Zorro polar, zorro ártico o zorro blanco. Lo admitimos, somos de esos que en nuestros domingos de invierno, cuando buscamos inspiración para futuros viajes, indagamos sobre esos bichejos que nos gustaría ver en algún lugar del planeta. En este caso nos sorprendíamos tecleando "¿dónde ver el zorro polar?" y Svalbard aparecía como un buen destino para ello. Lo que nunca esperábamos era que esto lo haríamos en Pyramiden, la ciudad fantasma.
Si la mañana había sido apasionante, la tarde que nos esperaba por delante no nos la imaginábamos en absoluto.. y es que los paisajes que dejaría esta jornada serían un privilegio para los ojos.
- El zorro polar en las Islas Svalbard
- Al "encuentro" del zorro ártico
- Los parajes más hermosos del Ártico Noruego
El zorro polar en las Islas Svalbard
78º 64'N 16º 27'E Pyramiden
El zorro polar o zorro ártico (para gustos), es uno de esos extraordinarios seres que habita la Tierra. Si en la Antártida eran pingüinos los que soportaban las más extremas temperaturas del planeta, aquí además del oso polar y los renos enanos únicos de Svalbard, es este pequeño animalejo de orejas cortas, hocico chato y pelaje blanco, el animal más increíble capaz de soportar temperaturas de hasta -50ºC
Pyramiden, si cabe, resulta más desangelado todavía por la tarde. Al estar nuestro velero atracado en el viejo muelle (y completamente solos), no hemos podido evitar el volver a desembarcar en busca de nuevos rincones que explorar en la fantasmagórica población abandonada. Ahora caminamos por sus famosos "broadways" o enormes cajones de madera, hoy con los tablones realmente deteriorados que incluso nos llegan a dar algún susto y que contienen decenas de cables aislados que en su día dotaban de energía y otras comunicaciones a la ciudad.
Aunque la idea inicial era acompañar a Carmen y Paula al hotel-cantina dónde aprovecharían para tomar algo caliente, mientras Jytte, Ibón e Isaac iríamos con el rifle hacia el otro lado de la montaña, un pequeño ser entre los cimientos de uno de los edificios cercanos llama nuestra atención....
!!Es un zorro ártico escondido a la sombra!! de pelaje grisaceo azulado típico de esta época más veraniega, que espera atento a algún movimiento que no llegamos a comprender, aunque pronto .... !!aparece un segundo!!, este mucho más blanco.
Su tamaño no es mayor de 50-60 cm de largo y su principal alimento determinados pequeños mamíferos y aves. ¿Pero qué busca exactamente aquí? ¿Será peligroso? !!Su mirada hacia arriba de un edificio lo delata!!
Los edificios abandonados de Pyramiden, de chaflanes redondeados, han convertido sus ventanales en un anidamiento perfecto para toda especie de aves que aprovechan hasta su último resquicio. Cualquier descuido sería mortal para éstas... y cuando están por aquí por algo será.
Aunque no habíamos caído en este detalle por la mañana, y nuestro plan era otro, no podemos evitar observar detenidamente sentados al lado del hotel, hasta tal punto que los zorros no sienten nuestra presencia y parecen cómodos.
Se mueven a nuestro alrededor, primero dos, luego otros dos, pero no nos sentimos intimidados en ningún momento. Somos meros observadores de una escena que nos hace sentirnos realmente privilegiados.
Se mueven de forma ágil de arriba abajo, por todas las instalaciones de este área de la ciudad, como si fuesen grandes conocedores de este particular hábitat, muy diferente en la noche polar seguramente.
Al "encuentro" del zorro ártico
El zorro polar o zorro ártico, se reproduce en el mes de marzo con hasta 14 cachorros cuando ya hay camadas de pequeños roedores llamados lemmings (si si, el de los videojuegos) que les permita alimentarse mejor. Allí donde no pueden encontrar este tipo de alimentación deben recurrir a las aves marinas, como en este caso, y para ello cuentan con unos afilados colmillos y con ese color blanco o grisáceo que los oculta entre las plantas o rocas de la tundra o hielo según la época del año.
Quién sabe que tipo de enfermedades puede transmitir un mordisco de este pequeño zorro polar más parecido a un peluche que a un temible depredador. Quizás es la única preocupación que tenemos cuando se acercan a nosotros.... !!hasta tal punto que parece que quisiesen hablar con nosotros!!
Su mirada sigue puesta en los edificios colindantes, esperando su momento, ese que resultará del primer descuido que un ave anidada en alguno de los ventanales cercanos la haga caer a sus dominios. Nos observa de reojo... !Carmen y Paula están encantadas con su nuevo amigo!
Su paciencia tiene pinta de estar muy desarrollada, mucho más que la nuestra... o quizás el hambre que en esta época del año es mayor pues no pueden aprovechar su gran capacidad de adaptación a los tiempos más gélidos del año. No obstante, aprovechan para jugar entre ellos, incluso en peleas más "subidas" de tono.
La paciencia del humano, sin embargo, no está tan evolucionada. Ibón, Jytte e Isaac partimos hacia la otra "cara" de la montaña, armados con rifle, sin saber muy bien que nos vamos a encontrar.
Los parajes más hermosos del Ártico Noruego
Hoy Pyramiden provoca un contraste de emociones enfrentadas muy difíciles de catalogar. Por una lado resulta una ciudad inquietante, tenebrosa por momentos.
Por otro lado estamos ante uno de los parajes más privilegiados no sólo del Ártico sino del propio planeta y esto lo vemos de primera mano según bordeamos la montaña. Sólo hay que pensar en lo que pudo representar esta ciudad utópica del comunismo en su glorioso pasado, ubicado en una hermosa ensenada, a los pies de esa "pirámide" que podría competir con las de antiguas civilizaciones mayas, egipcias o aztecas, y rodeada de glaciares de preciosos tonos de azules como telón de fondo.
Un objetivo demasiado ambicioso sería llegar al pico que da nombre a la ciudad. Esta mañana nos contaba nuestro guía que en ese área es uno de los pocos puntos donde se consigue cobertura de internet de una empresa telefónica noruega, e incluso se han planteado montar ahí "un cyber", aunque son 40 minutos de subida y otros tantos de bajada cada día.
Resulta también definir los paisajes del Ártico. Si la Antártida era el "desierto blanco" y hacía honor a ese nombre, aquí nos encontramos un "gélido desierto lleno de lenguas de glaciares en cada entrante, de abruptas montañas de flora apenas microscópica"
No sabemos si ha sido mera suerte, o si efectivamente el calentamiento global ha afectado, pero el tiempo que nos está haciendo es extraordinario. No recordamos las últimas nubes, aunque eso haya afectado directamente sobre la superficie blanca de estas latitudes y la nula posibilidad de ver osos polares.
Según ascendemos vamos bordeando senderos de tierra negra sedimentaria que siglos de hielo y deshielo ha dejado en este desierto.
Las aguas de Billefjorden son un mar en calma. Este brazo del Isfjorden fue en otra época un transitado trayecto de barcos de suministros hacia la ciudad que competía con las más famosas Longyerbyen y Barentsburg del otro lado de la bahía.
Pero si hay algo que sigue siendo el momento más maravilloso de estos emplazamientos, ese que detiene el tiempo en nuestros viajes, no son sus aguas, sus glaciares o la más extraordinaria fauna que los habita... !!lo es el momento en que el silencio resulta tan "abrumador" que es capaz de retumbar como un "intenso" zumbido en los tímpanos de una persona!! Es ese momento en que eres consciente del privilegio que te sostiene.
Las chicas deben estar preocupadas. Casi sin darnos cuenta hemos perdido la noción del tiempo. El Sol de Medianoche comienza a reflejar una luz diferente sobre Pyramiden, ya tan bajo como todas estas noches. En unos días por fin desaparecerá, acabando así la temporada de claridad permanente.
Aunque vamos a dejar para mañana la parte que daba acceso a la mina, atravesamos la ladera por su parte alta, caminando por los "broadways" como seguro que lo hicieron en su día y encontrando más estructuras deterioradas de la antigua actividad de esta sociedad ártica (hasta las letrinas de madera)
Recogemos a Carmen y Paula, a las que ya han echado del hotel hace casi 1 hora porque iban a cerrar. ¿Para que va a permanecer abierto si no hay absolutamente nadie? Nos preguntamos si realmente compensa tener este negocio (único) en un lugar como este aunque nos quedamos con la duda de sus precios.
Jytte nos dice que hacia el otro extremo existe una edificación realmente singular, construida en época de esplendor y allí nos dirigimos. Es una especie de caseta !!hecha de botellas de vodka!!! Resulta realmente curiosa (no habíamos visto cosa semejante... )
Las últimas vistas de este fantasmagórico lugar nos despiden de un día realmente intenso. El olor de la cena parte del viejo muelle en el que comenzamos por la mañana, y donde nuestro velero ha fondeado todo el día. !!Que no Paula!! !!Que no!! !!Que no se puede llamar a casa!! No te empeñes, jaja
Familia, amigos, lectores... la vida en el Ártico no es cómoda, pero días como hoy de pura exploración, de apasionantes ciudades fantasmas, de hermosos parajes desérticos helados y de encuentros con pequeños zorros polares, son esos que demuestran que salir de la "zona de confort" no sólo te da años de vida, sino que además son MUY necesarios para sentirla de verdad.
Isaac y Paula, desde Pyramiden – Svalbard (Ártico Noruego)