Porto Novo, capital de Benín y la coronación de un rey vudú

Suelo ser escéptico en temas religiosos pero doy bastante crédito a los estados de ánimo que provoca la energía, especialmente cuando de viajes se trata. No ha sido la primera vez ni la última que la energía positiva de un extraordinario grupo ha sido capaz de ver ¡32 leones!, entre otra fauna y escenas de vida salvaje, en el mismo safari donde otros han visto 1. Y quién dice eso, dice otros tantos ejemplos como asistir a algo tan único como un ritual de la sociedad secreta de los Zanbetos en Ganvié o quedar absolutamente estupefacto ante el auténtico ritual vudú en el Templo de las Calaveras .. ¡humanas! de ayer (que todavía estoy tratando de asimilar), y tras eso, uno "se plante" delante de un rey del mundo vudú que está siendo coronado entre danzas tribales, más Zangbetos y el espíritu de Egungún cerca de Porto Novo, capital de Benín, que visitabamos horas antes.

¿Qué (o quién) ha sido el que ha "movido los hilos" para modificar todo nuestro itinerario previsto y traernos este 5 de Abril exactamente a este lugar y a esta hora?

Porto Novo, la capital de Benín

Tengo una teoría, sobre la que algún día escribiré un libro (imaginario), sobre el concepto "punto de inflexión de un viaje" y no suelo fallar en pronosticar el día que ocurrirá. Este depende de muchos factores, ninguno físico, como la duración y el día en que la cabeza cree que será el "momento cumbre" de la aventura. Es por ello que siempre preparo los viajes con filosofía de que vaya "increschendo" salvo cuando, como en este caso, todo ocurre de forma improvisada. ¿Y por qué cuento esto? Porque esta mañana era ese día, el del cansancio psicológico en el que mi mente decía que lo vivido ayer era imposible de superar y todo lo que fuera a mostrarme la jornada de hoy no sería capaz de levantarlo. Claro que eso lo creía a las 8'00 de la mañana en el desayuno del Hotel Du Lac de Cotonou. Lo que iba a ocurrir aquella tarde formaba parte de ese estado de improvisación en que vivimos.

Pero vamos por orden mejor, ¿verdad? Seguimos por esa costa del Golfo de Guinea, ya abandonado Togo, de áreas influenciadas fuertemente por la religión vudú, en la que no existe la casualidad y todo tiene una explicación para brujos y hechiceros, hasta el punto de poder predecir cuando vas a morir. El objetivo del día es Porto Novo, capital política de Benín y cuyos orígenes vienen asociados a la palabra portuguesa de "Puerto Nuevo" como punto de comercialización y tráfico de esclavos bajo el dominio del Imperio Portugués.

¿Y qué ver en Porto Novo con tiempo? Algunos de los puntos interesantes podrían ser:

1 Musée Hommè, un museo que se centra en el reinado del Rey Toffa, el primero en establecer relaciones con los franceses antes de la colonización.
2 Museo Etnográfico, el primer museo para dar voz a las etnias que se encontraban en el país. En él están expuestas las famosas máscaras yorubas.
3 Jardin Place Jean Bayol, un enorme jardín donde se encuentra la estatua de más de tres metros de altura del primer rey de Porto Novo, el Rey Toffa.
4 La Gran Mezquita de Porto Novo, una iglesia donde el estilo brasileño o afro-brasileño muy presente.
5 Templo del Monstruo de las nueve cabezas o Templo de los tres cazadores, como más destacado de los múltiples templos vudú de la ciudad

De todos ellos, Gyslan (Euloge hoy no nos acompaña por asuntos personales que resolver en Cotonou) ha decidido empezar por el Museo Etnográfico.

Realmente hubiese preferido visitar este lugar por mi cuenta que no con el guía que obligatoriamente nos ha tenido que acompañar y era bastante desagradable. También me hubiera gustado sacar alguna foto a las máscaras del interior del edificio, algunas Gueledé muy logradas sin ser las mejores de una cultura que debería tener una colección propia. Fuera hay una serie de ilustraciones de sociedades secretas muy representativas de lo que es el vudú en Benín. Sin ir más lejos, más allá de la leyenda, el considerado fundador de Porto Novo es el creador de la sociedad secreta de Zangbetos que aquí aparece.

Recorrer las calles de Porto Novo nos da la idea de lo que fue este lugar en su momento. Mezcla de barrios como Akron, posteriormente Hogbonou, nos dejan una imagen de los orígenes yoruba de la ciudad, mientras áreas adyacentes más extensas con palmerales de aceite y un estilo afro-brasileño, llegaron tras la abolición de la exclavitud con los comerciantes brasileños. Y como posteriormente sería colonizada por los franceses la mezcla cultural se hace evidente.

Tras perdernos un par de veces entre las laberínticas calles de las afueras de Porto Novo, llegamos a nuestro siguiente destino, Adjarra, donde se encuentra un importante mercadillo que, además de los típicos productos que se suelen vender aquí, también hay tejidos teñidos, cerámica tradicional, instrumentos musicales y objetos de vudú. Son los famosos tam tam de madera de iroko de los barrios de Datin y Aholukomé los que vamos a ver, con más de un siglo de tradición.

¿Queréis que os digo la verdad? No despertaron ningún interés en mi, fruto de ese estado de agotamiento psicológico. Lo que si lo hizo fue ver las llamadas que nuestro chófer hacía una y otra vez al ver movimiento a nuestro alrededor. ¿Qué ocurre? ¿Qué pasa en este pueblo? Algo se está preparando pero todavía no somos conscientes...

La última visita de la mañana se la llevó la Gran Mezquita de Porto Novo, esta si, todo un regalo para la vista se mire por donde se mire a pesar de su grado de deterioro por falta de fondos, aunque al parecer ya hay en marcha desde 2008 un proyecto de restauración.

Data de 1910 y no está en uso y, por tanto, no se puede entrar, pero las fachadas multicolor con azules turquesa, amarillos ocre, verde bronce, mezclados con su arquitectura inspiradas en iglesias de Brasil, hacen de este santuario del Islam estilo barroco una verdadera joya de Porto Novo que no pasa desapercibida.

Estamos junto al mercado Ahouangbo y rodeados de decenas de edificios coloniales que cuentan historias por sus cuatro costados. Incluso nos hemos atrevido a meternos en una especie de entierro vecinal pero eso mejor la dejo para nosotros (no vaya a ser que se preocupen las familias de lo que hacemos cuando nos dejan solos...)

Atravesamos los puestecillos de vida diaria de Porto Novo rumbo a un buen restaurante cerca del lago (4.200 CFA cada uno), que no llegué a apuntar, para seguir nuestra visita a la ciudad por el templo Zanbeto más importante

Por cierto, mientras nos abren (que no están muy por la labor), ¿sabes qué es un Zekpon? Parece ser un templo sagrado destinado a albergar agua vudú. No tiene nada que ver con este templo que, una vez entramos, vemos que no deja de ser un pequeño, mmm, ¿corral? con varios cortijos que bien podrían ser de gallinas.

Si vale.. ¡no tengo el día! Cómo cambia la perspectiva de un mismo lugar incluso en el mismo momento por dos personas diferentes y más tras haber vivido momentazos como el auténtico ritual vudú en el Templo de las Calaveras .. ¡humanas! de ayer

El día que asistí a la coronación del 18º rey de Adjarra

"¡Vale! ¿Nos vamos para Cotonou? ¿Cómo? ¿Qué lo que vimos por la mañana os habéis enterado que es la coronación del nuevo rey de Adjarra tras la muerte del anterior? ¿Qué me estás contando? ¿Qué va a haber mucho jaleo para "dos blanquitos"? ¡Venga hombre! ¿Sele? ¿Isaac? Allá vamos..."

No tardamos ni 20 minutos en regresar al barrio de los "tam tam" de la mañana cuando vemos la que hay montada, imposible moverse con el coche por lo que tocará bajarse. ¡Ya estamos otra vez en el meollo! Pero es que la ceremonia que vivimos en País Taneka que ya era impresionante se queda corta. Todo el mundo vudú se ha reunido aquí para homenajear la proclamación del nuevo rey...

.. y cuando decimos todos, hablamos de grupos tribales, las llamadas mujeres del rey y, por supuesto, las sociedades secretas de Zangbetos o Egungún. ¿Y ese que viene hacia nosotros? ¡Es el nuevo rey! (no me preguntéis como se llama porque resulta impronunciable)

No podemos evitarlo, es hora de seguirlo hasta lo que se considera el Palacio Real de Adjarra donde hay todavía más celebraciones. Obviamente no voy a decir que pasemos desapercibidos pero tampoco parece importarle a nadie nuestra presencia así que.. ¿por qué no? ¿entramos? Digamos que en este momento vivimos uno de los capítulos más ridículos motivados por la adrenalina de lo que estábamos viviendo y, descalzos, entramos hasta la sala del rey dejando atrás lo que llaman "las mujeres del rey", donde estaba descansando con sus ministros sin saber ni como actuar. Tal es así que hasta Sele le quiso dar la mano y recibió un gruñido, hasta que vimos a nuestros compañeros hacerle reverencia y les imitamos. En fin, mejor olvidar...

Sin casi recuperarnos de las emociones, asistimos a otro espectáculo que nos faltaba. Son nuestros primeros Egungún, aquellos que poseen los espíritus de los antepasados que han regresado y que no pueden ser tocados más que por los iniciados.

Para expresar ese simbólico mensaje, los Egungún cubren la cara y los cuerpos con trajes adornados de colores vivos, lentejuelas y materiales reflectantes, y realizan bailes y danzas como si estuvieran poseídos con actitudes incluso desafiantes.

Tampoco faltan los bailes de la sociedad secreta de los Zangbetos, guardianes de la noche que ya habíamos visto anteriormente, que giran y danzan SIN HABER NADIE DENTRO (hay vídeos en internet donde se ve como los abren y efectivamente no hay nadie). He aprendido a respetar el vudú estos días así que no seré yo el que diga lo contrario.

Hoy había unos cuantos, escoltados por sus kregbetos (asistentes) que son los encargados de comunicarse con ellos aunque no hemos llegado a ver como abrían o quemaban a uno para demostrar lo inexplicable como hacen en otros lugares.

Tras casi toda la tarde "en plenos actos festivos" parece que en unas horas comenzará una ceremonia de proclamación y ya están preparadas todas las banquetas para ello. Va a comenzar a anochecer y quizás ya se nos haga demasiado tarde por lo que, todavía con la euforia, decidimos regresar a Cotonou.

Lo que iba a ser un día de bajón ha acabado siendo una de las mejores jornadas del viaje, esa en la que además de conocer la capital de Benín, Porto Novo, asistimos a la coronación de un rey del mundo vudú que jamás nos planteamos. Ni el propio Euloge se lo creía según se lo contábamos y se reía de nosotros, imaginamos que pensando un "blanquitos, ainss". Por supuesto, la cena homenaje que nos dimos en el Hotel Du Lac de Cotonou también fue memorable (15.400 CFA) pero un día es un día. Quién sabe lo que nos deparará la jornada de mañana, ¿verdad? Aunque ya me espero cualquier cosa..

Isaac (y Sele), desde Cotonou (Benín)

GASTOS DEL DÍA: 19.600 CFA (apróx 29.70 EUR)