Érase una vez ... ¿No empiezan así las grandes aventuras, los cuentos populares o las historias más épicas? Lo siento, hoy va a sonar bastante más catastrofista aunque desgraciadamente realista. Érase una vez el primer país que desaparecerá por tu culpa (y la mía), ese que tiene las aguas turquesas más puras que jamás hayan visto mis ojos, con unos cientos de atolones de origen coralino con una altura que no supera los 2 metros del mar pero tan extenso como Rusia y donde grandes navegantes españoles llegarían siglos atrás, en este caso Hernando de Grijalva en 1537. Uno que visto desde el aire, como divisaron los bombarderos de la II Guerra Mundial (cuyos restos todavía pueden visitarse en verdaderos museos al aire libre), es un paraíso idílico con el que solo Maldivas, Bora Bora y raras excepciones podrían competir...
Esta es la historia que no nos atrevimos a contar antes de un pequeño país que pisamos en nuestra Luna de Miel pero todavía más de lo importante que eres tú, yo y todas esas personas, gobiernos, empresas, cadenas, establecimientos y asociaciones comprometidas que cada día más se toman en serio y se implican con el cuidado del medio ambiente y, en nuestro sector, con el turismo responsable y sostenible porque pronto no será solo Kiribati, ese desgraciado primer país del mundo, el que desaparezca del planeta (y parte de los recuerdos de nuestra Luna de Miel con ella) sino será tu legado, tus hijos ... y tu conciencia.
- "For travellers, not tourist"
- Kiribati, el primer país que desaparecerá por tu culpa (y la mía)
- Turismo responsable: No es suficiente pero "algo" está cambiando.
"For travellers, not tourist"
Diario de viaje. 16 de Agosto de 2012. "Para viajeros que tienen pasión por explorar y descubrir, personas que disfrutan de una aventura fuera de las rutas turísticas establecidas y quieren llegar donde han sido pocos antes". Leo nuevamente el eslogan, cierro los ojos e imagino lo que está por venir. Dormimos a estas horas en un pequeño motel considerado como el mejor alojamiento de Tarawa. Posiblemente no pasaría los estándares europeos de esa primera estrella de calidad pero eso no importa porque estamos en la capital de un país de la Micronesia formado por atolones de grandes lagunas de aguas azul turquesa, árboles de papaya y plátano e islotes separados por canales de agua que dejan formas envidiables como hemos visto desde el aire según nos aproximábamos en nuestro vuelo procedente de Fiji.
Casi ya sueño con lo que mañana veremos. Cuentan que en tiempos de los grandes navegantes españoles, existió un conquistador y explorador llamado Hernando de Grijalva, acompañante de Hernán Cortés en la conquista de México, que llegó hasta estas islas. Cortés le había enviado a Perú para ayudar a Francisco Pizarro pero realmente tenía un cometido secreto, zarpar desde allí en busca de ricas islas camino de las Molucas que habían sido reconocidas a Portugal. Como tantas otras, el atolón Christmas (Kiritimati) hoy es famoso en el mundo anglosajón desde su "descubrimiento" en 1777, ignorando así las grandes audacias de nuestros antepasados, pero ya fuera Hernando de Grijalva quien lo tocara en esta misión. También hiciera lo mismo con las Gilbert donde se encuentra Tarawa antes de ser asesinado en un motín de su tripulación. No obstante, Fernando de Magallanes, Pedro Fernández de Quirós y Álvaro de Saavedra Cerón afianzarían el dominio español en este área hasta 1885
Kiribati, el que admito que me costaba situar en el mapa antes de plantear meterlo en nuestra ruta (¿Micronesia? ¡vamos allá!) es quizás desconocido al mundo salvo por una gran batalla de la II Guerra Mundial. Fue en el 1943, tras la campaña de Guadalcanal en Islas Salomón, cuando portaaviones, cruceros pesados y ligeros, acorazados y destructores desembarcaban en el considerado mayor y más sangriento combate entre Estados Unidos y Japón del Pacífico y que hoy deja un legado impresionante de joyas de museo que permanecen en su emplazamiento original, sin tocar, especialmente en los alrededores de Bairiki, su capital
Historia, patrimonio, un edén sin turismo masivo, una cultura única y diversa en torno al concepto de la maneaba y la invocación a un espíritu llamado Anti o una laguna de 500 km2 con un amplio arrecife lleno de vida nos esperan... o, de forma ilusa, eso creíamos
Kiribati, el primer país que desaparecerá por tu culpa (y la mía)
Recuerdo como si fuera ayer el impacto que causó aquel paso por este lugar del planeta en nuestras vidas. "Aguas azul turquesa rodeadas de palmeras a medio camino entre Hawaii y Australia" fueron los principales reclamos de las agencias de viaje en Australia y Estados Unidos en la década de los 90 para turistas que nunca llegaron. Quizás de ahí surgió ese segundo intento de lema: "For travellers, not tourist". Ya era tarde
No es 2050 pero Kiribati ya se ha hundido. Posiblemente no lo haya hecho físicamente (que lo hará por el cambio climático) ni haya sido culpa directamente del turismo pero es el claro ejemplo de lo que nos espera. Kiribati es un país de plástico, un mar de arrecifes contaminados ... ¡un verdadero basurero en medio del idílico Pacífico! Un desierto de esperanza...
No será necesario esperar a que el mar engulla su superficie y que las consecuencias del calentamiento global, ese del que tenemos tanta culpa tú como yo, se cebe con sus primeras víctimas. De hecho los ciclones, la sequía y la erosión ya ha hace tiempo que ha convertido los campos cultivables en desiertos lo que, unido a la sobrepoblación, ha hecho que haya sido el primer país declarado como refugiado climático y a sus gobernantes a plantear comprar tierras más allá de sus fronteras (se dice que en Fiji) para re-instalarse. Y da igual lo que se decida el G-20 en innumerables ratificaciones sobre el Acuerdo de París sobre el clima de 2015 que nunca cumplen.. ¡no es reversible! Kiribati dejará de ser el primer territorio en recibir cada año nuevo, esto recaerá en Samoa.
Sin embargo su problema llegó mucho antes aunque la elevación progresiva de las aguas haya servido de telón de humo. Llegó el día que sus gobernantes y su gente decidió dar la espalda a la sostenibilidad demográfica, sin plan de natalidad, ante la escasez de terreno que tienen sus islas provocando el desabastecimiento de alimentos, agua potable (agravado por la entrada de agua salada en sus acuíferos) y sanidad. Llegó cuando se dio la espalda a sus responsabilidad cultural y social. Llegó cuando la conciencia ambiental se vio degradada a niveles como nunca hemos visto con playas llenas de vertidos y excrementos que rozan lo grotesco, algunos procedentes de nuestros propios desechos aunque pueda parecer increíble a tantos miles de kilómetros de distancia...
Esto deriva en que la contaminación de todo lo que rodea las viviendas donde bacterias y mares de aguas negras, acabó con la vida tradicional de agricultura y cría de animales domésticos en gran parte del territorio, a añadir la vida marina infectada por la mala gestión de residuos que hacemos tú y yo y que deja con su principal recurso a Kiribati.
¡No es una película del futuro! Desgraciadamente no. El 79% de nuestros plásticos acaban en el medio ambiente y solo en España se abandonan 30 millones de latas y botellas de plástico cada día según Greenpeace. De todo ello, existen 5 zonas identificadas como "sopas de plásticos" en Índico, Atlántico y Pacífico y las previsiones hablan que en 2050 habrá más plástico que peces en el mar. Kiribati ya lo sabe, ¿y tú?
Turismo responsable: No es suficiente pero "algo" está cambiando.
Estoy seguro que cada día leemos, vemos, percibimos en nuestro entorno más mensajes de concienciación alrededor de uno de los más graves problemas a los que nos enfrentamos y aún tú (y yo) seguimos pensando que esto no va con nosotros. Sin embargo, nuestro sector viajero si se ha puesto "las pilas" (¡GRACIAS!) y cada vez son más las buenas prácticas en busca turismo responsable y sostenible para minimizar la huella allí por donde pasamos o donde nos establecemos o los proyectos desarrollados en torno a ello: El Proyecto de Aguas y de reciclaje de Isla de Príncipe, el de compensación de emisiones realizadas de la Sidrería Cuadra de Antón en Gijón, cualquiera de rutas ecológicas o medios de transporte respetuosos con el medio ambiente, proyectos autosuficientes cuya toda su energía proviene de energías renovables y hasta países antitésis de Kiribati reconocidos como "Global Green Destinations" como es Eslovenia. Por supuesto también en el campo de los alojamientos donde uno de los mejores ejemplos es la cadena Accor Hotels que ya llevan ya 25 años y han sido pioneros en medir su huella medioambiental.
¿Y cómo pueden cualquiera de ellos aportar nada en un mundo tan grande? ¿Como un establecimiento hotelero, por muy pionero que sea, puede influir en algo que pensamos que no va con nosotros? El granito de arena de Accor, por ejemplo, parte precisamente de ese lema que dice que "cada hotel es un planeta en si mismo" e incluso han creado un programa llamado "Planet21" que han ido implantando progresivamente en sus 4.600 establecimientos repartidos en cien países, incluyendo la dedicación de intentar concienciar a los propios clientes y creando acciones asociadas como:
- El ahorro de energía, lavandería o agua de no cambiar la toalla cada día va destinado a plantar árboles (y van ya 7 millones en 28 países, logrando repoblar zonas completas)
- Ante el desperdicio de alimentos de los clientes en buffets (se dice que más de 1/3 de la comida) se han desarrollado planes de cálculo, reutilización, donación, productos de proximidad y otras medidas
- Creación de casi 500 huertos urbanos en los hoteles donde disponen espacio
- ¡Huir del plástico! Pajitas, cucharillas, bastoncillos a demanda o de cartón, bambú o cristal, desaparición de botes de gel por dispensadores, ...
- Inversión en proyectos solidarios de colaboración con ONG o asociaciones locales bajo la fundación Accor Solidarity
Pronto tendremos la posibilidad de conocer de primera mano como funciona un hotel Accor de A Coruña (artículo próximamente) y otros proyectos de este tipo pero mientras os pregunto: ¿ha servido este artículo para poner otro granito de arena en tu propia concienciación incluso más allá de tus viajes? Kiribati desaparecerá inevitablemente en las próximas décadas y no parece ser reversible pero nuestro legado para futuras generaciones, la de tus hijos, todavía puede cambiar con pequeños o grandes gestos. ¿Abrimos los ojos?
Isaac y Paula, desde Kiribati
