Dicen que una de las cosas más apasionantes que se puede hacer en Egipto, especialmente desde Aswan, es dar un paseo en faluca por el Nilo. Desafortunadamente, la modernidad ha ido relegando solo al uso turístico una embarcación egipcia milenaria que surcó durante siglos estas aguas, dejándose llevar por la corriente y el viento. Hoy hemos disfrutado de algo más que una habitual excursión de 1 hora ya que el trayecto nos ha llevado hasta las proximidades de Kom Ombo, durmiendo en ella, respirando la suave brisa desde la borda, observando una maravillosa puesta de sol y hasta permitiéndonos un refrescante baño.
La noche, sin embargo, nos ha traído algo más que el misticismo del Nilo...
- Faluca por el Nilo desde Aswan, una experiencia diferente
- Baño en el Nilo (y partido de fútbol)
- Una noche de misterios amarrados en una faluca por el Nilo
Faluca por el Nilo desde Aswan, una experiencia diferente
No hemos madrugado demasiado hoy aunque me he querido adelantar a mis compañeros para disfrutar de esa terraza de desayuno del Kendaka Nubian House. ¡Qué gozada! Paula siempre me dice que su mejor momento del día son esos desayunos, tranquilos, sin prisas, que hemos disfrutado por el mundo, y alguien que ha sido "nocturno" toda su vida puedo decir que cada vez estoy más de acuerdo con ella.
Decía (y justificaba) el primer día que esto iba a ser un Egipto sin pirámides (que continúa Sudán), con muchas sorpresas y alcanzando lugares que no siempre se pueden en los circuitos turísticos. Hoy además, este viaje también es un Egipto sin crucero para traernos una jornada de faluca por el Nilo en un trayecto desde Aswan hasta las proximidades de Kom Ombo similar a este...
Reconozco que cuando David me lo propuso no pude evitar imaginarme surcando de nuevo este río Nilo histórico como ya lo hiciéramos en Sudán tanto en Jartum como en Sai pero, al contrario que aquellas tartanas, ahora en esa embarcación milenaria de vela con un imponente mástil central. ¡Y aquí estamos!
Falía, falucho o faluca. Son los diferentes nombres con los que se designa a pequeñas embarcaciones cuya historia se remonta muchos siglos atrás. Se trata de barcos con un mástil en el centro que porta una vela, que se emplearon tradicionalmente para transportar tanto personas como mercancías por el Nilo. Con los años aparecieron las lanchas con motor y las estas embarcaciones tradicionales se quedaron obsoletas pero, actualmente, pasar una noche en una faluca es una de las experiencias más fascinantes que disfrutar en Egipto... y David y los amigos de Tawy Tours sabían que no podía faltar en esta Expedición Pobes.
Con el equipaje abordo, partimos pasadas las 9.30 del muelle de Aswan. Atrás quedaban algunos viejos cruceros turísticos esperando su nuevo trayecto. Ali, el dueño de Tawy, está a punto de inaugurar su propia y nueva dahabiya (ACTUALIZACIÓN: Ya lo hizo), una embarcación velera exclusiva de madera con 8 camarotes bellamente diseñados que mezcla lo mejor de la navegación sin motor, sin vibraciones y esa sensación de paz, y las comodidades de un crucero pero de lujo. No nos importaría volver así, ¿verdad Paula? El que se ha apuntado, además del grupo y nuestro guía Mohammed, es Kimo. Otro que transmite energía positiva a raudales.
Decía al comienzo que navegar con estas falucas por el Río Nilo es una experiencia inolvidable aunque también hay que considerar el tiempo del que dispone cada uno pues no es un medio de transporte rápido. Apenas vamos a recorrer 31 km en todo el día pero, a cambio, te da otras cosas. ¿El qué? Sentirte privilegiado de surcar las aguas de uno de los ríos más famosos y largos del mundo donde antes lo hiciera la mismísima Cleopatra, disfrutar de panorámicas impagables o disfrutar de la suave brisa desde la parte alta del bote de vela.
Su parte inferior está cubierta de cómodos colchones y es donde hemos repartido el equipaje. Hay espacio suficiente para todos, además de un pequeño baño. Arriba, teniendo cuidado con la vela que zizagea cada cierto intervalo de lado a lado, se obtienen las mejores vistas y la tranquilidad deseada. En todo caso, cada uno hemos buscado nuestros momentos, unos leyendo, otros mirando el horizonte o incluso haciendo una sesión de yoga (Noe, Marivi y Javier). Un bonito momento ha sido el regalo que David les tenía preparados a Isi y Patri que conseguí que el propio Paco Nadal me firmase y se lo dedicase unos días antes, el libro de "El cuerno del elefante" basado en sus aventuras por Sudán, nuestro anterior viaje.
LLegando el mediodía, parece que vamos a parar en la orilla occidental del Nilo, cerca de la Isla del Kobania, para preparar la comida.
Baño en el Nilo (y partido de fútbol)
¿Quién me iba a decir a mi que tras años "retirado" vendría a jugar un partido de futbol con unos locales, incluidos niños, en algún punto de la nada del Nilo entre Aswan y Kom Ombo? ¡Pues aquí estamos! Kimo se ha traído una pelota en la faluca y poner unas porteráis improvisadas ha sido fácil
Prácticamente todos nos hemos apuntado a ese partidete, mientras otros han aprovechado para hacer fotos y el "timonel" ha pasado a ser un improvisado cocinero
No se si hemos ganado o hemos perdido... lo que tengo claro es que mi forma física ya no es la de aquel chaval que con 27 años empezó este blog. Ay ay ay
Tampoco es que las aguas del Nilo fuesen apetecibles en primera estancia pero este esfuerzo ha hecho que ese refrescante baño parezca mucho más apetecible ahora. Además, si uno se baña en la Antártida, no hacerlo en el Nilo sería pecado, ¿verdad? Beñat, David e Isi tampoco lo han rechazado
El pack no estaría completo una típica comida egipcia preparada por el capitán ya de nuevo a bordo de la faluca y despedirnos de nuestro improvisado puerto en esta loca ruta por el Nilo que comenzamos hace 2 años ya.
Hora de seguir navegando y disfrutando de los sonidos relajantes del Nilo.
Una noche de misterios amarrados en una faluca por el Nilo
La modorra, añadida al cabeceo del casco de este barco de origen árabe que se inclina suavemente bajo el viento, ha hecho que la tarde en el barco fuese mucho más tranquila. Unos duermen la siesta, otros vamos ensimismados...
Lo intuía, pero vivirlo son palabras mayores. Un atardecer en una faluca por el Nilo, viendo perderse el sol sobre el horizonte, es algo simplemente maravilloso. Hacerlo en este medio de transporte respetuoso con el medio ambiente, sin motor ni vibraciones, ayuda mucho más.
Si alguien me pregunta, no se exactamente lo que ocurrió esta noche. Ya bajo un manto de estrellas, amarramos la faluca en la orilla oriental del Nilo y se desplegaron unas telas laterales a modo de "persianas". Con las luces de los frontales, tocaba una abundante cena que se prologaría algunas horas.
¿Y por qué digo que "algo ocurrió"? Desconozco si fue una mezcla del estado de paz y silencio en el lugar que nos encontrábamos, de espiritualidad o fruto simplemente de algunos "chupitos" de más de alguna botella que "había llegado" en el equipaje, pero la profundidad de las experiencias que allí se contaron me dejó temblando. Isi, Patri, Javi, Marivi, Noe, David, Ramón, Javier, Beñat ... sacamos esas anécdotas que nunca se cuentan, pequeñas locuras que a todos nos han ocurrido y tienen difícil explicación, desde la ouiha hasta cielos resplandecientes, para retirarnos en completo silencio una noche más en este viaje al Alto Egipto tan diferente.
Se dice que se llamaron "felouka" también a un barco fluvial usado en Mesopotamia. No se si algún día podremos navegar, aunque sea de forma turística, en ellos. Mientras, este paseo en faluca por el Nilo desde Aswan hasta los alrededores de Kom Ombo, quedará ya como una de esas experiencias inolvidables que todo viaje tiene.
Isaac (junto con la Expedición Pobes), desde algún lugar del Nilo (Egipto)
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