Urumqi, ciudad en medio de nada

Cuando uno a veces se enorgullece, e incluso pavonea, de conocer cantidad de geografía de este inmenso mundo, a veces le viene bien una cura de humildad y volver a poner los piés en la tierra, pues hay lugares recónditos que poquito a poco hay que ir descubriendo. Esto me ha pasado hoy...

Dejabamos anoche el relato del DIA 1 sobrevolando cielo ruso, camino ya de nuestro destino final, con la incógnita de un nombre, Urumqi, una parada técnica que nos iba a dar la bienvenida a China, y del que reconozco, no había oido hablar en mi vida. Urumqi, para China Southern Airlines, es una especie de "hub" a través del cual distribuyen ciertos vuelos procedentes de Europa hacia los 3 centros principales: Beijing, Shaigan y Guangzhou.

Pero, ¿que es Urumqi? Urumqui es algo así como la ciudad en medio de la nada, la ciudad del mundo (según el record Guiness) más alejada del mar con una distancia de 2.500 km, la ciudad perdida de todo... una ciudad olvidada en un inmenso lugar a cientos de kilómetros de "algo civilizado". Y sin embargo, también es la ciudad occidental más grande de China, con 1.6 millones de habitantes.

Urumqi es famosa, parece ser, por la ruta de la Seda, ese viaje siempre pendiente que algún día haremos. Desde Turfan hasta Urumqi se suceden desiertos de piedras, bosques y vastas praderas. Una ruta apasionante para cualquier amante de la aventura. Así vista desde el cielo, es una metrópoli inmensa que ha crecido por una política de China Central de poblar con chinos "han" su Asia Central. Estos chinos...

Han pasado 5 horas desde la salida desde Moscú cuando aterrizamos en su aeropuerto. Aquí vamos a hacer nuestra entrada por China, por lo que salimos del avión y nos hacen todo tipo de controles. Primero pasaportes y visados, posteriormente de equipajes, ambos muy rigurosos, para tras casi 2 horas volver por donde hemos entrado al mismo avión pero !!! YA ESTAMOS EN CHINA !! (curiosa manera de entrar)

Volvemos a despegar y seguimos recuperando el retraso, que ya es sólo de 1 hora y media. Nos despedimos así de Urumqi, ciudad para no olvidar ya, que nos ha servido para poner un poquito de geografía a nuestra larga lista de lugares y, ¿quién sabe?, lo mismo nos volvemos a ver más pronto que tarde. Comenzamos a sobrevolar desiertos y montañas de la inmensidad no poblada de China.

El último trayecto también es de aproximadamente 5 horas. Por fin estamos llegando a nuestro destino, previsto inicialmente para las 14.25 y que gracias a un vuelo tranquilo (o eso creo, porque me caí redondo las 5 horas) llegamos recuperando otros 30 minutos para aterrizar a las 15.35 en el moderno y nuevísimo Aeropuerto Internacional de Baiyun

Los trámites ahora son rápidos, ya que nadie nos hace control de pasaportes y visados (lo llevabamos ganado de Urumqi) y las maletas no se hacen de rogar. !! Han llegado !! A ver, ¿como vamos ahora al alojamiento? Estamos cansados, han pasado ya casi 24 horas desde la salida desde Madrid y no nos apetece mucho empezar a coger buses y metros por ahorrarnos unos duros. Los taxis son baratos, vamos a probar...

OPCIÓN 1 .- Taxi regular. Nos deshacemos de pesados taxistas buscaoportunidades y llegamos a la cola. Avanza rápido. Ya estamos, VAMOS ALLÁ.... maleta dentro, malet... !! no caben más !! !! NO CABEEEEN !!! ¿Pero que tipo de maletero es este? Pues resulta que los taxis tienen el maletero tan ridículo que tendríamos que coger dos, y el trayecto es de 1 hora más o menos y unos 200 RMB por taxi. No nos vamos a separar...

OPCIÓN 2 .- Saltarnos las reglas. Por allí hay chicos intentando ganarse 4 duros ofreciendo un "particular sistema de minibus" que consiste en llamar al coleguilla de turno que te acerca por un precio pactado donde queramos. Juanito, así llamado por comodidad, nos pide 400 RMB por su "minubus". Tras un pequeño regateo acabamos en 300 RMB y llama a su colega, que tiene cara de Pedrito. Allá nos vemos metiendo todo en una especie de tartaja con un chavalin que no debia superar los 20 años. En fin, es su manera de ganarse la vida...

La primera impresión de Guangzhou es que estamos ante una ciudad FEA. Quizás porque la recorremos suburbialmente o quizás por esa intensa bruma o neblina que no la abandona ni un día de sol abierto como hoy, y que llevamos encima desde la entrada por Urumqi. Es como si no quisiera levantar. No obstante, estamos ante una de las ciudades históricas más famosas de China, con existencia de más de 2.800 años y un importante puerto fluvial y marítimo. Una leyenda reza que 5 dioses vestidos de ropas coloridas descendieron del cielo montando en cinco cabras, regalando al pueblo espigas de arroz y formularon votos para que se liberara a la ciudad del hambre para siempre. De ahí que se la conozca también como la "Ciudad de las Cabras" y también como "La Ciudad de las Flores" (desde que cogemos el coche todo está perfectamente cuidado y con muchisimas flores)

El trayecto nos va sorprendiendo, como viajes de antaño. Un mundo nuevo. Los coches no respetan nada, pitan y pitan para avisar de adelantamientos, por la derecha, por la izquierda, a toda leche. La especie de autopista que nos adentra en la ciudad derrepente pierde un carril por obras (se ve media ciudad creciendo todavía más). Hasta que por fin llegamos... el Dongyue Fashion Hotel (artículo completo del alojamiento en ESTE ARTÍCULO) está en un barrio chino tranquilo. De hecho es un barrio de los auténticos. Tal es así que el hotel digamos que es hotel porque lo pone en el cabecero de la entrada.. sino podríamos hablar mucho de él (que lo haremos)

Hacemos el check-in y, tras una pequeña espera, nos dan las habitaciones. "!! Vamos !! !! Vamos !! !! Nos vamos !!" !! Pero que prisas !! No dejan a uno ni pegarse una duchita.

Esta anocheciendo, y a la familia le apetece ver la Guangzhou nocturna antes de acabar un día cansado de vuelos, y comer por el centro. Antes damos un pequeño paseo por la calle del hotel, que desprende autenticidad completa. Hasta las famosas peceras para comprar tu pescado vivo, con lubinas y camarones con una pinta estupenda

Nos vamos a la pintoresca Beijing Road o Beijing Lu, una de las principales arterias comerciales de Guangzhou, llena de neones, tiendas de gama media y restaurantes. En esta época del año anochece alrededor de las 19'00 y como estamos en una megametropolis de 11 millones de habitantes, y las distancias son abismales, entre que cogemos un taxi (42 RMB) y atravesamos los casi 15 km que tenemos, ha caido la noche.

Beijing Road está a rebosar a estas horas. Luces de colores, tiendas, gente intentando venderte relojes, bolsos o lo que pueden, megastores, restaurantes, tiendas de moda (aunque no parece que sea precisamente la calle de las gangas).

Incluso podemos observar una zona que conserva las antiguas murallas y que ahora reposan bajo la calle peatonal cubierta de grandes losas de cristal para protegerlas. Parece ser que abarcan varias dinastías, desde el 200 a.C. hasta el 1.660 d.C.

Pero de verdad lo que nos hace vivir estar dentro de una película, son los árboles (a veces que han crecido entre las propias tiendas), la iluminación, los neones, los farollilos... En una esquina encontramos también la calle de Xihu que también tiene tiendas de adornos, camisetas, baratijas y más centros de ocio, restaurantes y luces de colores. !! ESTAMOS EN UNA MEGACIUDAD DE CHINA que en esta parte central nada tiene que envidiar a las más conocidas !!

Aunque no podemos ocultar que el día ha sido duro, son muchas horas, muchos vuelos, y todos tenemos un pequeño dolor de cabeza y un jetlag de cuidado. El hambre aparece y devoramos lo que encontremos. Sólo tenemos un pequeño gran problema... En el Aeropuerto, con el mal cambio, apenas cambiamos 100 euros para pagar los traslados, y está todo cerrado. Intentamos entrar en un par de restaurantes chinos y no nos aceptan tarjetas de crédito. Todavía hay cosas que evolucionar para llegar a la sociedad del consumo absoluto, jaja...

Finalmente, y con Miriam comiéndose hasta la libreta del viaje, encontramos un lugar donde nos aceptan tarjeta de crédito. !! PIZZA HAT !! Snif. Es lo que hay... Eso si, hemos cenado de lujo. 3 ensaladas, 2 combinados, 1 spaguettis, 2 de pollo, 3 cervezas, 3 refrescos, 4 postres... !! hasta arriba !! .. y por sólo 373 RMB los cuatro. O lo que viene a ser lo mismo, el mismo importe que pagamos en el Aeropuerto de Moscu por 4 cervezas y dos minisandwiches.

El día no da para mucho más. Tomamos un taxi de regreso (44 RMB), compramos agua para dormir (6 RMB por dos aguas) y subimos a las habitaciones, en la última planta del Dongyue Fashion Hotel (artículo completo del alojamiento en ESTE ARTÍCULO), un hotel que tiene toda la pinta de haber sido un lugar "de citas" antaño (y menos "antaño"), al menos por su decoración, jajaja, pero que se encuentra perfectamente preparado, limpio y acogedor con un gran cartel con el evento de la Canton Fair que veremos mañana.

Tom, portate bien, que me han dicho que estás algo revoltoso. Paciencia Paulita paciencia... que ya queda menos, jeje. Te echo mucho de menos por el otro extremo del mundo, pero esto va a ser una visión parcial de lo que veremos muy muy pronto. Mañana más ... ahora zZzZ

Isaac & Familia, desde Guangzhou (China)

GASTOS DEL DÍA: 761 RMB (aprox 84.55 EUR)