La capacidad de improvisación y disponibilidad de flexibilidad es un ingrediente fundamental en cualquier viaje, ya sea en la cercana y urbana Venecia o en los remotos parajes de Benín. Es algo que intentamos transmitir en todos nuestros relatos pero hoy, especialmente, ese principio se ha llevado al extremo para atravesar completamente un país, desviándonos así de la ruta lógica establecida. ¿Y esa locura? El poder vivir en primera persona un ritual sagrado de iniciación en el País Taneka, territorio del pueblo de una etnia que ha vivido aislada al mundo hasta hace apenas unos años...
"¿Pero no ibais por agencia local especializada?" os preguntaréis. Decíamos en nuestra jornada de vuelos en el artículo "Benín y Togo, historia de la cuna del vudú" que cuando situamos en Julio de 2013 a Benín y Togo en nuestro foco de destinos, vimos muchas posibilidades para movernos por los países pero pocas (o ninguna) para profundizar en estas experiencias. Simplemente es inviable para unos "blanquitos" por libre. Ha sido el conocimiento y contacto de Loana Travel la llama que ha incitado este plan y para el que hoy nos espera una larga jornada.
- Larga ruta al Norte de Benín, hasta territorio taneka
- Bienvenidos a ese África mítica y milenaria.. ¡País Taneka!
Larga ruta al Norte de Benín, hasta territorio taneka
¡Hostia de calor! Como al salir del avión al llegar, ya no recordaba en los viajes ese bochorno que te sacude intensamente según sales del aire acondicionado de la habitación. Tras hacer el checkout en la La Maison de Canelya, desayunar en un "Les Festival Des Glaces" como ayer y salir del caótico Cotonou a estas horas...
Son alrededor de las 9 '00 cuando comenzamos a divisar la carretera que nos acompañará las próximas horas hacia el norte de un país no mas grande que Portugal en una ruta parecida a la siguiente...
...pero de peores carreteras.
PINCELADAS PARA ENTENDER UN VIAJE A BENÍN y TOGO (VOL2): Etnias de Benín
Ayer mencionamos al etnia tofí (aquella que tuvo que escapar de la esclavitud y construir las bases de su vida encima del agua, literalmente). Pues bien, esta no es la única etnia presente en Benín, lo cierto es que hay alrededor de 42 grupos étnicos distintos viviendo en este país. Algunos de los más conocidos y numerosos son: los fon(39%), los adja (15%), los yoruba (12%) y los bariba (9%). No obstante, otros como los fulani o los holi, más minoritarios, te dejan encuentros apasionantes culturalmente Es importante conocer que una etnia puede estar presente en diferentes territorios. Esto se debe a que se han ido desplazando por diferentes países, sobre todo los colindantes. Para ellos no existen fronteras.
Según avanzamos voy reflexionando sobre este cambio de itinerario, fundamentalmente el de la importancia de no tener la rigidez de tener que ceñirte a una reserva de hotel definida e inflexible y eso en Benín no es problema. ¡No hay turismo! Por otro lado, los taneka son una etnia que ha vivido al cobijo de los montes del mismo nombre, aislada a la sociedad hasta hace nada, atacados por el Reino de Dahomey con objetivo de esclavizar. Poder asistir a su rito de iniciación que ocurre cada 10 años, ese que transforma a niños en adultos con derechos y obligaciones tras un protocolario ritual de varios días, es un privilegio único y pocas veces alcanzable por unos "blanquitos viajeros" del pueblo llano.
Entre reflexión y un poco de lectura, parada para café incluida, vamos pasando por singulares emplazamientos que nos hacen abrir los ojos. Como lo son esas colinas rocosas que alcanzan los 400 m en una zona de tierras llanas, con forma de senos según los lugareños, llamadas las montañas de Savé o esos coloridos mercados que se agolpan a los lados de la calzada y que suelen tener ese árbol sagrado rodeado de una cinta donde se supone que descansan los ancestros, generalmente gigantescos y centenarios irokos.
La comida la hemos hecho en un maqui llamado "Le Secret de la Vieille Marmite" ya a la altura de Parakou que disponía de un área de productos locales (de hecho presume de cocinar algunas de las mejores recetas beninesas) y otra para más internacionales (6.600 CFA). Los maquis son algo así como locales de carretera que ofrecen comida local aunque nunca tan abundante como en este lugar y donde se puede comer en condiciones bastantes buenas, siempre previniendo el tema del agua y los hielos, y de forma bastante económica.
El resto de carretera se me pasó volando ya con los ojos cerrados hasta que, a 600 km y 9 horas y media de nuestra partida en Cotonou, llegamos en torno a a las 18'30 en lo que se denomina territorio Taneka.
Bienvenidos a ese África mítica y milenaria.. ¡País Taneka!
Bienvenidos a ese África mítica, milenaria, autentica, que se resiste a cambiar al S.XXI. Lo intuía pero hoy lo confirmo, si alguien busca lo más parecido a sentirse ese explorador de sombrero del Africa negra, salvando mil distancias (y disculpadme el símil, claro está), Benín es su destino y el territorio montañoso Taneka ese lugar donde las tradiciones o su ropaje, incluido taparrabos, no deja indiferente.
Estamos en el área de una población llamada Copargo, en concreto en un pueblo que viene a denominarse algo así como Yakamaou (si me dices que lo busque ni os lo encuentro), en plenos festejos desde hace varios días.
Mañana será su día grande pero hoy parece ser que van a comenzar a exhibir los cuernos de cebú más grande que han sacrificado hoy. Euloge habla con la gente del pueblo intentando localizar donde está la fiesta mientras observamos un enorme montículo de arena que parece ser que tendrá gran importancia mañana. "¡Corred corred! Iros en esas motos. La fiesta está en otra parte del pueblo, ahora os sigo con el coche" Nos miramos y no lo dudamos. ¿Por qué no?
A pocos minutos llegamos a un área donde parece ser que están reunidos los ancianos y también vemos el que parece ser el rey del poblado. Van a comenzar a danzar y están tomando algunas decisiones. Parece ser que todo este ritual de iniciación de los más jóvenes comenzó con la búsqueda de una jarra de cerveza de mijo enterrada hace 10 años (tchoutou) que se realizó el lunes cuando volvieron de los bosques sagrados cercanos.
De pronto, comienzan los bailes al son de tambores. Hemos abandonado área de influencia vudú pero no así a esas arraigadas creencias del animismo, esa tradición que se remonta al principio de los tiempos.
Tanto el vudú como toda esta liturgia no es una religión como nosotros lo entendemos, sino una creencia en la vida de los ancestros tras la muerte y mantener si sabiduría, como vimos ayer con los zangbeto en Ganvié. Es la interacción con espíritus y dioses con la mediación de chamanes y sacerdotes, la necesidad de los sacrificios y las ofrendas, y en el uso de rituales de trance para permitir que el alma abandone el cuerpo...
En en este lugar, perdidos de la "mano de Dios", cuando nos damos cuenta en el viaje en que nos hemos aventurado. Estamos allí donde las personas todavía creen en la danzas mágicas y lo místico lejos de las fronteras marcadas de un país que les es ajeno. Benín es un conglomerado de pequeños países de un África antigua y hoy estamos en uno llamado País Taneka donde las personas son cariñosa y cercanas a dos extraños que han llegado a sus tierras, además de extraordinariamente bellas.
Su fiesta continuará toda la noche pero nosotros retrocederemos unos kilómetros antes que caiga el sol para alojarnos en los alrededores de Djougou, una importante ciudad para el transporte de mercancías, intercambios y comercialización pero sin grandes atractivos turísticos, en una de las pocas opciones de alojamiento que hay, un tal Motel Du Lac, que será nuestra nueva base para la noche de hoy y mañana y donde también hemos aprovechado para cenar gallina de guinea (7.000 CFA). Tras una larga jornada de ruta, mañana nos espera "algo único" en el País Taneka. A ver si logramos conciliar el sueño...
Isaac (y Sele), desde Djougou (Benín)
GASTOS DEL DÍA: 13.600 CFA (apróx. 20,6 EUR)