Paso la Navidad y todo ha vuelto a la normalidad. ¡y hasta rima y todo! Miriam se marcho de nuevo a su Italia adoptada con su inseparable Giussepe. ¡ojala les vaya bien, y su lucha tenga premio.
Isaac se irá el día 6 del mes que viene a vivir con Paula, como es lógico, quieren estar juntos. ¡ojala sean felices y coman perdices! que en estos tiempos ya es bastante.
Las abuelas por aquí dando vueltas por la casa, como duendecillos, atrapadas por el mal tiempo que está haciendo este invierno y que nos está trayendo más de un buen catarro, como el que tengo yo ahora y tuve hace un mes. Parece que este año no me lo quito de encima. Lo malo es que acabo pasándoselo a todos, pero quien más miedo me da es la abuela María, a quien cada resfriado se le convierte en algo más serio, pero bueno, ahí estamos campeando el temporal, como se suele decir.
Han sido días alegres, por el simple hecho de estar todos juntos, aunque también es verdad que fue la primera Noche Buena sin Miriam a la mesa, eso no me hizo mucha gracia, pero como vino dos días después, pronto se olvidó la ausencia.
También en fin de año fue la primera vez que faltaba Isaac para tomar las uvas con nosotros porque se marcho a Austria con su amorcito, pero como estuvo en Navidad, también hubo que conformarse.
¡Es ley de vida que cada uno haga la suya! pero, aun así, te deja un poco triste. Ahora entiendo más a la abuela María cuando en Noche Buena tiene ese fondillo de tristeza, aunque la verdad es que exteriormente procura no mostrarlo, pero está ahí, y a veces se le nota. El hecho de haber perdido a su madre y a mi padre ese día siempre quedará como una huella amarga difícil de borrar por mucho que lo intente. Claro que no es comparable, lo suyo es una pérdida para siempre que es mucho peor, lo otro no es más que una nostalgia de "mama gallina" que desearía que sus polluelos nunca volaran para egoístamente tenerlos siempre a su lado.
En fin que lo positivo de todo esto es que "cada mochuelo a su olivo" y todos contentos siempre que estén bien, aunque sea un tópico como un castillo, es la pura realidad.