Dicen que viajar a Ecuador, y más teniendo base en la capital, y no hacer una excursión de 1 día desde Quito al mercado de Otavalo, sería como haber olvidado el "alma" que lo mueve. El mercado más grande de Sudamérica ofrece la artesanía indígena más famosa del país y aunque su feria principal se desarrolla los sábados, no vamos a dejar la oportunidad de conocer su historia.
Pero el día iba a ser mucho más completo, porque el auge de las haciendas restauradas bien merece una reseña en nuestro camino.
- Hacienda La Compañía y Mirador de San Pablo
- El mercado de Otavalo por la semana
- Hacienda Pinsaqui, cercana al mercado de Otavalo, a los pies del volcán Imbabura
Hacienda La Compañía y Mirador de San Pablo
Como el horario de luz en esta época del año va de 6 a 18, hemos vuelto a madrugar para salir alrededor de las 8'00 hoy rumbo al Norte, al contrario que ayer. Nuestro destino se encuentra a unas 2 horas, pero a medio camino se encuentra una Hacienda que presume de cultivar las mejores rosas del mundo. ¿Habrá que parar no Sele?
Al igual que nos deleitáramos con ellas en nuestro viaje por Jalisco y Guanajuato del pasado mes de Mayo, en Ecuador nos podemos encontrar con lugares de encanto que siguen la filosofía un poco de la "red de paradores" que hay en España. En este caso, la Hacienda La Compañía perteneció a la Compañía de Jesús y aunque no se puede dormir aquí, ofrece almuerzos que merecen una parada
Su entrada dispone de unos extraños círculos tallados en piedra, que parece ser que eran los moldes con los que los monjes hacían los quesos artesanales. De ahí accedemos al edificio principal de estilo francés neoclásico donde nos esperan María Gloria y Francisco
Pero si por algo destaca esta hacienda, como decíamos en la introducción, es de cultivar las mejores rosas del mundo y la Hacienda funciona a modo de pequeño museo inspirador.
Cercana a la casa se encuentra la antigua capilla fundada por la orden de los jesuitas y que tiene piezas por la que pujarían los mejores museos del mundo
Un pequeño granero, una buena explicación del mundo de las rosas y una visita a la plantación completan una de las mejores visitas que hemos hecho estos días
¿Queréis saber más de por qué Ecuador es el mayor exportador de rosas del mundo? No te pierdas nuestro reportaje dedicado de la visita a la Hacienda de la Compañía de Jesús
Continuamos nuestra ruta hacia el norte por este camino lento de curvas que bordea abruptas formaciones. En una especie de plataforma más adelante volvemos a parar. Parece ser que aquí se practicaban rituales y ceremonias con ofrendas, aunque lo mejor son sus vistas al Lago San Pablo y el valle de Otavalo a donde nos aproximamos.
También crece un viejo árbol muy famoso llamado "El Lechero" pero esta ya es otra historia
El mercado de Otavalo por la semana
A nadie sorprenderemos si decimos que el mercado de Otavalo está considerado como el mejor de los mercados indígenas y tradicionales de toda Sudamérica, algo que habrán escuchado en cientos de ocasiones. Para verlo en su máximo esplendor sin duda es el sábado su día grande, cuando cientos de personas de distintos pueblos vienen a mercadear diferentes productos, artesanías e incluso ganado hasta aquí. Pero, ¿qué ocurre si quieres visitarlo y no te coincide un fin de semana?
La llamada Plaza de los Ponchos permanece abierta cada día de la semana. Allí tejidos, tapices, ponchos, camisas bordadas en algodón son la estrella, aunque se pueden encontrar verdaderas joyas como el sombrero venido de Panama (sombrero de Paja Toquilla, original de Ecuador) y algunas otras reliquias.
El otavaleño, diezmado durante la invasión Inca y posterior colonización española (muchos de ellos en la famosa expedición en busca de El Dorado), es posiblemente el indígena que más prosperidad alcanzó en América del Sur, y mucha de ésta la basan en una estricta cultura de conservación de todas sus tradiciones más ancestrales.
No son difíciles de identificar. Sus largas trenzas o pantalones blancos, los hombres, y sus blusas bordadas y numerosos collares, las mujeres, son característicos de una tribu con especial talento para la producción textil
El auge del actual Otavalo se inició alrededor de los años 60, cuando los otavaleños de la Hacienda Zuleta implantaron técnicas traídas de Escocia, creando el Casimir "otavaleño" de bajo precio y alta calidad. Así surge este enmarañado laberinto de telas y ropas de colores de todo tipo...
¿Merece la pena visitarlo fuera de fin de semana? Absolutamente no, a no ser que no te coincida dentro de tus fechas de visita. El famoso mercado de Otavalo se convierte en un mero rastrillo y todo el encanto que se supone que desprende se reduce a su gente local (que no es poco). El otavaleño es posiblemente una de las personas más cercanas y amables que hemos encontrado en nuestros viajes.
Hacienda Pinsaqui, cercana al mercado de Otavalo, a los pies del volcán Imbabura
Otavalo no es la única visita de este área. A los pies del volcán Imbabura Cotocachi, la ciudad del cuero, y San Antonio, la ciudad de las artesanías de madera, son junto al mercado de Otavalo los reclamos de los que los huéspedes de nuestra siguiente parada presumen: La Hacienda Pisaqui.
Al contrario que La Hacienda La Compañía, esta hacienda con tres siglos de historia, forma con su alojamiento, almuerzo una experiencia en si misma, siendo en su día la fábrica de téxtil más grande de exportación a Estados Unidos. Hoy todavía guarda encanto en cada rincón y bien merece esta parada para conocerla y comer algo (que ya lo pide el estómago)
Aunque quizás el día ya no da para mucho más, y uno de los grandes problemas que tiene Quito son sus largas colas de entrada en la ciudad que se forman en horas punta, por lo que nos disponemos a regresar.
Nuestra parada en la capital de Ecuador ha sido una de las mejores opciones que hemos tomado en este viaje, del que todavía falta mucho que contar. Es hermosa, atractiva y con un ambiente encantador, pero además sus posibilidades cercanas en el mismo día dan para poder quedarse hasta una semana. Mañana partimos a un cumplir un sueño, pero eso ya será otro cuento que contar.
Isaac (y compañía), desde Quito (Ecuador)
GASTOS DEL DÍA: 40 USD (aproximadamente)