán son primos hermanos de la policía turística egipcia...