Se que algún día (o quizás es lo que deseo) Oli leerá estos relatos y seguirá alguno de mis pasos. No se si lo hará en el Tíbet, Groenlandia o Sudán pero si me lees pasado ya un tiempo, apunta esta jornada como una de esas en la que tu padre se sintió realizado. También pienso que me equivoqué de carrera. ¿Cuánto pagaría ahora por unas horas de arqueología? Es un trabajo durísimo pero la satisfacción que puede sentir un equipo cuando encuentra lugares como Sadinga y el templo dedicado a la reina Teje, esposa de Amehotep III o la isla de Sai, una congregación de historia de diferentes épocas en tan poco espacio, debe ser infinita, todo gestado gracias a ese manantial de vida que es el Nilo
No obstante, ¿te digo cuál es la experiencia más enriquecedora de todo el viaje y de una vida viajera? Poder entrar en una escuela sudanesa para observar el esfuerzo de unos maestros en un poblado aislado en el desierto mezclado con la inocencia de un niño que recibe la visita de unos extranjeros.
- Visita a una escuela, la experiencia del viaje
- Sadinga (o Sedeinga), templo a la reina Teje y necrópolis
- Atrapados en la arena, espíritu de expedición
- Sai, un paseo por la historia de Nubia en una isla del Nilo
- La duna del Sahara sudanés ... y un pinchazo cuando buscamos oro
- Kosheti, un templo en el interior de la montaña
Visita a una escuela, la experiencia del viaje
A estas alturas de viaje, no se todavía que sentiré cuando me adentre en una cámara funeraria perteneciente a los Faraones Negros del Reino de Kush pero ya tengo clara cual ha sido la experiencia que más ha tocado mi corazón del viaje (y creo que de mis compañeros también). Lo dije el primer día y creo que lo voy a repetir hasta el último, vine embrujado por los yacimientos arqueológicos de una civilización olvidada oculta bajo la arena del desierto y me iré enamorado del pueblo sudanés. Eso no quita para que, ya que estamos apenas a unos metros, pongamos el despertador a las 5.30 para ver un amanecer en Soleb. No todos los días estás en un lugar así, ya habrá tiempo de dormir.
Nos traemos timelapses y vídeos espectaculares de todos estos días. Espero poder trabajarlo pronto en este viaje porque contar historias en vídeo es lo que más me apetece incorporar en el futuro.
Tras desayunar, Mohamed nos ha propuesto ir caminando a una escuela por el pueblo. ¿Qué mejor forma de ver la realidad de una localidad perdida a orillas del Nilo que ésta? Casas bajas de ladrillo de adobe cocido recebadas con un mortero y paja, ganadería de cabras y ovejas, el medio de transporte más rudimentario, el de pequeños burros esqueléticos, a veces cabalgados por tipos enormes (los nubios no son una raza pequeña que digamos) lo que hace la escena algo ridícula...
.. y mucha, mucha soledad, apenas interrumpida por la aparición de ancianas vestidas con ropajes de colores vivos, cargadas de algunos pocos alimentos y hablando lenguas ininteligibles hasta para el propio guía (hay más de 100 dialectos en Sudán).
¿Soledad? Tras dejar atrás una pequeña botica cerrada (dicen que el médico pasa un día a la semana por aquí aunque parece semi-abandonada), oímos revuelo a lo lejos. Son niños, decenas de niños que salen de lo que parece una escuela en dirección a nosotros.
No hay nada más inocente y puro que un niño, en Sudán o en China. La ilusión y fascinación con la absorben su entorno es algo que estoy aprendiendo por primera vez en mi vida con Oli
Es precisamente a esa escuela a las que nos llevaba Mohamed, una que ha accedido a mostrarnos como educan a los más pequeños.
En este colegio hay alrededor de unos 150 niños con un jefe de estudios, varios profesores y hasta una profesora (algo impensable en otros países del entorno -no obstante, la realidad de Sudán en otros aspectos es más dura pero lo dejaré para próximos relatos-). Entramos clase por clase y nos muestran, en perfecto inglés (mejor que el mio) como han aprendido "cantando" diferentes asignaturas.
A partir de los 7 años, los más pequeños escolarizados, la asistencia es obligatoria. Los más mayores de este centro tienen 14.
Este es un momento para no olvidar, de esos en los que te das cuenta que la verdadera naturaleza de un pueblo, del mismo ser humano, está lejos de sus gobernantes y mucho más de la intoxicación a la que te someten los medios de comunicación, muchas veces de forma interesada.
Chicos y chicas están separados por pupitres y zonas en el aula pero todos muestran disciplina ante las peticiones de cada maestro.
Cantan. Ríen. Si ya los mayores no pierden esa sonrisa perenne, ¿qué decir de los más pequeños? Hoy se nota que los profesores están siendo más permisivos y les dejan interactuar con nosotros y salir de las aulas al patio.
Este momento le hubiera encantado a Paula. Esto también es Sudán, pero también lo era Siria y lo es en Palestina y en Irán y en Somalia. ¡Qué nadie nos ciegue! Detrás de gobernantes y países hay corazones inmensos de niños y personas que, sin necesidad de un Iphone, sobreviven a los tiempos que les ha tocado vivir.
Sadinga (o Sedeinga), templo a la reina Teje y necrópolis
Dejamos atrás la escuela, casi más por la presión de Mohamed que por las ganas. Hoy seguiremos afincados en Soleb pero conduciremos algo más al norte, entre la catarata tercera y segunda, lo más cercano a la frontera de Egipto que estaremos en este viaje. La ruta del día gira en torno a dos emplazamientos cercanos a donde hemos pasado la noche, Sadinga y la Isla de Sai, aunque para movernos a esta última tenemos un pequeño trayecto por el Nilo.
Sadinga (o Sedeinga) es más importante por lo que esconde que por lo que ves, empezando por el el templo dedicado a la reina Teje o Tiye y extensión del templo de Soleb de su esposo el faraón egipcio Amenhotep III que visitáramos ayer. Realmente, apenas una columna se mantiene en pie y es momento de sacar mucha labor de imaginación.
Más impresionante es la información sobre su necrópolis, descubierta entre 2009 y 2012, sorprendente por la cantidad de ellas que hay en tan poco espacio. Se dice que hay unas 80 pirámides pequeñas con miles de cámaras funerarias que datan de la época del Reino de Kush meroítico
Y no solo eso, el descubrimiento esconde tumbas de niños, algo que sobrecoge y a lo que no se ha encontrado explicación ya que estamos en un lugar dedicado a mujeres de alto rango
LOS ENIGMAS DE NUBIA (VOL5): La escritura meroítica, un alfabeto sin descifrar en el S.XXI
Uno de los grandes enigmas del S.XXI es todavía descifrar el alfabeto meroítico que daba lugar a un idioma actualmente muerto en el reino del Kush y que no tiene analogía con el antiguo nubio o el egipcio. Es decir, a 2018 apenas algunos nombres y palabras sueltas han podido ser traducidas considerándose esta lengua escrita más antigua de África subsahariana como un misterio por resolver
Es precisamente en este lugar, en Sadinga (o Sedeinga) donde hace unos meses, en Abril de 2018, unos arqueólogos que trabajan en la necrópolis anunciaron el descubrimiento del mayor número de inscripciones funerarias y la mayor colección de textos jamás descubierta escrita en meroítico, además de un dintel de capilla con una representación de la diosa egipcia Maat con rasgos africanos y otras piezas. ¿Lograremos entender algún día que decían
No nos detenemos mucho ya que se nos ha hecho algo tarde y todavía tenemos que parar a comprar algo para la comida que nos hará Sharaf sobre la marcha. Para ello paramos en un ultramarinos algo más adelante, cercano a una casa que llama la atención más allá de su puerta.
Estos día atrás hablaba de los problemas de abastecimientos de alimentos de primera necesidad, incluido el pan, además de gasolina, a los que está sometido Sudán por el embargo. En Jartum eso era menos explicito pero basta con entrar a este supermercado para darnos cuenta que apenas queda de nada.
Eso si, a un té/café y un intento de conversación (aquí más difícil por el dialecto) siempre estas invitado
Atrapados en la arena, espíritu de expedición
Más o menos de broma, hemos llamado a este viaje "Expedición Pobes" en honor a su incitador y a ese espíritu de aventura e improvisación que tendremos en cada una de las etapas. No obstante, somos conscientes que no quedan exploradores en pleno S.XXI y cuando nos referimos a ello es más por las condiciones de la ruta y ese factor de incertidumbre, que por la exploración en si. Y eso se cumple y en África circulando por el desierto más.
Hoy nos ha pasado de todo, hasta tal punto que hemos encallado en la arena con uno de los coches y nos ha costado 40 minutos sacarlo (y no iba a ser la primera vez del día). También hemos pinchado pero eso os lo cuento más adelante. Y lo mejor.. ¡Me encanta ir con este grupo que transmite energía positiva a raudales! Es como si fuera la dósis necesaria que le faltase al viaje
De Isi y Patri os he hablado poco, de momento, en este viaje aunque si lo hice mucho en Botswana. Creo que conozco pocas personas que hayan viajado más que ellos por el mundo pero lo que todavía me sorprende aún conociéndolos (nos visitaron en A Coruña hace poco y conocieron a Oli) es la ilusión y vitalidad que transmiten, siempre optimistas. Da gusto viajar con personas así... y como no podía ser de otra forma ¡logramos lo que nos propongamos!
¡Coche desatascado! Hora de continuar nuestro camino
Sai, un paseo por la historia de Nubia en una isla del Nilo
El sol de África tiene algo especial. Suelo recalcarlo en los viajes de naturaleza pero en Sudán las sensaciones son parecidas. Un amanecer o un atardecer son ya en si mismo un tesoro, estuviéramos rodeados de fauna, de tribus o de piedras que cuentan historias. Si a eso le añadimos ese gran gigante que es el Nilo y unos palmerales, uno se sentaría horas a disfrutar.
Hemos llegado al emplazamiento donde nos espera una especie de barcaza (tarde pero hemos llegado).
Para ir a la isla de Sai tenemos alrededor de 4o minutos de travesía por el río Nilo, entre las cataratas segunda y tercera y eso lo disfrutamos a gusto tras los esfuerzos para sacar el coche de la arena (incluso "algunos" nos olvidamos de la crema de sol, jaja)
¿Y qué tiene de especial? La Isla de Sai es una escuela en si misma, es un paseo por la historia de Nubia reducido a 50 km2 de extensión en el que encontrar evidencias del neolítico, del primer reino unificado de Kerma, del Nuevo Reino de Egipto (incluso molinos de producción de oro antiguo -Nubia siempre fue considerada la fuente de oro de Egipto-), del Reino de Napata, del Meroítico, del Medieval cristiano y hasta vestigios otomanos de su época islámica.
Desembarcamos en ... bueno, digamos que desembarcamos donde podemos. El río y sus llanuras de inundación proporcionan un oasis perimetral dentro del interior desértico de la isla
¡¡¿Pero qué es esto?!! Al lado de lo que parece ser un futuro museo, ahora en construcción, hay un campo de "tesoros" dejado a la intemperie de los siglos. Miles y miles de piezas de museo, vasijas y otros artefactos, destrozadas ante nosotros
Sai fue ocupada de forma intermitente por los egipcios durante el Imperio Nuevo. Se han realizado investigaciones arqueológicas en los 50 tanto en la ciudad como en las afueras y todavía no se ha logrado comprender el alcance de la ocupación. De hecho, aún podemos ver algún arqueólogo trabajando a estas hora del día. ¡Qué merito!
Pero el origen de los primeros asentamientos va mucho más allá pues se dice que se han encontrado restos humanos que tienen más de cien mil años (si si, 100.000), por lo que se cree que la isla estuvo habitada desde siempre
Aunque hay que echarle mucha imaginación, la fortaleza que domina el río Nilo se construyó en el sitio de una ciudad del período faraónico, se cree que por Ahmose (1.580 a.C.) o en la época de Amenofis II (1.450-1425 a.C.) y tiene un templo que data del reinado de Thoutmosis III.
La necrópolis exterior al templo tiene sus orígenes en el periodo Kerma (de la que conoceremos más estos días, otra gran olvidada), con túmulos de hasta 40 metros de diámetro, y fue continuada en épocas faraónica, napatana, meroítica y postmeroítica.
Está pegando mucho el calor y es hora de volver a la barcaza para, ahora si, remontar el río hasta nuestro punto de origen.
COMBINAR SUDÁN CON EGIPTO ES POSIBLE:
Estamos apenas a 120 km de Egipto y los españoles podemos obtener el visado en la misma frontera. ¿Qué significa eso? Que es viable combinar Sudán con Egipto entrando por la parte de Abu Simbel. ¿Por qué no una ruta de 21 días? Nosotros no lo hicimos en este viaje sino que dividimos nuestra aventura siguiendo el curso del Nilo en 3 tramos/3 viajes. Si quieres seguir la aventura puedes ir al artículo Qué ver en Aswan en 1 día, la antigua ciudad de Swenet que sería el siguiente geográficamente a este diario
Por cierto, aunque no nos hubiéramos negado a un buen baño, tenemos que recordar que estamos en África y esto es el Nilo. Eso se traduce en que aquí vive un animal que ha sido venerado e incluso momificados en el Antiguo Egipto, los temibles cocodrilos del Nilo
¿Descartamos entonces el bañito? Es un buen momento para disfrutar de uno de los paseos en barca más agradable que se puede hacer "lejos de París", ¿verdad sr. Pobes?
40 minutos después, Sharaf tiene lista la mesa y la comida en un paraje que no cambiaría ahora mismo por nada del mundo. Bajo un palmeral, a orillas del Nilo y con una duna de arena a lo lejos, disfrutamos de unos de esos picnic que recordaré toda la vida cuando me pregunten por "¿el mejor picnic que has realizado en un viaje?"
El "farolillo rojo" soy yo, por si alguien tiene alguna duda
La duna del Sahara sudanés ... y un pinchazo cuando buscamos oro
Digamos que Ameer no es el mejor conductor del mundo. Hawari y Hani se desenvuelven con el 4x4 por las arenas del desierto de forma suave y con marchas largas pero Ameer ya es la segunda vez en el día que deja la rueda atascada. Viéndolo por el lado positivo creo que fue el destino el que quiso que volviese a pasar, sino es muy posible que no pudiéramos haber disfrutado de esa duna dorada del Sahara sudanés que ha sido otro momentazo del día
No es una duna muy alta pero posee capas suaves y uniformes que se mueven con el viento que se ha levantado a esta hora de la tarde y deja una imagen preciosa. ¿Estamos listos Ameer? Mohamed quiere llegar a un emplazamiento especial que no se suele visitar y pasar por el camino por una zona de extracción de oro pero ...
.. ¡Pinchazo! Las carreteras sudanesas requieren una gran dosis de paciencia. ¿Qué más nos puede pasar hoy?
Estamos en un área donde ya desde tiempos inmemoriales se ha llevado oro a los vecinos del norte. De hecho, los Egipcios consideraban Nubia como su principal proveedor de este material precioso. Hoy por hoy está prohibido el acceso a visitantes e incluso hay pequeñas dunas de tierra excavada que impiden una buena visión de los yacimientos ...
... pero ahí, donde no existe nada de nada, aparece un grupo de chavales que seguramente andan buscando su "golpe de suerte". ¿Quién sabe?
Kosheti, un templo en el interior de la montaña
Quedar atascados en la arena por segunda vez y un importuno pinchazo ha impedido llegar al atardecer en otro emplazamiento mágico del día (¿cuàntos van ya?). Kosheti es, junto con Soleb y Sadinga, los grandes vestigios que la Dinastía 18 dejó como legado en esta parte del actual Sudán
Según nos explica Mohamed, se cree que este templo encajado en el interior de la montaña era una zona de aprovisionamiento de alimentos para los faraones
Sea como fuere, tras otro pequeño trayecto hasta nuestra casa nubia, el único aprovisionamiento que conocemos nosotros a estas horas es el de nuestros estómagos. ¡Pero qué bien cocina nuestro Sharaf! Ñammmmm
Duermo ya dentro de mi mosquitera (la ponemos todos los días "por si acaso" pero no hemos visto ni el primer animalejo más allá de algún escarabajo pelotero) meditando, estos días entre carreteras de polvo y pueblos nubios, sobre el grado de aislamiento del lugar en el que me encuentro pero también de lo afortunado que soy. Es posible que la jornada de hoy, con la adrenalina de sacar los coches de la arena, el pinchazo, la barcaza remontando el Nilo, ese picnic entre palmerales y en la más absoluta ausencia de turismo masivo, sea lo que siempre he buscado. La isla de Sai, Sadinga y muy especialmente, esa visita a la escuela forman parte ya de una de mis jornadas favoritas de entre todos mis viajes... Y todavía queda mucho que "remar" Nilo arriba, ¿verdad?
Isaac (junto con la Expedición Pobes), desde Soleb (Sudán)
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