Nuestro viaje a Benín y Togo llega, hoy sí, a su fin. Creo que es muy probable que necesitemos varios días, incluso algún mes, para empezar a digerir todo lo que hemos vivido aunque no ha estado mal este día de relax en las playas del Ouidah para empezar a hacerlo. Hemos dormido en una especie de cabaña a pocos metros de la espuma que dejan las olas en los kilométricos arenales de la costa del Golfo de Guínea, a la par que salvajes y vacíos. Aquí el concepto de turismo de sol es bastante diferente pero nos han servido para repasar esas fotos de Benín y Togo que resumen un viaje.
Unas últimas horas en Cotonou han servido también para coger el vuelo de regreso a España aunque la despedida ha tenido un epílogo muy claro: "Respeto absoluto por la religión vudú". ¡Nos ha quedado claro!
- Relax en las playas salvajes (y vacías) del Golfo de Guinea
- Fotos de Benín y Togo, el viaje en 15 instantáneas
Relax en las playas salvajes (y vacías) del Golfo de Guinea
Con 2.800 kilómetros a la espalda, cansados, impresionados aún por todo lo que hemos vivido en estos últimos días, despertábamos hoy por penúltima vez en Benín (haremos unas horas en Cotonou aunque nuestro vuelo sale muy temprano mañana). Y lo hacíamos en el Hotel de la Diaspora donde nos acostamos anoche. Euloge no vendrá hasta el mediodía y "nos ha dado" la mañana libre. Al fin y al cabo, es necesario, aunque sean unas horas. Eso si, no se ha olvidado de dejarnos una advertencia.. ¡cuidado con el mar! Las playas de Ouidah, al igual que todas las del Golfo de Guinea como ya viéramos el día que pisamos Grand Popó, son de arena dorada, con cocoteros y en la zona turística incluso tumbonas, pero están azotadas por un gran oleaje y "visten" completamente salvajes y vacías. Son, ni más ni menos, que 120 kilómetros en Benín de arenales inmensos que vivieron de primera mano el vergonzoso capítulo de la historia donde centenares de barcos partían con las capturas de esclavos como mercancía vendidas a los comerciantes blancos que viéramos ayer en la "El Reino de Dahomey y la ruta de los esclavos de Ouidah". El Golfo de Guinea al que nos hemos referido estos días abarca la costa de (empezando por el país más al norte) Liberia, Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benín, Nigeria, Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón y Santo Tomé y Príncipe.
El hotel, muy bien preparado (todo hay que decirlo), cuenta con una gran piscina donde relajarse y pasar la mañana. Aquí hemos aprovechado para poner un poco las redes al día, pegarnos un homenaje (7.000 CFA) y preparar las mochilas para, con Euloge, poner rumbo a Cotonou por una carretera de tierra de costa que ha sido otra gran experiencia. Antes hemos parado en el que llaman Museo de Historia de Oudiah con piezas muy básicas y algo destartalado pero útil para conocer mejor la historia.
El camino por la carretera también nos ha enseñado que existen lugares con mucho encanto para hacer un Benín de slow travel como ese Bab's Dock (hoy cerrado) al que se accede en canoa, un lugar para tomar una cerveza o comer en un verdadero oasis de naturaleza en un manglar o el Kirikou Bar de cócteles y otros refrigerios, donde si cayeron las últimas cervezas.
De Ouidah también se conoce el famoso“Fuerte de San Juan Baptista de Ouidah”, una fortaleza no muy grande construida por los portugueses. En su momento había en total cinco de estas fortalezas, una por cada nacionalidad de extranjeros que residía en el país. Así que en total terminó habiendo un fuerte para los franceses, ingleses, daneses, belgas y el ya mencionado de los portugueses.
Fotos de Benín y Togo, el viaje en 15 instantáneas
Vudú, el gran desconocido de la sociedad "civilizada" simplificado a ese muñeco con agujas es todo un fenómeno en África Occidental. Va a sonar raro esto que digo sin ser un safari o un avistamiento de auroras que depende de la naturaleza, pero tengo la sensación que nunca habrá 2 viajes iguales a Benín, un recorrido donde los rituales están a la orden del día pero son transmitidos por el boca a boca o los chivatazos a alguien experto y especialista y que sin un Loana Travel jamás hubiéramos vivido. Todo empezaba en aquel Cotonou y Ganvié, la Venecia africana (incluido Dantokpa)...
... pero eliminaba completamente cualquier itinerario marcado cuando Euloge nos proponía un cambio debido a un importante rito de iniciación en País Taneka que estaba sucediendo estos días. Fue unas de las mejores experiencias sin duda.
Nadie asocia Benín y Togo a vida salvaje y, sin embargo, todo un Patrimonio de la Humanidad por UNESCO se encuentra en su área norte. El P.N. de Pendjari nos demostró que hay fauna más allá de las Kenia, Sudáfrica o Botswana y alejada completamente del turismo masivo.
País Somba es el aliciente de muchos fotógrafos para iniciar un viaje a Benín y Togo, especialmente esta última donde País Somba se convierte en la cuna de Batammaribas y sus tatas únicas en África aunque no hay diferenciación entre ambos lados más allá de ser Patrimonio de la Humanidad por UNESCO también.
La etnia de los Kotokoli de Togo y los coloridos mercados de Sokodé marcaron el regreso a la costa del Golfo de Guinea, esta vez por el interior de otro país.
La naturaleza nos dio el privilegio de poder vivir los alrededores de Kpalimé y trekking por el bosque tropical al mágico Kebo Dzigbe, una especie de "ruta por los pueblos naranjas de Togo", con mucha historia, entre ella ser el origen del Reino de Dahomey que veríamos días después.
Si bien la capital de Togo, Lomé, pasó bastante desapercibida para nosotros, no fue así con el mercado de fetiches vudú más grande del mundo (y Togoville) antes de volver a cruzar la frontera.
Entrábamos en el mundo de la religión vudú que veníamos buscando y si bien ya habíamos visto a los Zangbetos en Ganvié, rituales animistas de creencias similares en País Taneka o Somba y fetiches y amuletos en los mercados y en Togoville, lo que venía a partir de esos momentos nos dejó temblando, asistiendo a un auténtico ritual vudú en el Templo de las Calaveras .. ¡humanas!
Porto Novo, capital de Benín nos traía una mezquita casi única en África ....
... pero, sobre todo, entrar de lleno en el universo de las sociedades secretas del vudú con los Egungún ...
... y los Zangbetos, en la coronación de un rey ante el que nos llegamos a postrar.
Regresábamos unos días por ese interior que pasamos de largo por el cambio de itinerario, conociendo a los Holi, la etnia de los tatuajes, una de las más pobres y desprotegidas ...
... Los Fulani, el pueblo nómada más grande del mundo (y más bello) donde hay una imagen de una mujer que me quedó marcada por su extraordinaria belleza ...
.. y asistiendo a una ceremonia de máscaras Gelede, la última gran importante sociedad secreta del vudú que nos quedaba por conocer
La aventura acababa ayer con uno de las jornadas más duras de un capítulo bochornoso de la historia de la humanidad, desde el Reino de Dahomey y la ruta de los esclavos de Ouidah hasta la 'puerta de no retorno'
Y aquí estamos, ya alojados y cenados (7.000 CFA) en el La Maison de Canelya donde comenzó esta historia, a punto de ser recogidos para embarcar de regreso a España. ¿Y si os decimos que el "cuento" todavía no había acabado?
El avión de Air Maroc programado para las 6.35 de este 11 de Abril de 2019 salía con inusual adelanto alrededor de las 5:40 del Aeropuerto Internacional de Cotonú-Cadjehoun. ¿Por qué? Se puede decir que casi huimos de la más impresionante tormenta de rayos y truenos que he visto en mi vida y que si hubiéramos salido 5 minutos más tarde no podríamos haber evitado. Sele y yo nos mirábamos asombrados y, en parte, temblorosos por lo que veíamos a través de la ventanilla del avión. Era como si esta tierra de misterios, de una liturgia difícil de explicar, nos enviase un mensaje de despedida: Aprended a respetar la religión vudú, una de las más antiguas del mundo. FIN
Isaac, ya con Oli, Paula y Nico desde A Coruña (España)
GASTOS DEL DÍA: 14.000 CFA (apróx 21.21 EUR)