¿Sabéis esa sensación de estar frente a una obra digna del surrealismo más absurdo? Pues eso experimenté exactamente al encontrarme ante el famoso túnel de Choum, ese monumento al despropósito humano que me dejó literalmente boquiabierto para posteriormente acercarnos a la frontera con el Sáhara Occidental (y entrar) y maravillarnos con la majestuosidad de Ben Amera.
Te cuento la experiencia del picnic a la sombra del monolito y los preparativos finales en Choum antes de la gran aventura del tren... porque no hay que olvidarnos, estamos junto a las vías por donde pasará el legendario Tren del Hierro, el gran objetivo de este viaje.
- Ruta del día: Atar - Túnel de Choum - Ben Amera - Choum
- Planificación y reservas con antelación
- Cómo llegar al túnel de Choum desde Atar
- Atar, última provisiones y ruta hasta Choum
- Túnel de Choum, monumento más absurdo del planeta
- Ben Amera, el segundo monolito más grande del mundo
- Un Inselberg en el Sáhara, Ben Amera: el segundo monolito más grande del mundo
- Picnic con vistas en Ben Aicha o Aïsha
- Campamento cerca de la estación de Tmeimichatt
Ruta del día: Atar - Túnel de Choum - Ben Amera - Choum
Planificación y reservas con antelación
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En este viaje, por logística y optimización de tiempo, me voy con Leti Lagarda y el grupo de la extraordinaria agencia de Joan Torres, especializada en destinos insólitos y poco convencionales. OJO que llena los grupos con meses (a veces muchos) de antelación.
La ruta del día ha sido similar a ésta (Clic Google Maps) ...
¿Cuáles son las opciones que tenemos para alcanzar el túnel de Choum?
Cómo llegar al túnel de Choum desde Atar
La ruta entre Atar y el túnel de Choum atraviesa un paisaje desértico que va cambiando gradualmente:
- Distancia: Aproximadamente 120 km
- Tiempo: 2-3 horas (muy variable según paradas)
- Tipo de ruta: Combinación de carretera asfaltada y pistas de tierra
- Particularidades: Zona poco poblada con escasos servicios, necesario llevar provisiones
Choum en sí es apenas un pequeño asentamiento en medio del desierto, pero su túnel ferroviario y su posición cerca de la frontera con el Sáhara Occidental le dan una relevancia histórica y estratégica particular.
Atar, última provisiones y ruta hasta Choum
No puedo ni apoyar el tobillo. Ufs, tengo que hablar con Leti. He hablado con casa (tenemos WIFI en el hotel y a mi las eSIM me están funcionando bien) y la única solución que tengo ahora mismo es "enchufarme a ibuprofenos" que es lo que acabo de empezar a hacer. Así, con esa preocupación, dejamos Atar tras un desayuno contundente en el Auberge des Caravanes y comprar provisiones para el Tren de Hierro en un supermercado cercano (me he cogido un colacao, jaja). Hoy es día de ir con Ehedi, Antonio y Leti, el grupo de españolitos (estos días nos hemos ido cambiado de coches)...
El paisaje en ruta se va transformando. De los alrededores "poblados" de Atar pasamos a extensiones cada vez más áridas y desoladas. Es la escala progresiva del nada, Primero casas, luego solo cabras, después ni cabras, y al final, nivel supremo: ni arena, solo polvo. Hasta que llegamos a Choum, un pequeño asentamiento que vive por y para el tren, donde aprovechamos para echar combustible y los cocineros compra para la comida.
Hoy estreno también un chech que compré ayer en Ouadane y que no solo va a acompañarme en el Tren de Hierro sino que pretendo que sea el "gran tesoro" del "museo de Oli" que estoy dejándole de legado de este tipo de viajes. ¡Me gusta!
Túnel de Choum, monumento más absurdo del planeta
Nos acercamos a uno de esos raros monumentos a la terquedad humana, algo que comenzó en época colonial cuando, en los 60, los franceses querían construir una vía para transportar mineral de hierro desde Zouérat hasta la costa atravesando una cadena montañosa en medio. Hasta ahí todo bien, ¿no?
Atravesamos este túnel perdido donde apenas cabe el coche de ancho, de lado a lado. Unos minutos que no le gustaría a los más claustrofóbicos. El olor dentro del túnel es peculiar: una mezcla de polvo acumulado durante décadas, humedad atrapada en la roca y guano de murciélago. Mejor no ir andando porque a saber cuantas enfermedades de transmisión de estos "bichos" puede cogerse uno en un rato.
¿Queréis conoces la historia subrealista? Los ingenieros franceses barajaron rodear las montañas (más largo) o un túnel (más corto pero difícil). Eligieron el túnel, pero ¡ojo!, parte del trazado caía en el Sáhara Occidental, entonces español. Y aquí la historia se pone interesante. Francia y la España de Franco negociaron, pero fracasaron. Hay quien dice que los franceses, por orgullo, ni quisieron negociar pero decidieron construir el túnel de todos modos, empezando y terminando en Mauritania. ¿El resultado? Una pendiente tan bestia que, una vez terminado, ¡los trenes no podían subirla cargados! ¡UNOS GENIOS!
El túnel de Choum tiene una ingeniería perfecta, boca de piedra tallada, pero es ... completamente inútil. Me quedé mirándolo, riéndome incrédulo. El guía dijo que a veces lo usan pastores nómadas como refugio en tormentas de arena. ¡Al menos sirve para algo!
Tras las fotos de rigor, tocaba acercarnos a la frontera con el Sáhara Occidental. Allí nos espera otro secreto de Mauritania no siempre visitado.
Ben Amera, el segundo monolito más grande del mundo
Retrocedemos sobre nuestros pasos y justo cuando estamos pasando al lado de la estación de Chuom un gigante de hierro asoma por el horizonte...
Más de 5 minutos de tránsito de vagones y vagones y MÁS VAGONES (hay más de 200) que viajan vacíos dirección Zuaret, al norte, después de descargar en la costa. Es el Tren de Hierro de Mauritania que atraviesa el Sáhara, el famoso que tantas veces he visualizado en mis sueños. En este momento no me acuerdo ni de tobillo (que parece que el ibuprofeno ha anestesiado) ni del resto de la jornada.. solo puede verme allí arriba y me emociono. Y eso lo nota Leti y cualquiera...
Con ese momento de emoción, veinte minutos por terreno accidentado y llegamos a lo que Moma identificó como la frontera no oficial del Sahara Occidental. Ni señales, ni vallas, solo un cambio sutil en el paisaje y una parada obligada a 38 grados sin sombra
Con este pinchazo (o más bien reventón), ya van 3, además de varios encalles en la arena. Es una expedición y estas cosas forman parte de la aventura, así que mientras los conductores cambian con mucha soltura la rueda, el grupo aprovecha para jugar un partidete (con una pelota comprada en Atar -si, a 38 grados-) o a escuchar las explicaciones de Moma de la historia del conflicto del Sáhara Occidental, la retirada española, el muro de arena de 2.700 km que divide el territorio...
Ver esa "nada" que representa tanto políticamente fue impactante..
Un Inselberg en el Sáhara, Ben Amera: el segundo monolito más grande del mundo
Dejamos el túnel y la frontera "invisible" y pusimos rumbo a Ben Amera, el segundo monolito más grande del mundo (después de Uluru), un secreto bien guardado del Sahara. El paisaje se fue volviendo más rocoso y, de repente, ¡zas! Una mole gigantesca de granito surgiendo solitaria de la nada.
¡Es enorme!" Miles hacen cola en Uluru, y aquí tenemos este gigante casi para nosotros solos. Ben Amera es una mole de granito de unos 400 metros de altura. "¿Se puede subir? Técnicamente sí
Picnic con vistas en Ben Aicha o Aïsha
Sin embargo, nuestro destino no será Ben Amera sino otro monolito cercano llamado Ben Aicha o Aïsha, más pequeño pero también impresionante, ubicado a unos 4 km al oeste de Ben Amera, en pleno desierto del Sahara mauritano.
Hemos hecho picnic en medio del desierto, en campamentos, en el oasis de Terjit... en posiblemente algunos de los lugares más maravillosos que he disfrutado en mis viajes pero lo de este lugar es una locura. ¿Qué es esto?
El picnic, en un lugar tan privilegiado, fue una selección genial de platos fríos: ensalada fresca, huevos duros, queso local, atún, pan de Atar y fruta fresca. Y, claro, nuestro tradicional té. Pero lo más importante es que este será nuestro lugar de descanso para coger fuerzas para lo que nos espera a la noche. Y es importante cogerlas...
Bueno, para casi todos. Leti me propone coger un 4x4 e introducirnos en el Sáhara Occidental. ¿Quién puede rechazar algo así? Así nos adentramos en la nada, recorremos algunos kilómetros y acabamos conociendo una parte de este monolito que además fue el escenario de un proyecto artístico internacional en 1999 llamado "Projet Aïcha", donde escultores de todo el mundo esculpieron directamente en las rocas del entorno, creando un espacio cultural único en mitad del desierto.
Aunque este lugar esconde muchas más leyendas locales como la que dice que Ben Amera es representada como una mujer, mientras que Aicha es vista como su esposo. Ambos vivían juntos en armonía hasta que un conflicto surgió entre ellos. Nadie recuerda exactamente qué causó la disputa, pero fue tan grande que provocó su separación. Como resultado, las dos rocas quedaron distanciadas, cada una en su propio lugar en el desierto, condenadas a mirarse desde lejos pero sin poder reunirse jamás. Algunas versiones de la leyenda dicen que, en las noches de luna llena, el viento lleva sus susurros y lamentos a través del desierto, como si intentaran comunicarse a pesar de la distancia que los separa. Otros relatos afirman que las huellas en la arena cercanas a ambas rocas son las lágrimas que derraman por su eterna soledad.
Campamento cerca de la estación de Tmeimichatt
Llevo hablando de Choum todo el rato pero realmente donde acamparemos para esperar el mítico Tren de Hierro es cerca de la "Base de Tmeimichatt", una de las paradas menos conocidas del gigante de hierro que va desde las minas de Zouérat hasta el puerto de Nouadhibou. Así dejamos Ben Amera y vamos a donde nuestros cocineros ya tienen montada una pequeña haima para cocinar la cena, muy cerca de las vías.
¿Y por qué aquí? El motivo es importante. Ya no es posible subirse en Zuaret porque desde Noviembre de 2024 se han puesto las cosas muy tensas allí, las patrullas vigilan cualquier subida a los vagones de mineral y te remiten al tren de pasajeros. Realmente lo hacen en todas las estaciones pero Against The Compass EXPEDITIONS es de las pocas agencias que tienen un permiso firmado. ¡Y aquí estamos! Tobillo vendado y anestesiado. Nada impedirá que me suba a ese tren...
Leti me ha propuesto dejar al grupo instalándose y acercarnos a la estación para ver si hay alguna hora estimada de aparición del tren. Realmente puede aparece en cualquier momento y hay que estar atentos pero se suele hacer una pequeña donación al pueblo a cambio de información
Tmeimichatt (a veces escrito como Tmeïmichat o Tmeimichat) es una base o puesto intermedio en pleno desierto, que sirve como punto de embarque o descanso para pasajeros locales, pastores y viajeros que toman este tren de mercancías, convertido en uno de los transportes más extremos del mundo. Ahora mismo respira paz y poco más, porque no conseguimos demasiada información. Posiblemente en torno a las 2 de la mañana. ¿Quién sabe? Regresamos al campamento...
Del resto tengo vagos recuerdos. Un briefing con explicaciones de Leti reunidos en círculo, cenamos, nos pusimos en torno al fuego, preparamos las cosas dentro de unas bolsas de plástico (el resto se queda en los coches que irán por carretera) ... "¿Alguien más está terriblemente nervioso por lo de mañana?". La idea de 10-12 horas en un tren de mercancías empezaba a pesar ahora que estábamos al lado de las vías.
En ese momento cada uno buscamos nuestro espacio. Unos jugaban, otros seguían la charla en el fuego, otros se fueron a dormir a los coches y yo, junto a Antonio, me cogí una colchoneta y me alejé del grupo para intentar dormir unas horas. Dominaba el silencio expectante del desierto y, de vez en cuando, creía oír el retumbar lejano de las vías, aunque probablemente era solo mi imaginación jugando con los nervios. Era una noche de duermevela tensa, mezcla de cansancio y la adrenalina anticipada por subir a ese monstruo de hierro.
Isaac (y el grupo), desde Tmeimichatt (Mauritania)