El trayecto de tren que comunica Malinas o Lovaina con Bruselas, la imponente capital de Bélgica, no da mucho margen a documentarse en mi regreso a España. Paso las hojas de mi vieja guía de Flandes y veo datos prácticos, itinerarios y mucha información de las Gante, Brujas o Amberes y apenas unas reseñas de Lovaina. ¿Y Malinas? Admito que soy el primero que no la añadió en aquel viaje a Bélgica hace ya más de 15 años y ahora ambos tesoros secretos más desconocidos de Flandes se han rebelado y revelado ante mi. Habrá tiempo para profundizar pero hoy os presento algunos de los lugares turísticos para visitar más atractivos en 12 fotos de Malinas y Lovaina
Malinas y Lovaina ofrecen al viajero un cierto respiro lejos de otras poblaciones más aclamadas y sin perder un ápice de sus abadías, edificios históricos, torres, jardines, cervecerías y excelente gastronomía del exquisito gusto belga. Si buscas otras ciudades como Gante, tienes un extraordinario artículo de nuestro compañero ElPachinko en su artículo "Qué ver y hacer en Gante: 11 lugares imprescindibles para visitar en esta joya de Flandes"
- Malinas, un tesoro flamenco oculto a 30 km de Bruselas
- 1. Pasear por la Grote Mark de Malinas y sus 3 "ayuntamientos"
- 2. Disfrutar de una atmósfera única que detiene el tiempo
- 3. Ascender la Torre de San Rumoldo
- 4. Caminar paralelos al canal del río Dijle
- 5. Detener el tiempo en el Gran y pequeño Beaterio
- 6. Hipnotizarse ante la magia del Winter Garden
- Lovaina, la ciudad universitaria por excelencia
- 7. Asombrare ante el ayuntamiento "más bonito del mundo"
- 8. Dejarse perder en el Gran Beaterio de Lovaina
- 9. Adentrarse en la histórica biblioteca de la Universidad de Lovaina
- 10. Respirar la historia del Castillo Arenberg
- 11. Relajarse por el Jardin Botánico más antiguo de Bélgica
- 12. Visitar el Mercado Viejo y el "bar más grande del mundo"
- Bonus track: Cerveza y Chocolate
- 12+1. Una tradición cervecera centenaria
- 12+2. Una tradición chocolatera única
Malinas, un tesoro flamenco oculto a 30 km de Bruselas
Camino por la Avenida del Hierro por donde antes navegaban embarcaciones hacia el puerto de Malinas, el mismo que enlazaba con la propia Brujas hasta que el protagonismo de Amberes le hiciera perder importancia y tuvieran que cerrarlo. Ha pasado mucho tiempo desde entonces y ni siquiera la reconstrucción a la que fue sometida la ciudad tras la I Guerra Mundial pudo con ese orgullo flamenco innato a conservar los valores de su historia, con detalles barrocos o del pasado renacentista.
Pasear o coger la bici invita a detenerse boquiabierto ante fachadas y edificios históricos a cada paso pero también a disfrutar de todas y cada una de sus experiencias, rutas más allá de la propia historia.
1. Pasear por la Grote Mark de Malinas y sus 3 "ayuntamientos"
Una plaza mayor, un ayuntamiento y un campanario (incompleto en este caso) suelen ir de la mano en todas las poblaciones flamencas pero en Malinas también van el antiguo mercado de telas, el Palacio del Gran Consejo y decenas de fachadas y edificios de diferentes épocas y estilos desde el S. XVI (renacimiento) al S. XVIII (rococó).
2. Disfrutar de una atmósfera única que detiene el tiempo
Si hay una población en Flandes que destaca por esa sensación de relax y calidad de vida, esa es Malinas. Aquí, sus lugareños se mueven relajadamente en bicicleta por las callejuelas de la ciudad, las mismas donde encontrar una buena terraza donde tomarse una cerveza entre gran belleza y coloridas vidrieras de algunos de sus monumentos más destacados.
3. Ascender la Torre de San Rumoldo
En la ciudad de las campanas, una torre es observable desde cualquier lugar que te encuentres, incluso los más alejados. Aunque debería haber llegado a los 160 m, sus casi 100 le dan unas vistas inmejorables desde las alturas mientras el carillón suena tocado por los estudiantes en prácticas.
4. Caminar paralelos al canal del río Dijle
Atravesado por alguna decena de puentes y con una ribera de lo más animada, se encuentra el canal del río Dijle que divide el casco histórico de la ciudad. Todavía quedan pequeños embarcaderos, de barcos más turísticos, recuerdo de la importancia de un puerto casi olvidado.
5. Detener el tiempo en el Gran y pequeño Beaterio
Apartado de su centro histórico, las estrechas y acogedoras calles de los beaterios respiran paz y tranquilidad. Actualmente es una zona residencial de gente adinerada, lejos de lo que en su día llegó a ser, pero mantienen numerosos monumentos protegidos.
6. Hipnotizarse ante la magia del Winter Garden
De inicios de S.XX y sobreviviendo a dos grandes guerras, el Winter Garden fue diseñada para impresionar a los visitantes más notables de un Instituto de Ursulinas y hoy por hoy, llegues en bici como yo o por otros medios, te dejará hipnotizado por el mágico juego de luces y colores de su impresionante cúpula.
Lovaina, la ciudad universitaria por excelencia
Lovaina, quizás más conocida en algunos itinerarios, respira un espíritu más joven y moderno donde toda la ciudad parece un campus univesitario en el que perderse entre aulas renacentistas o patios interiores mientras sortea facultades integradas en edificios históricos como el Castillo de Arenberg o el Gran Beaterio.
7. Asombrare ante el ayuntamiento "más bonito del mundo"
El Ayuntamiento de Lovaina, de estilo gótico tardío y la Iglesia de San Pedro, justo en frente, son considerados como uno de los complejos arquitectónicos más bonitos. El ayuntamiento llama la atención por su sobrecargada fachada con 236 estatuas y solo verlo deja boquiabierto a cualquiera.
8. Dejarse perder en el Gran Beaterio de Lovaina
Sus calles empedradas, sus plazas, sus parques, sus fachadas de color rojizo... Desde principios del siglo XIII existe en Lovaina un barrio dentro de la ciudad en estado de reposo eterno donde antiguamente vivieron beguinas, un grupo de mujeres solteras que dedicaban su vida a la ayuda de pobres y enfermos manteniendo votos de castidad, obediencia y oración. Su conjunto es hoy uno de los lugares más especiales de este viaje por su gran estado de conservación
9. Adentrarse en la histórica biblioteca de la Universidad de Lovaina
Fundada en 1426, incendiada con numerosas pérdidas (más de 230.000 libros incluidos 750 manuscritos medievales) en la I Guerra Mundial, reconstruida en la postguerra y vuelta a ser destruida por los nazis en 1940, hoy por hoy respira un ambiente completamente universitario y todavía conserva algunos tesoros literarios en su interior.
10. Respirar la historia del Castillo Arenberg
Con ese aire histórico de entorno en que se encuentra, con un precioso jardín donde sentarse a observarlo, el castillo perteneciente a la familia Arenberg es hoy la Facultad de Ingenería propiedad de la Universidad Católica de Lovaina, como tantos colegios y escuelas por toda la ciudad. Una ruta en bicicleta debería incluir una de las construcciones más llamativas de los alrededores
11. Relajarse por el Jardin Botánico más antiguo de Bélgica
Inaugurado en 1738, adentrarse en un invernadero de especies tropicales perfectamente adaptado en temperatura y condiciones en plena Bélgica resulta sorprendente. Son más de 800 especies de todo el mundo y no faltan estanques, grandes espacios verdes y muchos rincones para relajarse
12. Visitar el Mercado Viejo y el "bar más grande del mundo"
Disfruto en solitario de una cerveza en las enormes terrazas del Oude Markt o Mercado Viejo. Se trata del rincón de fiesta por excelencia para los universitarios, una gran plaza rectangular rodeada de bares y restaurantes que dan lugar a esa enorme terraza llamada “el bar más grande del mundo”.
Bonus track: Cerveza y Chocolate
12+1. Una tradición cervecera centenaria
Lovaina presume orgullosa de ser la capital belga de la cerveza y su tradición llega hasta la Edad Media, donde su elaboración casera ya era un oficio organizado. Actualmente, lejos de las famosas cervezas Pilsener o Lager que basan su elaboración en 4 ingredientes básicos, todo tipo de cervezas artesanales especiales y experimentales hacen de esta región un paraíso para hacer una ruta cervecera que os descubro en "Las 12 mejores cervezas belgas (y otras 1.200 para probar)"
12+2. Una tradición chocolatera única
Se dice que Bélgica tiene los mejores maestros chocolateros del mundo y lo cierto es que aún en la actualidad siguen respetando esa elaboración artesanal basada en un producto 100% cacao puro, lejos de introducir otras grasas vegetales, que lo hacen famoso te encuentre en la ciudad que te encuentres del país.
Pero todo esto no es más que una introducción de lo que mi escapada de Turismo a Malinas y Lovaina, 2 joyas de Flandes más desconocidas, me ha deparado. Las bellas urbes fácilmente accesibles en tren desde la capital en menos de 20 minutos tienen muchas historias que contar. ¿He logrado captar vuestra atención?
Isaac, desde 2 joyas de la Flandes más desconocida (Bélgica)