Siempre he pensado cuál sería mi lista si tuviera que haber hecho yo ese checklist de "Maravillas del Mundo". Las 7 Maravillas del Mundo Moderno elegidas fueron Chichén Itzá (México), Coliseo (Italia), Cristo Redentor (Brasil), Gran Muralla China, Machu Picchu (Perú), Petra (Jordania) y Taj Mahal (India) pero.. ¿cuántos sitios visitados merecerían estar ahí? El nivel está alto, sin duda, pero hoy es de esos días que podría decir que la 8 Maravilla del Mundo para mi debería incluir en la candidatura la Roca del Léon, el icono de Sri Lanka. Te cuento qué ver en Sigiriya, mi experiencia REAL en un ascenso y amanecer MÁGICO.
¿Alguna vez habéis soñado con escalar una fortaleza en las nubes y pasear por una ciudad medieval abandonada el mismo día? Sri Lanka concentra ocho sitios Patrimonio de la Humanidad UNESCO. Hoy visitamos dos de los más impresionantes. Sigiriya, la mítica Roca del León con su palacio fortaleza imposible, y Polonnaruwa, la capital medieval mejor conservada del país (en el siguiente artículo). Subir 1.200 escalones con las primeras luces del alba, contemplar frescos de 1.500 años de antigüedad, y por la tarde sentirnos pequeños entre budas gigantes tallados en roca.
- Ruta del día: Habarana - Sigiriya - Polonnaruwa
- Planificación y reservas con antelación
- Qué ver en Sigiriya, la 8 maravilla del mundo (experiencia REAL)
- El Madrugón y la llegada a un Reino Elevado todavía de noche
- Los primeros pasos hacia la fortaleza del Rey Kashyapa
- La terraza del León y ascenso final
- Amanecer sobre la cima de Sigiriya, un regalo casi mágico
- La Roca Espejo y las pinturas rupestres de las Apsaras, acceso a las galerías de Arte Milenario
- Los Jardines Reales de Sigiriya, el primer jardín paisajístico del mundo
- Las mil y una fotos que ver en Sigiriya
- Desayuno y piscina tras conquistar Sigiriya
- El merecido descanso y el festín post-ascenso
Ruta del día: Habarana - Sigiriya - Polonnaruwa
Planificación y reservas con antelación
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La ruta del día ha sido similar a ésta (Clic Google Maps) ...
Qué ver en Sigiriya, la 8 maravilla del mundo (experiencia REAL)
El Madrugón y la llegada a un Reino Elevado todavía de noche
Levantarse a las 4:30 AM para visitar un sitio arqueológico puede parecer una tarea ardua, pero llegar a Sigiriya a las 5:00 AM, cuando aún reina la oscuridad y el silencio, tiene un componente casi ritual, como tantas veces hemos hecho antes en los Petra, Machu Pichu, Abu Simbel, Chichén Itzá y otros tantos. Es algo casi obligatorio, al menos en mi opinión, si quieres disfrutar de lugares únicos del planeta con la mayor magia posible
Todo el grupo intuíamos que el madrugón sería un esfuerzo, pero también sabíamos que era la clave para disfrutar de esta maravilla sin las multitudes y, fundamentalmente, ¡sin el intenso calor que se siente no mucho más tarde (a las 11 ya pega)! El precio de la entrada para extranjeros es fijo (se puede combinar con Polonnaruwa que veremos por la tarde) y puede parecer un coste elevado comparado con otros sitios en Sri Lanka, pero os aseguramos que cada céntimo está bien empleado y a estas horas no hay cola ni nadie. Este es el mapa de lo que vamos a ver ...
Aguardábamos la apertura oficial (aunque a veces permiten el acceso un poco antes de las 5:00 AM si ya hay visitantes), y también entregamos nuestros permisos para volar drones que son otro tesoro porque son muy complejos de tramitar en lugares como este y tienen que concederlo tanto el MInisterio de Defensa como la Autoridad de Aviación Civil de Sri Lanka y, a mayores, que en la entrada te lo permitan volar en la cima (no siempre lo hacen).
Cruzamos los Jardines Reales, una impresionante obra de ingeniería hidráulica todavía a oscuras (volveremos luego) y ya desde la base, antes de empezar el ascenso, comenzamos a ver que Sigiriya demuestra que no es un lugar común.
Opinión de Isaac
Opinión propia | Esto no te lo cuenta una IA
Madrugar tanto tuvo su recompensa. Éramos de los primeros en la cola cuando abrieron las taquillas. El cielo empezaba a clarear mientras atravesábamos los Jardines Reales. Estanques simétricos, canales de agua ingeniosos... Ya desde abajo impresiona la ingeniería hidráulica del siglo V. ¡Merece la pena! Si tienes que madrugar un día.. ¡ES ESTE!
Los primeros pasos hacia la fortaleza del Rey Kashyapa
Pero la verdadera aventura, el desafío que nos había hecho levantarnos tan temprano, comienza al pie de la formidable mole de granito. Son 200 metros de roca casi vertical que el rey Kashyapa I (un personaje con una historia algo controvertida que incluye el derrocamiento de su propio padre para hacerse con el trono) eligió en el siglo V para construir su palacio-fortaleza, creyendo que nadie sería capaz de alcanzarlo. ¡Una elección ciertamente audaz! Las primeras escaleras, algunas talladas directamente en la roca y otras complementadas con estructuras más modernas, son relativamente anchas y no presentan gran dificultad, lo que permite coger ritmo y disfrutar del entorno.
Lo que resulta ciertamente intimidante son los carteles que anuncian "silencio". Toda la roca es el hogar de decenas de colmenas de avispas asiáticas (las más grandes) y no querríamos "ponerlas en movimiento". De hecho, en esta zona esta terminantemente prohibido volar el dron.
Comienza un tramo de subida mucho más duro, donde esperamos que alguien haya revisado la estructura de las escaleras con regularidad...
La terraza del León y ascenso final
Justo cuando ya has sudado la gota gorda, Sigiriya tiene reservada otra sorpresa. Llegas a una amplia terraza o plataforma conocida como la Terraza de la Pata del León (Lion's Paw Terrace). Es un buen sitio para tomar un respiro, beber agua y mentalizarse para lo que viene, porque desde aquí empieza la parte más dura y vertiginosa del ascenso: los famosos 1.200 escalones que te llevan a la cima. Las vistas desde esta plataforma ya son para quitar el hipo, pero lo mejor está aún por llegar porque las escaleras de piedra dan paso a unas escaleras metálicas, sujetas a la pared de la roca, que cuelgan sobre el vacío y las vistas son ESPECTACULARES
¡Aquí es donde la sensación de vértigo puede empezar a hacerse notar! Pero hay barandillas seguras a ambos lados y, aunque pueden impresionar, son perfectamente transitables. Eso sí, si se mira hacia abajo... la caída es considerable. La jungla se extiende como una alfombra verde hasta donde alcanza la vista, salpicada por lagos y otras formaciones rocosas. La brisa matutina, que a estas horas todavía es fresca, se agradece enormemente, porque el esfuerzo y el sol (incluso temprano) empiezan a notarse. Es vital llevar como mínimo 2 litros de agua por persona y algo para picar para reponer energías. Y, por supuesto, un calzado cómodo y con buen agarre es imprescindible; es mejor evitar chanclas o sandalias.
Amanecer sobre la cima de Sigiriya, un regalo casi mágico
Y entonces, cuando ya crees que no puedes más, cuando tus piernas empiezan a protestar y tus pulmones piden una tregua... ¡llegas! ¡LLEGAS A LA CIMA! Y en ese preciso instante, cualquier esfuerzo, cualquier duda, se desvanece. ¡QUÉ MARAVILLA! La cima de Sigiriya es una explanada enorme, de casi una hectárea y media, donde se encuentran los restos del palacio-fortaleza del rey Kashyapa.
Aunque hoy solo queden los cimientos, las cisternas excavadas en la roca (¡que a veces todavía tienen agua!) y algunas paredes que se resisten a caer, te puedes hacer una idea perfecta de la grandiosidad que tuvo que ser aquello: un palacio suspendido entre las nubes, con jardines, piscinas y unas vistas que te dejan sin palabras.
Aquí, totalmente solo (he debido ser junto con Alfredo, mi buen compañero mexicano, el primero en llegar), me voy a una zona solo para disfrutar del amanecer y volar a mi querido Perejildo III que ha venido para estos días...
Si las vistas sobre la jungla infinita desde esta explanada enorme con los restos del Palacio ya son una maravilla, imaginaos con los primeros rayos del sol iluminando y visto desde el aire
Darte un paseo por la cima, con el viento acariciándote la cara y contemplando esas vistas panorámicas de 360 grados que abarcan toda la jungla, los lagos que brillan como espejos y las montañas que se pierden en la lejanía (incluyendo la famosa Pidurangala Rock, que desde aquí parece de juguete), es una recompensa que supera cualquier expectativa. Te sientes en la cima del mundo (o al menos, como el rey Kashyapa por un momento). Es el momento de sentarse, respirar hondo, beber agua y, simplemente, disfrutar del espectáculo.
El esfuerzo, os lo podemos asegurar, ¡HA MERECIDO LA PENA CON CRECES! Un consejo: aunque haga calor, arriba suele soplar bastante viento. Es más, hacía tanto que el propio dron daba avisos de fuertes rachas.
Sencillamente, es una verdadera Maravilla del Mundo y, aunque esto ya es una opinión subjetiva, no puedo entender como hay lugares como el Cristo Redentor por delante de un monumento e icono semejante.
La Roca Espejo y las pinturas rupestres de las Apsaras, acceso a las galerías de Arte Milenario
Tras haber pasado más de una hora en la cima, es momento de descender, pero lo haremos por otro lado como nos ha dicho Hashini, nuestra guía. A mitad de tramo, viéndose los jardines a lo lejos, haecmos otra parada obligatoria en la famosa Roca Espejo (Mirror Wall). Antiguamente, esta pared de roca estaba tan pulida que el rey podía ver su reflejo en ella. Hoy, aunque ya no tiene ese brillo especular, conserva cientos de grafitis (los "Sigiri graffiti") dejados por visitantes entre los siglos VII y XIII. Son poemas y comentarios en cingalés antiguo que alaban la belleza de las damas de los frescos. ¡Es como leer un libro de visitas de hace más de mil años!
Poco más adelante se encuentra una escalera de caracol metálica, estrecha y algo cerrada, que parece ascender hacia una cueva oculta en la pared de la roca. Esta es la puerta de entrada a uno de los tesoros mejor guardados de Sigiriya: los frescos de las famosas "Damas de Sigiriya" o Apsaras. Los frescos son, sencillamente, IM-PRE-SIO-NAN-TES. En una oquedad protegida de la roca, te encuentras con estas figuras de mujeres de belleza serena, pintadas hace nada menos que 1.500 años, durante el reinado de Kashyapa. El tiempo no perdona y de las 500 que llegó a haber solo quedan unas 22 pero está terminantemente prohibido hacer fotos.
Los Jardines Reales de Sigiriya, el primer jardín paisajístico del mundo
A primera hora, totalmente oscuro, no pudimos ver otro tesoro con claridad. Son los jardines reales a los que descendemos totalmente tras pasar por otros elementos como la cueva Asana
... o la Cobra Hood Cave
Lo más de los Jardines Reales que comenzamos a ver es que las piscinas no eran solo decorativas: algunas estaban destinadas al baño real, otras eran parte del sofisticado sistema de refrigeración del entorno. Entre árboles de sombra perfecta y caminos alineados milimétricamente, el visitante se siente transportado a la corte del rey Kasyapa, quien convirtió esta fortaleza en su residencia-palacio. El conjunto se divide en jardines acuáticos, jardines de terrazas y jardines de piedra, lo que demuestra una planificación paisajística adelantada a su tiempo.
Jardines de Roca (Boulder Gardens)
- Formados entre enormes rocas naturales que fueron utilizadas como muros y techos.
- Aquí se encuentran pasajes estrechos, miradores y restos de antiguas estructuras monásticas.
- Algunas rocas tienen tallados escalones, plataformas o inscripciones, y se cree que muchas eran salas de meditación o residencias de monjes.
Jardines de Agua (Water Gardens)
- Son la entrada principal al complejo y el conjunto más simétrico.
- Incluyen canales rectilíneos, piscinas rectangulares y fuentes que aún funcionan con presión hidráulica natural.
- Destaca una piscina en forma de cruz y plataformas de piedra que posiblemente se usaban para ceremonias reales.
Jardines en Terraza (Terraced Gardens)
- Escalonados en la base de la roca, siguen el contorno natural del terreno.
- Se accede a través de una serie de escaleras y plataformas de piedra, decoradas con vegetación y árboles estratégicamente plantados.
- Servían como transición del mundo terrenal a la parte sagrada y elevada del complejo.
Lo que impacta es que no estamos ante un jardín “natural” en el sentido común del término. Todo está cuidadosamente trazado, pensado para guiar al visitante, sorprenderlo en cada giro y acompañarlo en un recorrido ritual hacia la cima. Cada reflejo del agua, cada curva de los canales, cada escalón, forman parte de un lenguaje visual que habla de poder, sofisticación y simbolismo. Así, hasta que llegamos de nuevo a la entrada por la que habíamos accedido horas antes...
Estos estanques simétricos que reflejaban el cielo, fuentes que en su día debieron ser un espectáculo, y canales de agua ingeniosamente diseñados en el siglo V para crear un oasis de frescor y belleza.
Las mil y una fotos que ver en Sigiriya
Ni decir tiene que Sigiriya tiene todos los puntos que quieras para sacar "la mejor foto". En los jardines en cualquier punto, en sus terrazas, en su camino de ascenso, en su cima, con dron, sin dron. Me gustó mucho una incluso previa a la entrada a la derecha que deja esta imagen entre la jungla
También, ya alejándonos de regreso a Habarana, saliendo de la población de Kimbissa
El bajón de adrenalina, el agotamiento y el hambre pedían un descanso...
Desayuno y piscina tras conquistar Sigiriya
El merecido descanso y el festín post-ascenso
Llegamos a tiempo para el desayuno buffet del Habarana Village by Cinnamon donde nos alojamos (que es inmenso aunque no sale muy bien parado en estas fotos).
Aquel desayuno fue mucho más que simple comida; fue el broche de oro a nuestra conquista de Sigiriya y la energía que necesitábamos para afrontar la segunda parte de nuestro día intenso: Polonnaruwa. El resto lo despacho la piscina pues marcamos las 13'30 para salir hacia nuestro próximo destino. También dio tiempo a un pequeño descanso
Y también para reflexionar todo lo que aquí he contado. Los lugares que ver en Sigiriya, o más allá, simplemente la experiencia vivida en la Roca del Léon, me hace pensar que esta visita es algo imprescindible en un curriculum viajero. Me ha fascinado. ¡Ha sido fascinante, aventurero, cultural, natural! Creo que perfectamente puedo decir que, al menos para mi, es la Octava Maravilla del Mundo. ¿Verdad?
(Continua el DIA 4 (II): “Qué ver en Polonnaruwa: templos, itinerario, MAPA (y experiencia REAL)“)