Han pasado casi 5 años de aquella expedición a la Antártida de 2009 cuya dura navegación por los mares más temibles del planeta (Paso Drake) nos llevaba a divisar tierra aunque lejana, al Círculo Polar Antártico que rozaríamos días después. Hoy, sin embargo, estamos muy por encima del Círculo Polar Ártico, al que hemos accedido de manera mucho más asequible y económica, pero no por ello menos exclusivo. Las Svalbard es posiblemente el archipiélago más cercano a los parajes del norte más inhóspitos y aislados del planeta, y estos días lo comprobaremos siendo hoy la primera toma de contacto.
El Círculo Polar Ártico abarca diferentes territorios de Noruega, Suecia, Finlandia, Rusia, Islandia, Estados Unidos, Canadá y Groelandia, pero al contrario que la Antártida, dentro de su latitud 80º apenas alberga tierras firme. Posiblemente el área por la que navegamos hoy es uno de los puntos más al norte donde uno puede hacer un desembarco. Pero algo nos ha sorprendido... sus parajes nada tienen que ver con aquellos del Sur.
- Navegando más allá del Círculo Polar Ártico
- El frailecillo Atlántico en el Círculo Polar Ártico
- Un inhóspito desierto más allá del Círculo Polar Ártico
- Bjonahamna, nuestro primer desembarco del Ártico
Navegando más allá del Círculo Polar Ártico
78º 13'N 15º 35'E Longyearbyen
Dormir en un velero fondeados en la capital de Svalbard por primera vez en la vida resulta toda una experiencia. Pensar que ayer estábamos en aquella inmensa cama de almohadones de plumas del The Thief (una experiencia que ver en Oslo) y hoy nos hemos levantado en estas humildes literas del camarote, entre sacos de equipación y reservas de la despensa, hace que sintamos que ya estamos dentro de ese cuento de aventuras todavía por empezar.
El sol sigue iluminando la bahía de Lonyearbyen antes de partir, sin haberse ido en toda la noche y al extremo contrario de la ciudad, quizás algo más alto aunque casi inapreciable. Y es que en este pequeño "territorio" de apenas 2600 habitantes dentro de Noruega, la luz no desaparece en esta época del año, pero la Noche Polar no alberga sol entre Octubre y Febrero, dejando temperaturas extremas de hasta -42ºc.
Jytte y Carmen ya están preparadas en la borda, sólo nos falta para partir Albert que está acompañando a los documentalistas que vienen con nosotros en el barco de Greenpeace, nada más y nada menos que el Sunrise que ha pasado la noche fondeado a nuestra vera. Allí este grupo ecologista, apasionados en todo lo que hacen junto con algún famoso, están realizando la campaña "Salvemos al Ártico", siendo su siguiente parada la Isla del Oso.
Mientras Fernando y David ya preparan todo para, a su regreso, partir hacia el interior. También se despiden de la tripulación del velero francés amarrado en nuestra boya, y que retorna hoy camino hacia su patria querida como fin de temporada, mientras, nosotros ya hemos comenzado con la inevitable "operación cebolla", esa que incluye capa sobre capa y que nos protegerá del frío y viento las próximas jornadas.
De hecho, se ha levantado viento y ha bajado algo la temperatura respecto al día de ayer. Eso se nota en la borda del Sterna en sus primeras millas a través del fiordo Isfjorden.
El archipielago de Svalbard cubre 63.000 km2 de territorio, es posible que a muchos les suene más Spitzsbergen, en esas búsquedas que iniciamos todos en el Google de turno cuando soñamos con estos lugares mágicos de nuestro planeta, hasta que solemos echarnos para atrás.
Sin embargo, hay un sueño que no vamos a poder cumplir, y es que por determinados motivos, la expedición inicial que nos llevaría a latitudes de 80º no se podrá realizar. El sueño de poder ver osos polares tendrá que esperar a otra ocasión y otro lugar en futuros viajes a no ser que tengamos algo de suerte, pues el cambio climático (del que os hablaremos en próximos días y que comprobamos de primera mano), ha llevado a éstos a latitudes mucho más al norte de la que nos encontramos (!!todavía más aunque parezca imposible!!). Nuestra ruta final quedará confinada a latitudes entre 78º y 79º, igualmente una de las más altas del planeta, que nos hace sentir privilegiados.
No necesitamos que pasen muchos minutos para darnos cuenta que algunas de nuestras ideas "prehechas" son erróneas. ¿Hielo, frío, montañas heladas y niebla? El Artico se presenta como un paraje muy diferente a la Antártida, casi como si de un desierto mezcla de tundra y montañas nevadas se tratase, de glaciares perennes o canales rodeados de acantilados con todo tipo de fauna, especialmente aves, es lo que nos rodea desde nuestra partida
La navegación dentro de esta enorme bahía de fiordos resulta muy agradable. Si no hiese entre 1 y 6º, diríamos que hasta apacible. Cuando es hora de las tareas comunes todos ponemos de nuestra parte. Hoy toca un poco de pasta y fruta para comer, y hemos descubierto que tanto David como Fernando, son excelentes cocineros, desenvolviéndose a la perfección en es esa pequeña cocinita de un rincón del área común aledaña a los camarotes.
Dentro del velero ya está encendida la calefacción y se está muy bien, por poder quedarnos sólo con "dos" capas jejejeje, aunque todos, quizás por la emoción del primer día no dejamos de entrar y salir aunque será un día más de trayectos que de desembarcos.
El frailecillo Atlántico en el Círculo Polar Ártico
78º 22'N 16º 11'E Avistamiento pajaros en Diabasodden
En este día sin noche, se pueden apreciar perfectamente los detalles de nuestro entorno. Son alrededor de las 15'00 (ya con el estómago satisfecho) cuando bordeamos unos enormes acantilados, donde lanchas rápidas procedentes de la capital (!que frío deben pasar!) trae a algunos viajeros a observar acumulaciones de una pequeña ave marina parecida a una gaviota y quizás algunos petreles, esos que nos acompañaron tanto tiempo en la Antártida. Son los animales más extraordinarios del mundo, más allá del Círculo Polar Ártico, sobreviviendo al clima más extremo.
También la especie humana, a veces desafiando nuestra propia naturaleza, hemos llegado a determinados rincones de este inhóspito paraje, la gran mayoría construcciones prefabricadas o de madera procedentes de la época comunista de la que parece que vamos a saber más en próximas fechas
Aunque posiblemente el avistamiento más especial del día ha sido el del simpático frailecillo, una exótico ave que vive en estos rincones del planeta, de pico naranja, que agita las alas y revolotea a ras de agua para alejarse de nuestra presencia, sin apenas levantar un palmo de altura (dicen que alcanza hasta !!90 km/h).
Para los amanes de los animales, el frailecillo atlántico o frailecillo común (de nombre científico Fratercula ártica) es un pequeño pajarillo de apenas 30 cm y aspecto peculiar con ese pico, que se alimenta de peces zambulléndose en el agua de forma similar a los pingüinos. De hecho nos recuerdan en cierto modo a éstos.
El tiempo es inmejorable, y eso nos permite hacer vida social . Los 10 tripulantes somos una piña y apenas llevamos unas horas, y todos hacemos por conocernos más, incluso aprovechando algún rincón del velero para llevarnos el privilegio de unos rayos de sol que no siempre nos acompañarán (¿o si? !menuda sorpresa!).
Jytte es nuestra simpática guía de tierra. Se le ve que ha "mamado" esto toda la vida, y no desaprovecha la oportunidad para observar cualquier rincón de la isla. Nunca se sabe, quizás alguno de estos días nos de una sorpresa, aunque todos sabemos que el Oso Polar es un objetivo casi imposible en estas latitudes debido al calentamiento global.
A estas horas del dia ya estamos habituados a la vuelta al mundo primitivo, al de lo salvaje y la aventura, incluso al aislamiento del mundo, del móvil, de intenet...algo que puede resultar incluso una buena terapia en los tiempos que corren
Un inhóspito desierto más allá del Círculo Polar Ártico
78º 25'N 17º 09'E Templefjorden
Son alrededor de las 19'00 cuando entramos en el fiordo Templefjorden, nuestra primera exploración. Enormes acantilados que dejan entrever miles de etapas sedimentarias producidas a lo largo de los miles, incluso millones de años, nos reciben segun los bordeamos
Nuevamente nos recibe algún simpático frailecillo, que por lo que parece, va a ser nuestra mejor compañía todos estos días, al igual que lo era el pingüino en la Antártida, un animalejo al que coges cariño desde que lo ves ,por su aspecto dócil, casi de peluche, que llevarías abrazado sin soltarlo..
Algún gran bloque de hielo a nuestro alrededor nos hace casi parar la velocidad de navegación, hasta el momento de 5 nudos, y nos empieza a indicar la cercanía de alguna enorme formación glaciar ..
¿Pero quien maneja el barco? !!Paulaaaaaaaaaaa!! Que nos pillen confesados. Bajo supervisión de David, Paula esta tomando sus "primeras lecciones". No es la mejor zona para aprender pero hay que reconocer que se le da bien. ¿Para cuando esas isla griegas con Alex y papis? jaja
Hemos de reconocer que seguimos enamorados de esos enormes pájaros, petreles y demás especies, que habitan estas zonas heladas del planeta. Ya no solo por su capacidad de supervivencia, sino por ese recuerdo de compañía y sensación de cobijo que proporcionaron en el temible Paso Drake de tan malos recuerdos.
A lo lejos, majestuoso, se asoma el Glaciar Tunabreen, una lengua de hielo que ha retrocedido con los años, pero que sigue mostrándose imponente entre los valles y montañas del Templefjorden
Por momentos, enormes témpanos de hielo caen sobre el agua , dejando un sonido aterrador, que llega a nosotros 7 o 8 segundos después de que se producen. Es posible que sea el momento de no acercarnos más.
Lo que tiene ir en un velero, ya no solo es su capacidad de viajar de manera sostenible con el ecosistema, sino la tranquilidad y paz que transmite en el momento que apagas los motores, en completo silencio, simplemente observando el entorno, rodeado de ese silencio que hace vibrar los oídos de manera que ningún estronduoso ruido podría conseguir
Seguimos siendo rodeados de multitud diferentes de especies de aves, que no logramos distinguir, alguna de ellas mostrando sus más primitivos instintos, incluyendo una especie de ritual que les permite renovar su "impermeabilidad" con el agua. Son animales extraordinarios, ya que este agua no promete ser el mejor baño posible.
Regresamos al interior, que vamos alternando con salidas puntuales. David nos tiene preparados una sorpresa.
Bjonahamna, nuestro primer desembarco del Ártico
78º 23'N 16º 50'E Bjonahamna
Resulta sorprendente en que situaciones y lugares uno encuentra ese regreso a la infancia, la de esos enormes tazones de Colacao caliente que sirven para calentar nuestras manos entre entrada y salida al exterior del velero. Es posible que se convierta en uno de los mejores momentos de cada día ya que parece que las temperaturas todavia bajaran más estos días. A estas horas de la "teorica noche" ya estamos a 1º
La bahia de Bjonana nos trae nuestro primer "landing" en tierras árticas, tras un largo día de trayecto, en este ¿bello? ¿extraño? emplazamiento. Estamos en algunos de los acantilados más inshólitos del planeta sera nuestro cobijo para dormir hoy, pero antes vamos a explorarlo...
Es dífícil que con el calentamiento global, que ha deshelado un fiordo hasta el punto que ahora no se congela ni en invierno cuando antiguamente permanecía congelado y solo era accesible con rompehielos, nos permita observar fauna en este lugar. Sin embargo si deja restos de su paso por ella tanto reciente como miles de años atrás
La caminata por Bjomapynten también nos indica que no hace muchos meses había renos en estas tierras, ya que su principal comida, una especie de alquitran, se encuentra en abundacia aquí. Jytte nos cuenta que el reno de Svalbard es único y chiquito, por lo que Paula que los adora, va a disfrutar de lo lindo el dia que vea uno.
Aparte de formaciones geológicas que apasionarían a científicos y trampas para zorros árticos, que tiene pinta de estar en desuso, no apreciamos mucho más síntoma de vida en este lugar.
Hay ganas ya de cenar, así que el dáa no va a dar para mucho más. Aquí pasaremos la ¿noche?, esa que nunca llega pero a la que tendremos que acostumbrarnos..
Si ya resulta extraño este área de las Svalbard, ¿como será en invierno? Nuestra primera noche en el Ártico Noruego será en este punto, en lo que ha sido una jornada de mera introducción en un paraje cuanto menos sorprendente. Presentimos que nos esperan apasionantes etapas por delante, pero mientras intentaremos sobrevivir a la fría noche, hoy con doble saco. !!Mañana más!!
Paula e Isaac, desde Svalbard (Ártico Noruego)