El agua se acaba. No es la alimentación, que también, ni la educación, sanidad, una casa o menos un coche. El cambio climático, la desertización y el descenso de las precipitaciones han llevado a intensificar el riego y secar el mismísimo Lago Chad en apenas 40 años, desde los 25.000 km2 a menos de 1.400 km2 según UN. Y aún así, ese "circulo de hambre y miseria", alberga verdaderos supervivientes. Son los nómadas árabes del Sahel y aquí en el Chad, compartiendo territorio con los Toubus entre la Región de Kanem y Abeche donde las cosechas, el sustento de la gente, ha caído un 70%, dedican su vida a buscar estanques donde llevar sus rebaños.
Avanzamos otros 450 km dejando atrás la región de Guera, Mongo y Malgalmé, hasta las puertas de Abeche donde acamparemos esta noche.
- Mongo y La reine du Guera, a las puertas del Sahel
- Los últimos supervivientes del Sahel, los nómadas árabes del Chad
- Atardecer mágico en los alrededores de Abeche
Mongo y La reine du Guera, a las puertas del Sahel
No he dormido especialmente bien y no porque la colchoneta y saco no fueran cómodos, sino porque a media noche se ha levantado bastante viento y me ha desvelado. La "empanada" la he rematado pegándome un varillazo con la tienda a 2 cm del ojo al desmontarla. Gracias abuela Chavetas por estar siempre cuidándome pues llegué a pensar que el viaje me saldría por ese "ojo de la cara" .. y nunca mejor dicho.
La expedición Kumakonda está pletórica de energia y no hemos tardado ni 1 hora en ponernos en marcha. Especialmente activos se muestran Tim, Kerri y Carlos, eso cuando Tim no está "buscando algún sitio donde subirse".
Aunque el que tiene especial mérito es Gilbert que ya a las 4 está en pié para que tengamos el desayuno con unas tortillas sobre la mesa.
Acacias, cabañas de adobe y barro, alguna aldea aislada y una aridez cada vez más extrema son nuestra compañía otra jornada más en una ruta similar a la siguiente ..
Atrás dejamos las maravillas escultóricas en piedra de la región de Guera para llegar a Mongo aunque antes se puede ver la Reine de Guera durmiendo boca arriba mientras se elevan las nubes bajas que ha dejado la noche. Al que le interesen las leyendas y cuentos sobre estos picos de granito, tienen en el "Périple sur la reine du Guéra" la historia de dos cazadores furtivos custodiados por el espíritu de Margaï en estas montañas.
Mongo es una ciudad asfaltada donde han llegado los rickshaw o tuk tuk y sirve de emplazamiento perfecto para repostar (también lo haremos a la vuelta cuando pongamos rumbo a Zakouma). Aquí he notado una gran diferencia con Sudán pues allí el duro embargo tenía supermercados desabastecidos y kilométricas colas para echar gasolina, esperando la llegada de combustible, situación que acabó meses después de mi viaje con un golpe de estado. Hace 10 años, el dictador actual Idriss Deby se propuso iniciar una renovación en el Chad financiado por el descubrimiento de petróleo en el sur y eso se ve reflejado en Yamena, como apreciamos el primer día, y en una carretera asfaltada hasta Abeche, por supuesto realizadas por los chinos como media África.
Abandonamos Mongo y los picos de granito de La reine du Guera y el paisaje comienza a volverse más desértico. Esto provoca que, como en todo Sahel, la joya más valiosa, la fuente de vida, tenga nombre.. ¡el agua!
Los últimos supervivientes del Sahel, los nómadas árabes del Chad
Buscar agua es una profesión más dentro de este mundo nómada y seminomada de grupos de árabes que se desplazan con sus ganados llegando a los pocos estanques de agua que, durante la época más seca, desaparecen completamente... y aquí encontramos uno.
Una de las experiencias que un viaje a Chad regala es el encuentro con este hospitalario pueblo árabe que nada tiene que ver con los agresivos Toubus que veremos en Ennedi, llevando a beber a sus rebaños de cabras, vacas y hasta camellos. Son descendientes directos de aquella invasión del S.XIV (o posterior en el S.XIX) de la tribu Beni Hassan procedentes de Arabia cuando el Magreb y Sahara estaba islamizado aunque, en la actualidad, en completo mestizaje con las etnias negras de sudaneses que constituyen un mosaico de piel oscura variopinto en la periferia del mundo musulmán.
Existen árabes choas y peuls y de éstos últimos se identifican los más conocidos bororo o wodaabe, principalmente dedicados al pastoreo de bóvidos siendo las mujeres las encargadas de limpiar, lavar la ropa o llenar bidones de agua salvo en el extraordinario caso de los wodaabe donde la mujer tiene el poder (aunque eso forma parte de otra futura historia). No obstante, Alonso nos indica que los que estamos viendo no son nómadas, posiblemente serán peuls sedenterios en estas tierras aprovechando las grandes charcas que resisten desde la época de lluvias.
Aquí paramos durante un buen rato, entendiendo el porqué esa trashumancia es una necesidad inevitable y la razón de la mayoría de los conflictos del Sahel tanto aquí como en Niger o Mali: la desertización cada vez mayor y la vulnerabilidad ante el cambio climático, ese en el que nos sensibilizamos cuando vemos a osos polares hambrientos o islas que se sumergen a la crecida de las aguas pero no valoramos en su medida con los millones de personas damnificadas de forma directa.
EL CAMBIO CLIMÁTICO MÁS ALLÁ DE LOS POLOS:
Admito que soy de los que me enfurezco delante del televisor cuando veo la negación del calentamiento global por parte de importantes políticos. Si bien es cierto que los ciclos de cambio climático se han sucedido durante cientos de miles de años en la tierra, nadie puede negar que el aumento de los gases de efecto invernadero se han disparado a la atmósfera desde ya la Revolución Industrial y están provocando esas imágenes del derretimiento rápido de las masas de hielo, el cambio de ecosistemas en regiones polares, la subida del nivel de las aguas o el aumento de fenómenos extremos.
No obstante, es aquí, en estos más de 30.000 km2 de territorios semiáridos y muy especialmente en el Sahel, donde ya 33 millones de personas se encuentran en situación de inseguridad alimentaria y 50 millones que dependen de la ganadería compiten por la tierra, mientras la temperaturas aumenta 1,5 veces más rápido que en el resto del mundo, los ríos pierden sus caudales, las olas de calor son más frecuentes y los periodos de sequía más eternos que nunca.
Burros subsaharianos, cabras, vacas, ovejas y hasta dromedarios, siguen siendo la economía básica del nomadismo junto con el cultivo del algodón más al sur, depreciado en las últimas décadas.
Así, mientras hoy asisto a esta imagen bastante esperanzadora, creo que todavía no soy consciente de lo que me espera en cuanto pongamos rumbo al norte, a territorio Toubu, y a esa dura forma de vida.
Al fin y al cabo, esta charca cercana a Saour Galbak todavía de la región de Guera, se encuentra en la periferia de la franja considerada Sahel donde las migraciones son más pequeñas. ¿Qué pasará con esta gente en el futuro?
Todos los años en los alrededores de Dourbali (120 km de Yamena) en Septiembre, al finalizar la temporada de lluvias, se produce el gran encuentro de 2 grandes clanes familiares Wodaabe (los Sudosukai y los Japto) para realizar un impresionante espectáculo de belleza llamado Gerewol. Kumakonda tiene una salida específica para este evento así como también buscar al norte las festividades de los grandes nómadas árabes del desierto en Ouled Rachid.
En cualquier caso, para mi hablar del mundo árabe en un país con 110 lenguas locales y dialectos y otros tantos subgrupos resulta completamente imposible. Simplemente, me queda grande. Solo en esta área hay Missiries, Ouled Rachid, Salamat, Mahamit, Djaatne y Khozam, Hemad y Charafa. Ahí es nada.
Tras la fascinación de esa parada, nuestro rumbo nos lleva a Malgalmé donde comprar unos mangos, algo de bebida y parar a su salida en una zona pedregosa donde existe algún árbol para cobijarnos a la sombra.
Atardecer mágico en los alrededores de Abeche
La sensación en el camión no es de excesivo calor pero saliendo del "refugio del picnic" el sol pega de justicia.
No así para estas supervivientes de clima desértico que se atreven a cargar paja por esas carreteras de espejos fruto del calor que aparece por el horizonte.
Los picnic del mediodía son más sencillos que la cena pero no falta de nada. Tomates, sardinas, zanahorias, repollo, ensalada, mangos, piña...
Ideal para recuperarse antes de la siesta obligada de estas primeras largas jornadas de carretera, amenizadas por el contraste que va sufriendo el paisaje que se torna ya en semidesértico.
UN VIAJE A CHAD A VISTA DEL GRUPO:
Además de Chema, he intentado mantener mis primeras conversaciones con aquellos que considero inicialmente más afines como son Carlos o Kris. No obstante, el protagonismo y energía de estos días lo está teniendo Óscar, el amigo mecánico de Alonso, de quienes Tim y Kerri han llegado a pensar que era el guía. Óscar parece un buen tipo y creo que es el que más ganas tenía de salir de Yamena tras 15 días de preparación del camión. Quizás por eso le puedes "meter debajo del agua" que seguiría hablando. Él ya estuvo en el Chad en el viaje del año pasado donde tuvieron mil problemas mecánicos por las duras carreteras del norte hasta Ounianga y se juró que no volvería pero un amigo es un amigo y Alonso le convenció para formar parte de esta nueva expedición. Por lo demás, creo que todavía todo el mundo va bastante ensimismado y expectante por lo que llegará pero el momento de la charca de dromedarios y bovinos ha sido un subidón para el grupo.
Llevamos casi 900 km desde nuestra partida por la mañana ayer en Yamena, aunque al ir por camino asfaltado, ha sido bastante llevadero hasta el momento y las ventanas siempre van regalando alguna nueva instantánea de la vida en el Chad.
Son las 17.30 cuando Alonso y nuestro guía deciden que han encontrado el lugar perfecto para acampar a solo 30km de Abeche, ya con el sol cayendo por el horizonte.
La puesta de sol es de esas escenas que uno no olvida en su vida. África, toda ella, tiene estos momentos mágicos que para mi no existen igual en otra parte del mundo. Es una mezcla de una caída rápida de sol, de colores y naturaleza pura. No se definirlo pero tiene "algo especial"
Y si faltaba algún aliciente, rebaños de dromedarios acompañan nuestro campamento esta noche, mientras el sol ya se pierde hasta un nuevo día.
Mientras acabamos de montar las tiendas, Gilbert aprovecha para preparar una cena de spaguettis, verduras y mohama que sabe a gloria tras una larga jornada.
Mañana posiblemente perderemos la poca cobertura que nos queda tras pasar Abeche así que es buen momento para poner al día a las familias y despedir otra jornada con vino y kalimotxos que ya no recordaba desde mis tiempos de adolescencia. A falta de cerveza siempre será una buena excusa para socializar, ¿verdad? Atrás dejamos la vida de nómadas y seminómadas árabes del centro del Chad y nos asomamos ya a las puertas del Sahel. ¿Qué nos deparará nuestro viaje al norte?
Isaac (junto con la Expedición Kumakonda), desde Ouara (Chad)
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Uffff, vaya susto lo del ojo!!!!! Pero, sobre todo, resulta impactante las consecuencias que está teniendo el cambio climático, que si bien ya las apreciamos a nivel global, en ciertos lugares son ya completamente dramáticas, como parece ser el caso de Chad... Y qué vergüenza y pena pensar que nadie se preocupe de esos 33 millones de personas que se encuentran en situación de inseguridad alimentaria en la zona... Preguntas "¿qué pasará con esta gente en el futuro?" Pero desgraciadamente mi respuesta no sería demasiado optimista... 🙁
Al margen de lo anterior las fotos son espectaculares, y la puesta de sol increíble!
32 millones de personas....son muchas personas 😢
Muy interesante el relato, preciosas las fotografías y espectacular la puesta de sol!!