(Viene del DIA 8 (I): El Jerusalén de los Cristianos) Se llama Vía Crucis a las diferentes etapas o momentos vividos por Jesús desde el momento que fue juzgado hasta su crucifixión y sepultura. Es el "camino de la cruz", ese que tan religiosamente es seguido por multitud de personas en todo el mundo todos los Viernes Santos recordando uno de los momentos más importantes del Cristianismo. Lo que nunca imaginamos es que nosotros pudiéramos revivirlo en EL LUGAR DONDE OCURRIÓ y EN LAS FECHAS EN LAS QUE OCURRIÓ un par de milenios después.
Hora de tomar asiento, esta es una de esas historias que bien merecen la pena ser leídas con calma. Nos adentramos en el Jerusalén del inicio del calendario. Estamos en el Jerusalén de Jesucristo, con unas fronteras ligeramente diferentes a las actuales.
Resulta realmente apasionante ver pasar todo tipo de personas, de diferentes etnias y costumbres, en la, posiblemente calle más transitada de todo Jerusalén. La Vía Dolorosa, aunque ubicada dentro del Barrio Musulmán, es el corazón y pulmón de una ciudad ya de por si enérgica, y la cual se encuentra muy vigilada a estas horas de un Jueves Santo desde sus zoteas.
Nos quedaríamos horas observando desde nuestra esquina en la Pizzeria Basti, pero si esta mañana nos hemos adentrado en la historia más cristiana de la capital actual de Israel descendiendo el Monte de los Olivos, no vamos a dejar pasar la oportunidad de hacer un recorrido todavía más mágico y esotérico. Se trata del que Jesucristo recorrió, cruz en la espalda, hace dos milenios, las 14 estaciones, desde El Pretorio al Santo Sepulcro.
Para ello, retrocedemos sobre nuestros pasos unos metros y asumimos que todos los edificios de piedra actuales se elevan varios metros sobre lo que vio Jesús aquel día, y que muchas de las visitas nos obligarán a bajar hacia lugares realmente tenebrosos escondidos en recónditos espacios de ubicaciones llenas de sorpresas. Así llegamos a nuestra primera estación.
- I ESTACIÓN. La condena de Poncio Pilato
- II ESTACIÓN. La Iglesia de la Condenación y de la Flagelación.
- III ESTACIÓN. El peso de la cruz
- IV ESTACIÓN. El encuentro de Jesús con su madre
- V ESTACIÓN. Simón el Cirineo ayuda a Jesús
- VI ESTACIÓN. Verónica seca la cara de Jesús
- VII ESTACIÓN. La segunda caida
- VIII ESTACIÓN. Jesús consuela a las mujeres
- IX ESTACIÓN. Tercera caída
- X-XIV ESTACIONES. El templo de la cristianidad
- El Barrio Armenio, identidad propia
I ESTACIÓN. La condena de Poncio Pilato
Unos metros más adelante de donde salimos ayer de los túneles del Muro de las Lamentaciones, y a la derecha de la Vía Dolorosa según avanzamos por las estaciones, se encuentra la Madrasa de al-Omariya, actualmente una escuela que se puede visitar muy ocasionalmente que no conserva nada de aquella época.
Sin embargo, por estos lares hay multitud de guías turísticos que intentan ofrecer sus servicios y que tienen "ciertos privilegios" para acceder a ciertos lugares. Nosotros los que ya nos conocéis sabréis que solemos prescindir de ellos, pero a veces pueden representar una oportunidad muy buena para colarse en ciertos sitios. Y así fue, ya que uno jovencito estaba abriendo la puerta de la escuela coránica en el preciso momento que andábamos por allí, lo cual nos permitió a cambio de una pequeña propinilla (15 ILS), y tras subir la rampa, colarnos en la misma.
Estamos en el lugar exacto donde se produjo el juicio de Poncio Pilatos a Jesús, inicialmente interrogado y posteriormente condenado por el pueblo mientras Pilatos se lavaba las manos y liberaba a Barrabás. Tras estos sucesos, Jesús fue azotado y revestido de un manto rojo, mientras los soldados tejían una corona de espinas y se la colocaban sobre la cabeza. !Salud, rey de los Judios!. Llegaba su hora...
Resulta complejo pensar en la actualidad como pudo ser la Fortaleza Antonia, lugar donde tuvo lugar el juicio, pero imaginar todo aquello en aquel inmenso patio y con el silencio del lugar produce un cierto magnetismo, como si los fantasmas del pasado todavía vagasen por allí.
II ESTACIÓN. La Iglesia de la Condenación y de la Flagelación.
Si ver la I Estación resultaba complejo, no ocurre lo mismo con la II, gratis y abierta de 13 a 17, donde se cree que Jesús fue azotado. Estamos en una antigua construcción romana conocida justo en frente de la anterior estación, señalada con el símbolo correspondiente (una especie de platillos con números romanos identifican las ubicaciones de cada una de ellas)
En este recinto podemos ver dos iglesias que conmemoran los hechos antes comentados. La primera de ellas, la Iglesia de la Flagelación, es un edificio erigido por los Cruzados ahora llevado por Franciscanos cuya capilla fue construida en el año 1920.
El interior de esta humilde iglesia se encuentra llena de imágenes y símbolos de este momento en el que Jesús sufrió los golpes de los romanos.
A la izquierda de la anterior se encuentra la Iglesia de la Condenación, donde Jesús fue obligado a portar la Cruz y donde nos encontramos con un detalle muy interesante ... !!el pavimento de la Iglesia todavía tiene litróstotos donde fue apoyada la cruz e importantes vestigios del antiguo suelo de la calzada romana!!
También encontramos en una de las paredes lo que parece un curioso juego de apuestas (!!y no los modernos!!) que da fuerza al argumento de que los romanos se jugaron las ropas de Jesús.
Salimos de nuevo a la calle donde vemos que quizás el lugar exacto donde ocurrió todo esto tenía otra puerta ahora sellada. Parece bastante sencillo seguir nuestro particular Via Crucis con tantas "señales"
Entonces Jesús salió fuera, con la corona de espinas y el manto de púrpura, y Pilatos les dijo "Ecce Homo" (he aquí el hombre). Los sumos sacerdotes entonces se pusieron a gritar "!Crucificadlo! !Crucificadlo!". Pilatos respondió "Tomadlo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro en Él ningún delito"
Un viaje a los subsuelos de una de las dependencias más adelante será la encargada de transportarnos de nuevo a esta época. Se trata del Convento de las Hermanas de Sión o Ecce Homo (14-17), antecesor del Arco del mismo nombre que es la fotografía más característica de la Vía Dolorosa
Estamos en la época de Adriano, y sus suelos esconden litostrotos, galerías y sótanos que dan acceso a las cisternas como la de Strouthion que en los años de Herodes surtían el Templo.
Pero sin duda la visita que nos deja realmente perplejos, unos metros más adelante a la derecha y antes de llegar a la esquina donde hemos comido, es los oscuros y tétricos habitáculos que sirvieron de prisión de Jesús antes de su juicio.
Estas misteriosas grutas son hoy una esotérica Iglesia Ortodoxa regentada por un antipático hombrecillo, donde la luz de unas velas y el silencio de no encontrar ni un turista, hacen que el lugar emane un halo fastasmal realmente estremecedor.
Siguiendo el olor del incienso, y dejando a un lado piedras con surcos que servían para poner los grilletes en los pies de los presos, llegamos a una sala grande donde se dice que estuvo apresado Barrabás y otra algo más pequeña llena de símbolos e iconos que sería en el que se encarceló a Jesús según los Ortodoxos.
Tenemos que admitir que aunque es otra de las visitas más apasionantes, algo nos decía que no podíamos pasar demasiado tiempo allí. Son cosas que jamás sabremos explicar.
III ESTACIÓN. El peso de la cruz
La animada esquina de Al-Wad Rd. es ya una gran conocida para nosotros. Aquí hicimos nuestra parada para comer en el Basti y pasamos observando un buen rato la pintoresca mezcla de población existente en esta capital mundial de Tierra Santa. Pues la III estación está justo en frente de la Pizzería escondida a mano izquierda, junto a la IV (que sería de frente).
¿Parece más moderno? Efectivamente, estamos en una pequeña capilla perteneciente a la Iglesia Católica Armenia en un edificio del S.XIX renovado completamente por soldados de la armada libre polaca durante la II Guerra Mundial.
Esta III Estación rememora la primera caída de Cristo en su camino a la crucifixión y así lo deja entrever sus imágenes y símbolos del interior, donde nos sentamos un rato nuevamente casi solos.
IV ESTACIÓN. El encuentro de Jesús con su madre
Sin pérdida, justo adyacente, está la Iglesia de Nuestra Señora del Espasmo, ubicación de las IV Estación del Vía Crucis. Atrás hemos dejado la esquina ya familiar, el Hospicio Austriaco que visitaremos el último día si nos da tiempo y el bullicio.
Datada de 1881, estamos en el lugar que conmemora el encuentro entre Jesús y su madre María mediante un pequeño oratorio de una humilde iglesia, como casi todas las que hemos ido viendo.
Nuevamente, son sus subsuelos, esos que tantos nos han sorprendido en otros tantos centros religiosos de todo Jerusalén (esto si que son Iglesias con "fundamento") los que nos llevan a descubrir el verdadero lugar del encuentro. !!Fascinante!!
Regresamos sobre nuestros pasos y de ahí de nuevo al bullicio de la calle. Mercaderes, peregrinos, turistas, judios, palestinos, policías y hasta grupos de etíopes se concentran a estas horas de la tarde en este corazón de la ciudad. Nosotros seguimos nuestro camino...
V ESTACIÓN. Simón el Cirineo ayuda a Jesús
Casi intuitivamente, tras comprar algo para refrescarnos (7 ILS) y en la primera callejuela hacia la derecha que abandona al-Wad en sentido ascendente, encontramos el símbolo de la V Estación. Se trata del lugar del encuentro entre Jesús y Simón el Cirineo, que ayudó y llevó la pesada cruz desde este punto hasta el Monte Gólgota (Calvario), lugar de la curcifixión.
Realmente se cuenta que fueron los romanos los que obligaron a Simón ayudar a Jesús, aunque como todo lo que contamos hoy depende más de la fe de cada uno que de una realidad contrastada. Incluso en la pared se ve una marca indescriptible que muchos peregrinos creen que es del propio Jesús, cuando realmente tampoco queda demasiado claro. ¿Que opináis?
Desde aquí la calle cambia de tipología, y ascendemos por una calle de escaleras mucho más estrecha y menos calurosa para las horas que son. Tampoco hay tanta gente aunque es lo más parecido a un zoco que hemos visto por las calles de Jerusalén (aunque lo veremos con más calma en un par de días, en nuestro Jerusalén más musulmán)
Ojos abiertos seguimos el tramo ascendente sabiendo que en cualquier momento la siguiente estación estará delante de nosotros.
VI ESTACIÓN. Verónica seca la cara de Jesús
Y así es. A mitad de camino una Iglesia perteneciente a Griegos Católicos conserva la memoria del encuentro entre Jesús y la mujer Verónica cuya tumba se encuentra dentro de ella.
La tradición cuenta que Verónica limpió el rostro de Jesús con un pañuelo de seda en este punto, quedando las facciones grabadas de su rostro (se conserva en la Basílica de San Pedro en el Vaticano que viéramos en nuestra escapada a Roma de 2008)
Posiblemente haya diferentes iglesias que aseguran conservar dicho "Santo Rostro", pero la pequeña capillita a la que da acceso una antigua puerta de madera bajo la placa con el símbolo VI bien merece la pena una visita.
En este punto del camino abandonamos el Barrio Musulmán para adentrarnos en el Barrio Cristiano, bajo influencia de uno de los centros más sagrados del cristianismo.
VII ESTACIÓN. La segunda caida
La transitada Souq Khan as-Zeit, una de las principales zonas de restaurantes de la Ciudad Vieja de Jerusalén, nos lleva a la VII Estación, lugar donde Jesús cayó por segunda vez.
Otra pequeña capilla al final de las escaleras, con una puerta de grabados rojos, así como la propia serigrafía de "VII ST", conmemora este acontecimiento.
Si nos fijamos en el mapa del inicio de la entrada, estamos saliendo de los límites de la ciudad hace 2000 años. Si nos trasladásemos en el tiempo llegaba el momento de tomar rumbo a la Colina del Calvario, ahora en pleno Barrio Cristiano, y que hace más firme la creencia que efectivamente el Santo Sepulcro está exactamente aquí.
VIII ESTACIÓN. Jesús consuela a las mujeres
Apenas a unos pasos de la anterior estación, el Vía Crucis por Jerusalén nos lleva a las paredes del Monasterio Griego de San Charalambos, donde se recuerda que Jesús consoló a las mujeres que lloraban por él.
En este muro exterior podemos ver una cruz tallada ennegrecida por el tiempo justo enfrente de una tienda. No obstante, hemos atravesado Souq Khan as.Zeit St. desde la Vía Dolorosa y subimos por Aqabat al-Khanaqah ahora siguiendo los relatos como aparecen en el Evangelio de San Lucas.
Comenzando a buscar la IX Estación, posiblemente la más complicada de encontrar por el maremagnum de calles, empezamos a entender la grandeza del lugar que nos esperaba. Allí a lo lejos se alzaba su símbolo. Estábamos llegando a la parte final de un recorrido realmente diferente ...
IX ESTACIÓN. Tercera caída
El laberíntico zoco de esta zona difiere mucho del monte y valles que era esta zona en su momento. Por eso para encontrar la IX Estación, donde Jesús sufrió su tercera caída, hay que retroceder sobre nuestros pasos hasta Souq Khan as-Zeit St y girar hacia la derecha subiendo unas escaleras siguiendo el camino alrededor de la Iglesia Copta. Al final de todo, ya donde la única opción pasa por entrar en alguno de los edificios que restringen el paso, se encuentra a la derecha el símbolo de la Iglesia Copta de Santa Helena.
Helena, "madre de Constantino", parece ser que descubrió durante el IV Siglo una enorme cisterna en este lugar y decidió proveer su agua para beber en la construcción del centro religioso cristiano final del Vía Crucis. Las indicaciones invitan a visitarla.. ¿por qué no hacerlo? (5 ILS)
Dejando a un lado una pequeña capilla, como todas las que hemos visto hoy, llena de símbolos cristianos y prácticamente toda de madera, descendemos por unas claustrofóbicas escaleras de piedra talladas en la propia roca que se intuyen como el único camino que lleva a la cisterna subterránea.
Es posiblemente el sonido del inmenso silencio apenas interrumpido por el goteo del agua, y la ubicación a varios metros de profundidad de las calles principales en la actualidad, lo que hace de este lugar otro rincón realmente único de estos subsuelos de Jerusalén, esos que no hemos abandonado desde nuestra llegada y que jamás pensábamos que existieran, por mucho documental previo que viéramos.
Desde aquí las Estaciones restantes se encuentran agrupadas en un mismo punto, al cual se puede acceder de dos maneras. La primera es volver a la calle principal y seguir las indicaciones que llevan al "Holy Sepulcre" o bien hacerlo a través del Monasterio Etíope, justo en frente de esta estación, y decisión que tomamos nosotros entrando por una puerta gris que nos lleva a los tejados. Antes, unas postales y una bola para nuestro árbol de Navidad nos parecen un buen recuerdo para llevarnos (25 ILS)
El Monasterio Etiope se encuentra ubicado en la esquina noroeste de la edificación a la que nos dirigimos y sirve de hogar para un grupo de monjes que viven entre las ruinas de un claustro medieval de las Cruzadas. También sirve de peregrinaje para muchos devotos de este país que hemos ido viendo a lo largo del día.
Sería el emperador Etíope Johannes I quién en 1893 construiría esta iglesia para que su pueblo tuviera presencia en la nueva Jerusalén y aunque sus inquietantes pasadizos de intranquilidad chocan con el ajetreo de Jerusalén a estas horas, es posible que esta comunidad sea una de las que más presencia tiene desde tiempos de la reina de Saba y del Rey Salomón y así lo manifiesta el león que adorna su puerta conmemoración de la bandera con la efigie de un león de Judá que le entregó el Rey a la Reina cuando visitó Jerusalén.
X-XIV ESTACIONES. El templo de la cristianidad
Cuando comenzábamos el relato del DÍA 8 de viaje realmente desconocíamos que un día pudiera dar para tanto. La intuición nos decía que era un día en el que madrugar nos permitiría ver cosas que no se pueden ver de otra forma, como así resultó.
Estamos ante EL TEMPLO MÁS SAGRADO DE LA CRISTIANIDAD, LA BASÍLICA DEL SANTO SEPULCRO, ese lugar que hemos ido buscando en nuestros escritos y que por encima de la Basílica de San Pedro del Vaticano recoge los orígenes de muchas ramas posteriores como el propio Catolicismo. Aquí dentro, detrás de estas puertas, se encuentran las últimas estaciones, donde Jesús fue despojado de sus vestiduras (X Estación), donde es clavado en la cruz (XI Estación), donde muere (XII Estación), donde es bajado (XIII Estación) ...
.. pero sobre todas ellas, y las nueve restantes, una. La XIV Estación y última del Vía Crucis recoge el momento en el que Jesús es puesto en el sepulcro del que posteriormente resucitará. Es ese lugar, ese punto en todo Jerusalén, el que encierra el sentido de miles de peregrinos de la Iglesia Ortodoxa griega o rusa, de la Católica, de la Latina, la Jacobita o la Etíope.
Y la intuición no nos falló. Mañana es Viernes Santo, día de procesiones. Hoy Jueves Santo se está realizando una misa dentro y están completamente selladas sus puertas. Es imposible acceder para las multitudes que se agolpan en la plaza de la Iglesia del Santo Sepulcro.
Sin embargo, eran las 5 de la mañana de hoy cuando atravesábamos esas puertas y algo increíble sucedió. Tal es así que merece ese capítulo aparte que sigue a este. Ahora, 18'00 de la tarde, atrás dejamos las puertas para dirigirnos al último paseo del día.
Antes de abandonar el Barrio Cristiano, no dejamos de visitar La Iglesia Luterana de la Redención, la de Juan Bautista o pasear por el Muristan o zocos que inundan este área de la Ciudad Vieja, además de tomar una pequeña merienda (55 ILS)
Aunque nuestro siguiente destino respira otro halo muy diferente al que se vive aquí a estas horas del día.
El Barrio Armenio, identidad propia
Aunque posiblemente muchos lo desconocíamos, Armenia fue el primer estado en declararse Cristiano en todo el mundo allá por el año 301 y aceptada en el 313 por el Imperio Romano. Sería en ese S.IV cuando muchos peregrinos armenios se dirigirían a esta zona y comenzarían construcciones hasta alcanzar las más de setenta monasterios en el S.VII
Quizás este hecho, y la presencia de legionarios, comerciantes, artistas y otros empleados armenios desde el 70 d.C. hace que aunque no exista distinción religiosa en los orígenes, exista dicha distinción entre Barrio Armenio y Barrio Cristiano.
El Barrio Armenio incluye la animada Puerta de Jaffa y la Ciudadela que ya viéramos la primera noche con el precioso espectáculo de la Torre de David. También hemos paseado estos días por el Patriarcado, que además de ser residencia del Patriarca, es sede de la orden monástica de Santiago con más de 2000 a 3000 viviendas.
Es precisamente la Catedral de Santiago (que aunque gratis solo abre al mediodia, pero nos colamos mientras no miran en la entrada), una de las más bonitas de Israel, construida en el S.XII sobre los restos de la Iglesia Bizantina, venerando la cabeza de Santiago decapitado por Herodes.
Ahora si podemos decir que estamos en el barrio más tranquilo, y quizás misterioso, de todo Jerusalén, en el que las instituciones se esconden tras los altos muros de monasterios e iglesias y donde nuestros pies parecen decir basta, no sin antes encontrar la última visita del día, la Casa de San Marcos.
Nuestros deseos nos llevan sobre nuestros pasos, a volver al Muristan y tras él al templo más sagrado del cristianismo, la Iglesia del Santo Sepulcro ...
... pero las puertas siguen selladas a cal y canto, mientras la oscuridad cae sobre la ciudad.
El día se acaba para nosotros, con los pies que parecen "muñones" de lo que hemos andado (55 ILS un spray) y cogiendo algo en un supermercado para cenar (45 ILS), volviendo a cruzarnos en nuestro regreso al Abraham Hostel con decenas de familias de judíos que, indiferentes a lo que pasa en el otro lado de la Ciudad Vieja, bajan con sus familias de más de 3 hijos y sus carritos de bebé a rezar sus plegarias en el Muro de las Lamentaciones que viéramos ayer mientras procesiones de distintas órdenes ocupan en estos momentos las calles del Barrio Cristiano o suenan las Mezquitas llamando a la oración en otros tantos rincones.
Pero los relatos del DIA 8 no acaban aquí. El cúmulo de sentimientos que atravesaron nuestro cuerpo a las 5 de la mañana de hoy, en aquel lugar, en completa soledad y silencio, es algo difícil de transcribir ... !!pero prometemos hacerlo lo mejor posible!!
(Continua el DIA 8 (III): El templo del Santo Sepulcro)
Buena Tarde, estaba viendo cada punto en mi google, por que quería conocer el trayecto aproximado que recorrió Cristo, es menos de un kilómetro
En que mes es mas apropiado para visitar Tierra Santa ???
Cualquier mes es apropiado Fernando. Es un lugar apasionante. Si quieres ir a zonas más de desierto, evita los meses de Julio y Agosto. Un abrazote
Se puede hacer ese recorrido por tu cuenta propia? Cual es el mejor horario para realizarlo? ire en febrero, gracias.
Un recorrido que estando allí, hay que hacer obligatoriamente, que ganas tengo de ir por Tierra Santa, a ver que año nos acabamos de animar 🙂
Un abrazote!!!
Javier! Ese Viaje a Tierra Santa no puede faltar. Para lo que queráis aquí estamos...
Mami, ya sabes que la historia nos encanta. A veces nos pasamos, vale.. pero, que serían los lugares sin historia..
Helena, jeje.. el Miercoles publicamos lo que paso a las 5. !!PROMETIDO!!
Adela, lo mismo para ti. Y si, es cierto.. a veces hay que echarle imaginación, jejejej
Un abrazo para todos
Pues la verdad es que el símbolo ese en la pared no se parece a la cara de Jesús ni de coña aunque muchas veces los ojos ven lo que quieren ver. A ver qué haríais a las 5 de la mañana por ahí, la verdad es que un relato muy interesante, he aprendido cosas que no sabía. Un abrazo!!! 😉
Bueno, pues a ver qué es eso que os pasó... Claro! A las 5 de la mañana a quien se le ocurre estar por ahí...
Me ha gustado mucho esta entrada. Revivir la pasión en un único día, debió de ser algo impresionante.
Un saludo 😉
Pues esta próxima semana los dejamos terminados. Espero que os sirvan para sacar ideas.. !!Un viaje muuuuy completo!! 😀
Tenemos la idea de realizar un recorrido muy similar al vuestro, sabéis que en el 2012 lo teníamos todo planificado pero fuimos víctimas del cierre de Spanair. Así que vuestros relatos nos viene genial. Estamos pensandolo para primavera del 2014. A ver .....
¡Vaya, es impresionante y además aprendemos historia..je je..!
¿Se pueden ir intuyendo?
A ver si el 2014 nos trae alguna sorpresa...