Alguno puede pensar que esa sensación de pisar por primera vez un país completamente nuevo se pierde con el tiempo. Nada más lejos de la realidad. Es posible que este día en Colombo, la capital de Sri Lanka, no sea lo más representativo que tiene uno en la cabeza cuando piensa en el país pero esa recepción con guirnaldas de flores en el aeropuerto y esa mezcla de rascacielos futuristas con templos centenarios deja a más de uno boquiabierto.
Colombo no es la típica postal paradisíaca de Sri Lanka pero tiene ese caos asiático controlado, de monjes budistas cruzan calles llenas de tuk tuks, que personalmente me apasiona. En nuestro día completo recorriendo la capital, descubrimos "joyas arquitectónicas coloniales. Templos budistas que quitan el aliento. Una vida urbana vibrante que MERECE ser explorada solo un "poco" de lo que nos esperará en próximos días, desde el espiritual Gangaramaya hata una anochecer en un rooftop inolvidable.
- Ruta del día: (en vuelo) - Colombo
- Planificación y reservas con antelación
- Cómo llegar a Colombo desde el Aeropuerto Internacional
- Llegada a Sri Lanka, trámites de aduana (ojo VISA)
- Trámites de Inmigración y ETA para agilizar la aduana
- Recogida de equipaje y recibimiento
- Cambio de dinero e internet eSIM
- Primer contacto con el exterior y sensaciones
- Radisson Colombo, nuestro hotel en el corazón de la ciudad
- 🏨 Check-in y Primeras Impresiones del Hotel
- Almuerzo en Headquarters by W15, sabor local con vistas de lujo
- Qué ver en Colombo: arquitectura colonial y vida moderna
- Templo Gangaramaya, la joya espiritual de Colombo
- Un Templo que Desafía Toda Convención
- ¡POR TUTATIS! El cielo se cae sobre nuestras cabezas
- Cóctel y picoteo en el ON14 Rooftop Bar
Ruta del día: (en vuelo) - Colombo
Planificación y reservas con antelación
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La ruta del día ha sido similar a ésta (Clic Google Maps) ...
¿Qué opciones tenemos para llegar hasta la capital desde el Aeropuerto?
Cómo llegar a Colombo desde el Aeropuerto Internacional
El Aeropuerto Internacional Bandaranaike está a 32 km del centro. También se conoce como Katunayake. Investigamos todas las opciones de transporte disponibles.
- Taxi o traslado privado: La opción más cómoda sin duda. Tarda 40 minutos hasta el centro. El precio es de 3.500 LKR aproximadamente. Los taxis oficiales usan taxímetro. También podéis reservar online con precio fijo.
- Autobús público: El Colombo Express cuesta solo 500 LKR. Tarda una hora en llegar al centro. Sale frente a la terminal principal. Funciona de 5:30 a 20:30 horas. Nosotros no lo cogimos, pero vimos la parada señalizada.
- Tren: Existe desde la estación de Katunayake. Está a 1,5 km del aeropuerto. No es práctico para primera vez en Sri Lanka.
Nosotros venimos con la Oficina de Turismo de Sri Lanka, por lo que estaban ya esperándonos para un traslado privado.
Llegada a Sri Lanka, trámites de aduana (ojo VISA)
La humedad tropical nos golpeó nada más aterrizar. ¡Menudo cambio desde España! Por delante, algunos trámites importantes que nos facilitarán el resto del viaje...
Trámites de Inmigración y ETA para agilizar la aduana
Nada más poner un pie fuera del avión, ¡zas!, esa bofetada de aire cálido y húmedo nos recordó al instante que habíamos dejado España muy atrás; ¡esto sí que era el trópico! El paseíllo hasta inmigración está bastante claro, todo bien señalizado con carteles de "Arrivals", y en unos 5 o 10 minutillos, pasando por algunas tiendecillas y zonas para estirar las piernas, ya estábamos en la cola. Como llevábamos la autorización online del visado (ETA), que habíamos sacado con antelación, lo nuestro fue visto y no visto: enseñar el papelajo, sonrisa al oficial, ¡y sello en el pasaporte!
Eso sí, tened a mano el pasaporte con al menos seis meses de validez, el billete de vuelta por si las moscas, y la confirmación de la reserva del hotel
ETA APPLICATION, REQUISITO "CASI OBLIGATORIO"
Para visitar Sri Lanka se requiere una AUTORIZACIÓN ELECTRÓNICA PREVIA AL VIAJE (ETA) que no reemplaza al pasaporte, que debe ser válido durante al menos 6 meses después de la entrada en Sri Lanka. Ésta debe tramitarse online en su web oficial del Departamento de Inmigración de Sri Lanka y, una vez PAGADA (cuesta unos 50USD y se hace en el mismo proceso) y concedida, no hay que olvidar llevar una copia impresa de la ETA aprobada para facilitar la entrada con agilidad.
Si sois de los que dejan las cosas para el último momento y tenéis que tramitar la visa "on arrival", que sepáis que hay una cola específica y es un pelín más cara que sacándola online. Pero, lo peor, la cola puede alargarse hasta unos 45 minutos, más que nada dependiendo de cuánta gente haya llegado a la vez con la misma idea.
Recogida de equipaje y recibimiento
Con el pasaporte ya sellado, llega la zona de recogida de equipajes. Las pantallas lo dejan todo bien clarito, indicando en qué cinta buscar las maletas según el vuelo. El ambiente por aquí puede ser un poco de "sálvese quien pueda", así que armaos de paciencia y no perdáis de vista vuestras pertenencias para evitar el clásico "¡esa maleta se parece a la mía!". Justo antes de salir de esta zona, es bastante común que el personal del aeropuerto os pida el resguardo del equipaje, así que tenedlo a mano. Y allí, ¡ya nos están esperando!
El aeropuerto es moderno y bien organizado. Tiene 2 terminales operativas. Terminal 1 para vuelos internacionales. Terminal 3 para vuelos domésticos. Las casas de cambio están tras recoger equipaje. El cambio era bastante decente.
Cambio de dinero e internet eSIM
Para el tema del cambio de moneda, no hay problema. Justo después de la aduana veréis los mostradores de varios bancos importantes como Commercial Bank, Sampath Bank y Bank of Ceylon. Nuestra recomendación es cambiar una cantidad pequeña para los primeros gastos, tipo taxi y alguna bebida (unas 5.000-10.000 LKR deberían ser suficientes), y si podéis, pedid billetes pequeños que siempre vienen bien. La otra GRAN OPCIÓN son los cajeros automáticos (ATM) de estos mismos bancos que aceptan tarjetas Visa y Mastercard y aquí vienen genial nuestra Revolut y N26.
Por conocimiento general, Sampath Bank y Commercial Bank suelen ser los que menos comisiones cobran pero nada que ver con las tarjetas para viajar sin comisiones
Respecto a internet ilimitado no os voy a engañar, yo hace mucho que no me complico la vida. Como viajo tanto tengo una Holafly Plans que ya he usado desde España, Qatar y ahora se ha activado nada más aterrizar. Ni colas de tiendas ni nada. Para la tablet, aunque puedo compartir ilimitadamente la otra, me he traído otra eSIM Internet en Sri Lanka sencilla, solo del país, para probar y poder deciros que tal ha funcionado (ACTUALIZACIÓN: ¡De lujo!). Tienes más info en DESCUENTO Holafly: Cupón y/o código -10% REAL
Primer contacto con el exterior y sensaciones
Y entonces, cruzas esas puertas automáticas y ¡BUM! Ese primer contacto con el mundo exterior es una auténtica explosión para los sentidos: el calor húmedo te abraza de nuevo con fuerza, el murmullo constante de los taxistas ofreciéndote sus servicios casi en susurro –algunos más discretos que otros, todo hay que decirlo–, ese olor característico a especias y comida callejera mezclándose con el humo de los tuk-tuks y una luz, una luz completamente diferente a la que estamos acostumbrados. Nosotros tenemos traslado con la que será nuestra guía en perfecto español, Hashini (si buscas alguien que te haga un privado, aquí tu primer aviso.. ES MAGNIFICA)
Es ese caos tan asiático, pero con un puntito de orden, que a nosotros personalmente ¡nos vuelve locos! Aunque el aeropuerto de Colombo (su nombre oficial es Bandaranaike International Airport, y ojo, que está más cerca de Negombo que de la propia Colombo) es moderno y está bien organizado, esta primera salida es la que te dice: "chicos, habéis llegado a Sri Lanka".
Radisson Colombo, nuestro hotel en el corazón de la ciudad
Llegamos al Radisson Hotel Colombo tras 30 minutos de trayecto, MUY CANSADO, no os engaño. La autopista moderna nos sorprendió gratamente. El hotel destaca en el skyline de Clifford Place.
🏨 Check-in y Primeras Impresiones del Hotel
Aterrizamos en el Radisson Hotel Colombo y, oye, ¡la primera impresión fue de notable alto! Está en Clifford Place, que aunque no es el cogollo del centro histórico tipo Fort o Pettah, tiene su punto estratégico, sobre todo por esas vistas al mar que tanto nos habían vendido.
El edificio es de corte moderno, de esos que se hacen notar en el skyline, y la entrada, aunque no es gigantesca, cumple con su cometido siendo elegante y funcional. El check-in fue como un suspiro, ¡casi ni nos enteramos y ya teníamos las tarjetas de la habitación en la mano, listos para la inspección! Me tocó una habitación en una planta alta, si no me falla la memoria, la 12
Por dentro, la habitación venía con todo el kit de supervivencia de un hotel de su categoría: una cama XL, aire acondicionado que enfriaba como si no hubiera un mañana (¡mano de santo con el calorazo de Colombo!), tele, minibar, un baño moderno y bien iluminado y con una ducha que soltaba el agua con alegría. Quizás no era la suite presidencial en cuanto a metros cuadrados, pero estaba muy bien distribuida y, lo más importante para nuestro TOC particular, ¡impecablemente limpia!
El coste estimado es de unos 80€/noche por si queréis tener una orientación.
Almuerzo en Headquarters by W15, sabor local con vistas de lujo
¿Os lo admito? ¡ME MUERO DE HAMBRE! Desde el bocadillo de tortilla de atún de anoche, apenas he picado algo en los vuelos (cada día puedo menos con la comida del avión) y estoy deseando comerme "un estadio". Así, tras un pequeño descanso obligado, Hashini nos ha llevado a un lugar con estilo y buena cocina. Nuestro destino fue el Headquarters by W15, un restaurante moderno con una terraza que quita el aliento: vistas abiertas al skyline de Colombo y al océano, ambiente relajado, música suave... ¡y el aroma irresistible de la cocina cingalesa flotando en el aire!
Nada más sentarnos, lo tenía claro: aquí se viene a "jugar". Yo no me lo pensé mucho y pedí una cerveza Lion bien fría, que con el calor de Colombo entra como un manjar. Y de plato principal, me lancé por el pollo a la parrilla con arroz al ajo porque vengo de una intoxicación en España y no es un país para arriesgar el primer día (ojo con el picante a los que sufráis). Pero por la mesa pasó de todo..
La decoración del local es otro nivel: moderna, tropical, con detalles en madera oscura, plantas colgantes y mucha luz natural. Todo pensado para que sientas que estás en el sitio más cool de Colombo... pero sin perder el alma local.
Estimativamente tocamos a unos 3.500 LKR por persona (~10€). Por la calidad, el entorno y el trato... ¡más que razonable!
Qué ver en Colombo: arquitectura colonial y vida moderna
Si escribiera un artículo sobre lo que ver en Colombo, mentiría. Creo que en una jornada tan corta como esta apenas puedes respirar un poco del corazón histórico donde edificios coloniales conviven con rascacielos ultramodernos. Digamos que esto puede ser más equiparable a una "escala por Colombo" a la que tendré que volver en el futuro. Pero sí que os voy a dejar cosas que no debéis olvidaros de visitar y que traía apuntadas:
- Fort: edificios coloniales de la época británica y holandesa, conviviendo con rascacielos modernos de cristal y acero que parecen sacados de una peli de ciencia ficción. El mejor ejemplo, las famosas torres gemelas del World Trade Center Colombo, que se plantan ahí, orgullosas, como diciendo "aquí estoy yo". Fort es el distrito financiero principal. La mezcla arquitectónica es fascinante. Destacan varios edificios emblemáticos:
- World Trade Center: Torres gemelas de 152 metros
- Old Dutch Hospital: Edificio del siglo XVII reconvertido
- Cargills Building: Colonial convertido en supermercado
- Faro de Colombo: Años 50, visitable y gratuito
- Pettah: Mercados y vida callejera, el corazón que bombea vida y comercio a raudales por toda Colombo. Un laberinto de calles donde cada una es un mundo especializado en algo
- Seema Malaka, un remanso de paz flotante. Este templo, que es obra del famoso arquitecto Geoffrey Bawa (un crack, por lo visto), está construido sobre unas plataformas que flotan como por arte de magia en las aguas del lago Beira, y te llegas a él por unas pasarelas de madera que crujen un poquito al pasar. El contraste con el templo principal es como la noche y el día: aquí todo es sencillez, líneas puras, simetría y una atmósfera de paz que te cala hasta los huesos, sobre todo si vas al atardecer, ¡magia pura!
Templo Gangaramaya, la joya espiritual de Colombo
Lo que si no nos queríamos perder es Gangaramaya, un templo budista NADA convencional. Es una experiencia única y abrumadora. La mezcla de estilos arquitectónicos sorprende. Elementos cingaleses, tailandeses, indios y chinos conviven.
📍 Gangaramaya Temple
⏰ Horario: 6:00 - 22:00
🎟️ Entradas: 💵 400 LKR (1,20€) incluye Seema Malaka
Un Templo que Desafía Toda Convención
Llegamos al Templo Gangaramaya y, si os somos sinceros, íbamos un poco a ciegas, sin saber muy bien qué nos íbamos a encontrar. Habíamos cotilleado por internet que no era el típico templo budista de postal, ¡pero es que la realidad se pasó tres pueblos de cualquier expectativa!
Olvidaos de la típica imagen zen minimalista que a veces tenemos de estos sitios; el Gangaramaya es un auténtico fiestón para los sentidos, una mezcla explosiva y un pelín caótica de estilos arquitectónicos (cingalés, tailandés, indio, chino... ¡y hasta algún que otro toque europeo que se coló por ahí!)
También colores a tutiplén y, sobre todo, ¡OBJETOS! ¡Pero cuántos objetos, madre mía! Es como si hubieran metido en una coctelera un templo, un museo que firmaría el mismísimo Indiana Jones, una casa de empeños con reliquias divinas y el trastero de Diógenes versión sagrada. ¡Todo junto y revuelto!
Ah, no lo he comentado pero como manda la tradición, ¡a descalzarse tocan! Y a cubrirse los hombros y las rodillas, así que más vale ir con el modelito adecuado. También que ese contraste entre un lugar sagrado como este y esos megarascacielos se percibe en cualquier punto de este lugar.
También se puede llevar un pañuelo o un sarong en la mochila por si las moscas, aunque a veces, si te ven muy perdido, te suelen dejar alguno en la puerta.
¡POR TUTATIS! El cielo se cae sobre nuestras cabezas
Justo cuando estábamos admirando la serenidad del templo, el cielo decidió montar su propio espectáculo. En cuestión de minutos, unas nubes negras como tinta cubrieron Colombo y comenzó a caer un aguacero de esos que te hacen sentir dentro de una viñeta de Astérix y Obélix: ¡"por Tutatis, que el cielo se nos cae encima!" Y no era una exageración. El viento se desató con fuerza, las palmeras se agitaban como si tuvieran vida propia y llegamos a ver una que acabó desplomándose sobre un coche aparcado. Fue una hora de caos tropical, intensa pero breve, como si la ciudad necesitara una limpieza exprés antes de seguir con su ritmo frenético. Y ahí estábamos nosotros, refugiados bajo un alero, empapados hasta los calcetines pero con los ojos bien abiertos, viviendo una postal épica que Colombo nos regaló sin previo aviso.
Cóctel y picoteo en el ON14 Rooftop Bar
Viendo el panorama, pocas visitas podríamos hacer más y empezaba a anochecer pero teníamos PLAN B. La joya del Radisson Hotel Colombo está en la azotea y se llama ON14 Rooftop Bar, además detener una piscina infinita espectacular. Las vistas nos dejaron sin palabras mientras caía la luz del día.
El ON14 Rooftop Bar no es un simple bar donde tomarte algo. Las vistas panorámicas de la ciudad y la costa desde ese balcón al cielo… de esas que te reconcilian con el mundo. También tiene un bar interior con una atmósfera extraordinaria.
El ambientillo en el rooftop es bastante "cool", con musiquita chill-out que te invita a desconectar y una carta de cócteles que te hace ojitos. Y claro, yo soy muy cumplidor...
Ya había leído en Time Out que está en el top de los rooftops de Colombo, ¡y damos fe de que se lo tiene bien merecido! Eso mientras ya la noche cubre la ciudad
Si los cócteles estaban espectaculares, ¿qué deciros del picoteo que sacaron un poco más tarde para acompañar? Ufs, ..
La jornada iba echando el cierre, pero todavía nos quedaba una guinda en el pastel, la cena en el buffet del primer piso del hotel, donde comenzar a degustar los entresijos de la gastronomía del país.
Los famosos hoppers (o appa), esas tortitas finísimas con forma de cuenco, hechas con harina de arroz y leche de coco; el kottu roti, uno de los reyes indiscutibles de la comida callejera de Sri Lanka, pero aquí servido con un toque más "de etiqueta"; el lamprais con un toque de herencia holandesa; varios curries (a menudo una mezcla de carnes como pollo y cerdo), unas albóndigas de carne especiadas (frikadeller), pasta de gambas y berenjena encurtida. De todo
Aunque nuestro cuerpo ya no daba más de sí, al menos el mío, y Colombo nos dejó además el cerebro frito y el corazón (y la barriga) contentos, ¡menuda sorpresa nos llevamos! A ver, no os voy a decir que es la ciudad más bonita de Asia pero estoy convencido que podría quedarme unos días por aquí. Mañana comenzamos la ruta. ¡Empieza lo bueno!
Isaac, desde Colombo (Sri Lanka)