¿Sabías que es posible pasar de estar abrigado entre niebla a 15 grados a broncearte en bikini a 32 grados en el mismo día? Eso es exactamente lo que vivimos en esta séptima jornada de viaje desde las plantaciones de té Sri Lanka a las playas doradas de Bentota y Kosgoda. Aunque no voy a engañaros, la jornada fue larga y dura. Aquí es donde eché de menos un par de días más o quedarnos en este espectacular Jetwing St Andrew's alguna otra horita...
Ibamos conducir más de 250 kilómetros este día pero ahí estábamos, listos para una aventura que nos llevaría desde las montañas cubiertas de té hasta las playas infinitas del océano Índico. Un viaje que no solo cambiaría el paisaje, sino también nuestra percepción de lo que Sri Lanka puede ofrecer en un solo día.
- Ruta del día: Nuwara Eliya - Bentota - Kosgoda
- Planificación y reservas con antelación
- Cómo llegar a Bentota y Kosgoda desde Nuwara Eliya
- Amanecer en el Jetwing St. Andrews de Nuwara Eliya, despertar inglés con sabor cingalés
- El descenso hacia las playas de Bentota y Kosgoda, 5 horas de contrastes y Devon Falls
- The Plantation Hotel, nuestra parada para comer en un entorno idílico
- Playas de Bentota y Kosgoda, el shock térmico tropical
Ruta del día: Nuwara Eliya - Bentota - Kosgoda
Planificación y reservas con antelación
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La ruta del día ha sido similar a ésta (Clic Google Maps) ...
¿Qué opciones hay para llegar a Kosgoda desde Tierras Altas?
Cómo llegar a Bentota y Kosgoda desde Nuwara Eliya
Las opciones para este trayecto de 251.2 km son variadas pero requieren paciencia.
- El bus público es la opción más económica (600-800 LKR, 1,80-2,40€) pero prepárate para 6-7 horas de viaje con múltiples paradas.
- El tren hasta Colombo más bus a Bentota puede tardar unas 7-8 horas en total.
- Los taxis privados oscilan entre 20.000-25.000 LKR (60-75€).
- El coche con conductor, cubriendo la distancia en 5 horas y 44 minutos con paradas, puede ser razonable también.
Amanecer en el Jetwing St. Andrews de Nuwara Eliya, despertar inglés con sabor cingalés
No voy a engañar a nadie: La jornada de hoy ha sido la más atractiva del viaje. La realidad es que en esta jornada, de forma natural, hubiera sido posterior al tren de Kandy a Ella, pudiendo hacer 2 jornadas muy completas pero no tenía encaje en este Sri Lanka en 9 días (por eso volveremos pronto y habrá futuro diario totalmente por libre). Eso sí, el cuerpo me pedía algún vuelo más del amigo "Perejildo" (mi dron) en este paisaje tan espectacular, antes de desayunar...
El personal del hotel ya estaba al pie del cañón, preparando el desayuno para los huéspedes más madrugadores que, como nosotros, se disponían a emprender ruta. En el comedor, con ese ambiente colonial tan acogedor y el agradable crepitar de la chimenea (¡sí, incluso a esas horas!), nos esperaba un buffet completísimo y delicioso que era una auténtica bendición pero a mi, lo que me ha encantado del Jetwing St Andrew's es su maravilloso entorno
Mientras dábamos buena cuenta del desayuno, con la chaqueta puesta a pesar de estar en pleno trópico (¡cosas de Nuwara Eliya!), íbamos repasando mentalmente la paliza de kilómetros que nos esperaba: más de 250 kilómetros de carretera, descendiendo desde los casi 2.000 metros de altitud de la "Pequeña Inglaterra" hasta el nivel del mar en las playas de Bentota. Sabíamos que el cambio de paisaje y, sobre todo, de temperatura, iba a ser de los que hacen historia, y eso nos generaba una mezcla de emoción y una pizca de "a ver cómo lo llevamos". Así, antes de salir, hemos aprovechado para pedir ver algunas habitaciones más coloniales de esta "Inglaterra secreta" que todavía queda...
Hashini, ¿estás listas? Nuestra guía en español es un encanto, hay que reconocerlo y por muy cansada que pueda estar (como nosotros) no lo demuestra.
El descenso hacia las playas de Bentota y Kosgoda, 5 horas de contrastes y Devon Falls
Decir adiós a las frescas y neblinosas montañas de Nuwara Eliya fue como despedirse de un sueño británico para despertar de nuevo en el vibrante trópico. El descenso desde las tierras altas hacia la costa suroeste, con destino a las playas de Bentota y Kosgoda, es un viaje de aproximadamente 5 horas que te regala una increíble sucesión de paisajes y sensaciones contrastantes. En cuestión de una hora o dos, el paisaje cambia de forma radical: los bosques de pinos y eucaliptos dan paso a una vegetación tropical más densa, las plantaciones de té se transforman en cultivos de caucho o especias, y la temperatura comienza a subir gradualmente, anunciando la proximidad del océano. Eso sí, antes muchas paradas como este lugar..
Las Devon Falls es una impresionante cascada ubicada cerca de la ciudad de Talawakele con una altura de aproximadamente 97 metros, siendo una de las cascadas más altas y visitadas de la isla. Rodeada de exuberante vegetación y plantaciones de té, Devon Falls ofrece un paisaje espectacular y es un destino popular tanto para turistas como para fotógrafos que buscan captar la belleza natural de Sri Lanka.
La carretera, aunque serpenteante en los tramos iniciales de montaña, se va suavizando a medida que se desciende. Es un trayecto que, aunque largo, se hace muy ameno gracias a la constante variación del entorno.
Hay que reconocer que la belleza escénica de esta ruta obliga a tener la cámara siempre a mano para no perderte alguna "postal" casi perfecta.
The Plantation Hotel, nuestra parada para comer en un entorno idílico
Alrededor de las 13'30 hemos hecho parada en un lugar llamado The Plantation Hotel, un emplazamiento perfecto para hacer una pausa durante el recorrido y disfrutar de una comida en un entorno realmente especial, ubicado en medio de jardines exuberantes y rodeado de naturaleza, con una atmósfera tranquila y acogedora que invita a relajarse. Y eso hicimos
La carta del restaurante combina sabores locales e internacionales, con ingredientes frescos y cuidadosamente. Puedes encontrar desde platos tradicionales hasta opciones más contemporáneas, siempre presentados con un toque elegante y original. Eso sí, yo me equivoqué. Me pedí el bistec más "zapato" que me he comido en mucho tiempo. Los platos de mis compañeros, sin embargo, tenían muy buena pinta.
Playas de Bentota y Kosgoda, el shock térmico tropical
Podría contaros mucho más del camino... o no. Realmente creo que no demasiado pues fue llegar al entorno de Colombo y empezó el caos, el tráfico, el bullicio... y las horas interminables que se convirtieron en 7 o 8 al final. Finalmente pasamos las playas de Bentota y casi anocheciendo, aparecimos en el Sheraton Kosgoda Turtle Beach Resort que hará de base esta noche y toda la jornada de mañana (que tras la cena, pondremos rumbo al aeropuerto). ¿Qué es esto?
El regalo del día venía en los jardines y lobby del resort, donde estaba celebrándose una boda tradicional, un evento muy colorido y lleno de rituales, influenciado principalmente por la cultura cingalesa y, en algunos casos, por la cultura tamil. Las bodas suelen durar varios días y cada parte tiene un significado especial. El primer día es más clásico pero el segundo, es decir, el que tocaba hoy, es popularmente conocido como "Going Away Ceremony" o "Homecoming" (en cingalés: "Walawwa"), es igual de importante y está marcado por la abundancia del color rojo. Y de ahí a las habitaciones... ¡otro lujo!
La cama es enorme, el balcón tengo una vista directa al océano que estrenaré por la mañana pero se escucha el sonido relajante de las olas de fondo, y el baño conectado con esa mampara de cristal en la parte del jacuzzi le da un toque de lujo.
Después de instalarme, bajo al restaurante para la cena buffet donde hemos quedado todo el grupo. La variedad de platos es impresionante (creo que de los que más he estado en mi vida), desde mariscos frescos, currys locales, ensaladas coloridas y una sección de postres que me llama la atención. Me sirvo un poco de todo que es lo que toca (sin dejar nada en el plato eh!!!)
Hashini nos da otra buena noticia. Mañana no saldremos del hotel hasta las 13'30 para que aprovechemos la playa de Kosgoda y las instalaciones y así "catemos" el relax de Sri Lanka y luego iremos a Galle, nuestra última visita de este viaje.
Este día, con su larguísimo viaje por carretera, sus paisajes que mutaban como un camaleón, nos ha vuelto a recordar que los viajes requieren un poco de paciencia en los traslados, que a veces son más largos de lo que uno quisiera, pero que te recompensa con creces con una variedad de escenarios, culturas, sabores y sensaciones que pocos lugares en el mundo pueden ofrecerte en tan poco espacio y en tan poco tiempo. Y en pocos lugares del mundo puedes pasar de las plantaciones de té, el frío de las Tierras Altas y los escenarios verdes al relax de las playas de Bentota y Kosgoda con semejante contraste. ¡Mañana más!
Isaac, desde las playas de Kosgoda (Sri Lanka)