Era una mañana de domingo, temprano relativamente para ser festivo, pero teniendo en cuenta que después no íbamos a estar todos juntos, pusimos la tarta con las velas para desayunar y así poder escuchar el famoso y tradicional "cumpleaños feliz" y "la chica excelente" que tanta ilusión le hace a la abuela María; no podía faltar. ¡es la tradición!.
Me dieron sus regalitos, las abuelas, Paula e Isaac y como no mi querido Toñín.
Pero como ya me harto de decir, siempre hay algo que falla y que está ahí dentro para no poder ser del todo feliz, y que conste que no me quejo, que hay cosas realmente malas en la vida, como para quejarme yo por banalidades., pero si dignas de mencionarse por ser importantes para mí.
Era un día especial, a parte de por todo lo dicho, porque Isaac se iba de casa a vivir con Paula a la suya propia; como es natural y normal a su edad, pero eso no quita para que sintiera un poco de tristeza. No dejaba de ser el final de una etapa que no volverá a repetirse, lo mismo que sucedió con la marcha de Miriam a Italia, solo que a él le voy a tener mas cerca y creo que no me dará mucho tiempo a echarle tanto de menos, pero aun así, ensombrecía un poco mi pensamiento esa circunstancia, por no decir, de nuevo, que la ausencia de Miriam, ya es un hecho que, a pesar de ser aceptado, me entristece igualmente.
Bueno pero todo esto no pasan de ser reflexiones de mama gallina, como ya dije en alguna ocasión.
Nos fuimos a comer por ahí los seis y luego a conocer el apartamento pequeñito de la parejita y la verdad es que lo pasamos bien. Allí quedaron ellos empezando su nueva vida, un largo camino que algún día también iniciamos los demás. ¡ojala sepan caminar juntos al son de la misma música!, ¡Eso es lo que deseamos los que les queremos de todo corazón!