Qué visitar en Tel Aviv

11 de Nisan de 5773. ¿Tanto hemos dormido en el avión que han pasado 3.760 años? !!Paula, Paula!! !!Despiertaaaaa!! que ya han encendido las luces de cabina y viene el desayuno. Mmm, ¿que es eso que vemos por la ventanilla del avión a lo lejos? Atrás hemos dejado Chipre (otros "pobres" que han sucumbido a las ridículas políticas europeas) y vemos la moderna ciudad de Tel Aviv

Pero .. ¿De 5773? Estamos en la cuna del Judaismo, donde veremos una cultura muy diferente a la que viéramos hace unos meses en Estambul en pleno templo al Islam como la Mezquita Azul, aunque hay un punto común entre Judaismo, Cristianismo e Islamismo y es que las tres son religiones Abrahámicas, pero mientras las dos últimas han encontrado a su “mesias o profeta” en Cristo (año 0) y Mahoma (S.VI), los Judios comienzan su calendario con la Génesis del mundo datada el 7 de Octubre de 3.761 a.C. (1 de Tishrei del año 1) pues siguen esperando una sucesión de eventos que están por llegar. Pues eso... año 5.773.

En esta época del año amanece alrededor de las 5.45 y anochece alrededor de las 18.00, por lo que tenemos un buen horario para aprovechar. Aterrizamos todavía de noche a las 5.05, pero la pesadez de las largas colas de los controles nos hace perder casi 1 hora. Eso sí, parece que hemos tenido suerte, apenas nos han preguntado por la ruta que íbamos a hacer. Los que iban delante nuestro se los han llevado (y a otros un poco antes también). ¿Será aleatorio?

Tras recoger puntualmente la maleta (ya podía, seguro que dio más vuelta que nunca en su vida) y cambiar 100 EUR por si acaso (a 4.64 ILS el EUR) el primer inconveniente lo hemos tenido con el alquiler del coche. Mira que lo hicimos con 2 meses de antelación y dejando muy claro por activa y por pasiva (en las solicitudes especiales) que queríamos transmisión manual. Pues no ha habido manera.

Con nuestro "pequeño automático" (que remedio) y adaptándonos un poco a la circulación (no parece difícil conducir en Israel con un GPS) en meno de 25 km (unos 30 minutos) estábamos en las cercanías de donde nos alojaríamos hoy en Tel Aviv, el Barrio Yemení, aunque ya eran casi las 8 de la mañana.

En principio pensamos que sería imposible alojarnos tan pronto, pero el recibimiento con el que nos han agasajado el personal del Eden Hotel TLV, el tenernos una habitación lista tras un largo viaje, y la chulada de sitio escondido en las callejuelas de este particular barrio, hacen que nuestra cara cambie de inmediato.

En el corazón de la ciudad: el barrio Yemení y el mercado del Carmel

Es primera hora de la mañana y hace 28ºC. Parece que va a ser un día caluroso. Nos refrescamos un poco, cambio de ropa y nos reciben los estrechos callejones, las zonas derruidas y las casas destartaladas del barrio Yemení donde nos alojamos. Sin embargo, es considerada una de las zonas más bellas de la ciudad por el ambiente que se respira. El coche va a quedar en un parking de aquí todo el día (no sabemos ni lo que pone, pero bueno, tampoco hay donde pagar, jeje).

Ya nos lo ha comentado una chica que hablaba español en el Eden Hotel, estamos en el corazón de la ciudad, y nos movamos hacia nos movamos llegaremos a un punto privilegiado de Tel Aviv.

Y así es, porque casi sin querer llegamos al Mercado del Carmel uno de los mercadillos típicos de la ciudad, especialmente en Viernes.

Y hoy es Viernes. Es ahora cuando empezamos a comprender el porqué el viernes es un gran día para visitar Tel Aviv. Los martes y los viernes esta zona de la ciudad se convierte en el verdadero gentío y el mercadillo saca su esplendor. Eso si, !!AQUÍ HAY DE TODO!!. De pronto te encuentras una pescadería, pero el siguiente puesto vende juguetes, y el siguiente postres, y el siguiente guindillas, y el siguiente quesos ...

.. y el siguiente cachibaches, y el siguiente golosinas, y el siguientes aceitunas para todos los gustos.. y podríamos seguir así horas

Pero a Paula el que le ha gustado de verdad es uno que vende bollería al peso (5 ILS), con todo tipo de croisants, palmeras, bollos de leche, donuts, napolitanas... !!golosa!!

Acabamos la calle y aprovechamos para cambiar, ahora si algo más de dinero (a 4.68 el EUR), y bajamos al paseo marítimo que seguiremos porque a lo lejos divisamos nuestro próximo destino.

Jaffa, la antigua ciudad portuaria.

A estas horas de la mañana Tel Aviv ya no es una ciudad dormida, la gente está en la playa, o corre por el paseo, o juega con los niños en los parques verdes acondicionados para ello. Otros desayunan, lo cual nos recuerda que esos bollos del Mercado del Carmel no han sido suficientes y tenemos una caminata por la antigua Jaffa al sur de la ciudad, así que paramos a pegarnos un festín (-124 ILS- llevamos casi 24 horas sin comer bien) y seguir entre curiosos muros.

Jaffa tiene evidencias arqueológicas que demuestran que estuvo habitada hacia el 7.500 a. C y cuyo Antiguo Testamento sitúa su fundación por Jafet, hijo de Noé (el del diluvio). Posteriormente, el rey David y su hijo Salomón conquistaron Jaffa y utilizaron su puerto natural también. Igual que babilónicos, persas, fenicios, griegos y romanos, donde nos quedaramos ayer.

Lo cierto es que la parte moderna, la que continúa el paseo, nos ha sorprendiendo gratamente, pues se encuentran preciosas galerías, bares contemporáneos y un puerto que se ve que tuvo mejores momentos antaño.

Por aquí también ha pasado hasta Napoleón Bonaparte, aunque dudamos que pudiera disfrutar alguna de las taperías que hoy nos recuerdan a cualquier ciudad costera española, o del que parece un improvisado mercado en la parta baja del puerto (aunque parece ser habitual) junto a Nagala´at Center, uno de los más exquisitos centros comerciales (donde hay hasta teatro, y es que los israelíes son muy aficionados a teatros, danzas, orquesta filarmónica, etc..)

Pero lo que más nos llamaba la atención de llegar hasta aquí era comenzar el paseo por el casco histórico de Jaffa, ahora restaurado, y que empieza en un pequeño "pasadizo"

Perderse en sus callejuelas, a estas horas solitarias, es perderse en un conglomerado de patios, galerías con privilegiadas tiendas, mezquitas e iglesias.

Jaffa también es conocida por ser el puerto donde zarpó Jonas en su intento de huir tras la llamada del Señor, hasta que le atrapó un pez gigantesco dentro del cual estuvo tres días. Leyendas y más preciosas callejuelas

Así llegamos a la Jaffa donde se dice que Pedro hizo levantar a Tabita de la muerte, hospedándose en la casa de Simón el Curtidor, que es donde hoy se alberga el Centro de Visitantes. Fué en el techo de esta casa donde Pedro tuvo una visión.

Quizás por lo anterior, la bella Iglesia de San Pedro es el edificio más distinguido de la antigua Jaffa, aunque las vistas desde lo alto de la colina en Kikar Kedumin o incluso más abajo pueden ser honrosas también.

La bajada por el costado Norte no nos deja tampoco indiferentes, pasando al lado de la Mezquita de El Mamudiya y yendo a dar de lleno con el Mercado de Pulgas (Jaffa flea Market) y su espacio tumultuoso, donde también podemos ver la Torre del Reloj de 1906

La influencia musulmana de esta zona da un colorido particular muy diferente a otros barrios, encontrándonos todo tipo de cachibaches y rincones realmente especiales (e incluso algún personaje curioso y alguna tienda sacada de la película de Gremlims, donde compran a Gismo)

Dejando al otro lado de la Calle Derech Jaffa por la que paseamos uno de los barrios de moda del momento Florentin, nos aproximamos poco a poco a Neve Tzedek, otro punto en nuestra ruta.

Neve Tzedek, un oasis de modernidad.

Leemos que estamos en uno de esos barrios transgresores, antaño habitado por intelectuales israelíes varios que en los últimos años se ha transformado en un oasis de modernidad rebosante de edificios de gran valor arquitectónico (que han lavado la cara) y de tiendecitas, cafés y galerías de arte dignas de figurar en la agenda de todo cazatendencias que se precie, y lo cierto es que ... !!había que sacar a Paula agarrándola fuerte!! !!que chulada de sitios!!

Pero es en una calle en particular donde se aglomeran todas estas tiendas, siendo el resto del barrio un mar de tranquilidad absoluta muy diferente al resto de Tel Aviv visto hasta el momento. El nombre de esa calle es Shalom Sabazi Street.

Nos gustaría destacar que quizás hemos llegado a este barrio porque en una de esas tiendecitas encontró una compañera viajera las maletas que dan imagen a su blog, y aunque no tenemos el placer de conocernos, si me hemos de reconocer que nos encantó su artículo que nos encandiló y el cariño con el que nació así que desde aquí recomendamos que visitéis laviajeraempedernida.com

En este agradable paseo, seguimos calle al norte hacia Nahalat Binyamin Street por donde pasamos a primera hora y estaban montando una especie de puestecillos y que ahora muestra un mercadillo de artesanía realmente particular.

El mercado de artesanos e "inagurándonos" con el Sabich

Es ahora cuando empezamos a comprender todavía más el porqué el viernes es un gran día para visitar Tel Aviv. Es hoy cuando esta zona de la ciudad se convierte en un mundo de artistas que sacan un despliegue de obras de arte, artesanía y todo tipo de cachibaches que hacen poner a Paula los ojos como platos (¿que estará pensando? ¿más potricoles? Siiii, por 20 ILS)

Nahalat Binyamin Street, a la que hay que acceder atravesando controles en todos sus puntos en los que te revisan las mochilas, es una de las calles más exitosas de la nueva Tel Aviv. Estamos en una calle peatonal llena de vida, de tiendas, de cafeterías o de restaurantes, donde gran parte de la gente hace su vida.

Pero este área también se distingue por tener algunos de los locales más famosos de Israel para probar la comida más típica de aquí, el Sabich. ¿Vamos allá?

Hemos encontrado el Sabich Tchernichovsky, quizás el más famoso, y aquí es donde probaremos este particular "kebap judío". Se trata de una especie de pan de pita relleno con berenjena frita, lechuga, huevo duro, salsa de queso y otro tipo de ingredientes picantes.

Su consumo procede de una tradición judía, pero sea como sea, tras el festín que nos hemos pegado en el desayuno nos vendrá genial para matar el gusanillo y acercarnos al Eden Hotel aquí al lado también con un par de limonadas (46 ILS dos Sabich y dos limonadas).

Empieza a refrescar algo, así que cogemos algo de ropa y aprovechamos para ver las estancias comunes del guest house. La verdad es que es una chulada, pudiéndose subir a la azotea y disfrutar del anochecer allí sentado. En verano debe ser un lujo.

No perdemos demasiado tiempo y seguimos nuestra improvisada ruta hacia el Este de la ciudad.

Shenkin Street, Boulevard Rothschild y fin de fiesta.

Habíamos leído en algún sitio que a Tel Aviv se la llama también la ciudad blanca. Realmente en todo lo que llevamos de día no hemos logrado averiguar el porqué. Para nosotros la ciudad blanca sigue siendo Arequipa que visitaramos en el viaje a Perú en 2010, por ejemplo. Sin embargo entrando en Shenkin Street empezamos a sospechar el porqué.

Shenkin Street es la calle gay por excelencia de Tel Aviv y todo Israel y aquí vemos otros tantos edificios blancos de los más de 4.000 estilo "Bauhaus" construidos en toda la ciudad por arquitectos judíos alemanes desde los años treinta. Tal es así que la UNESCO proclamo Tel Aviv como Patrimonio de la Humanidad. Su prolongación, Boulevard Rothschild, es posiblemente uno de los bulevares más bellos de la ciudad

Pero es quizás esta zona de la ciudad la que nos descubre el Tel Aviv más "cojo", el de los barrios abandonados, o el que en otra época tuviera más adeptos. Se nota, porejemplo, en el área del Dizengoff Center, hoy en dia una sombra de lo que debió ser. Desde luego nada tiene que ver con lo que hemos visto en nuestro paseo

Pero ya llegando a la playa, nuestros ojos dicen bastan. Apenas hemos dormido "algo" en el avión y el sueño y el cansancio se apodera de nosotros y mañana queremos madrugar. Un intento de café (25 ILS) no nos alivia a estas horas.

El cálido Mediterráneo que baña la ciudad israelí cuenta con playas para todos, que aunque no las hemos visto de día, seguro que hoy han estado abarrotadas como el resto de la ciudad a estas horas. Y es que hoy hemos dado constancia que Tel Aviv en Viernes es una ciudad animada con una atmósfera distendida y relajada, que nos da la sensación que será muy diferente al resto que nos vamos a encontrar (y que deseamos) en este viaje.

Así regresamos por uno de los más largos paseos marítimos por los que hemos caminado para retirarnos pues mañana continuamos nuestro paseo hacia el Norte. Y eso que Tel Aviv todavía puede ofrecer más en forma de museos, orquesta filarmónica u otras instituciones culturales (danza, teatro..) pero el contraste entre la antigua Jaffa, los grandes rascacielos, las casas derruidas y la ciudad transformada creemos que nos ha llegado. !!Hasta mañana a todos!! Familia, estamos genial.

Isaac y Paula, desde Tel Aviv (Israel)

GASTOS DÍA: 204 ILS (apróx 43,59 EUR) [y REGALOS: 20 ILS (apróx 4.27 EUR)]