¿Alguna vez he sentido cómo mi concepto de "infinito" se queda ridículamente pequeño? Eso fue exactamente lo que me ocurrió cuando, tras horas atravesando un paisaje aparentemente monótono, vi alzarse ante mí la imponente silueta de la gran duna de Azoueigua, un gigante de arena que domina el horizonte mauritano como un centinela dorado. Ese momento, ese primer encuentro con la duna más alta de Mauritania, quedará grabado en mi memoria como el instante en que el Sahara me mostró su verdadera magnitud y me hizo sentir gloriosamente insignificante.
Si eso no es poco, la experiencia de llegar en 4x4 a un campamento donde dormiremos bajo 1 millón de estrellas, a toda velocidad, ha sido brutal, incluyendo la parada clave en Akjoujt, un picnic en un lugar inesperado. Te cuento cómo fue acampar al pie de la duna, el espectáculo del cielo nocturno y las primeras sensaciones de la inmensidad sahariana.
- Ruta del día: Nuakchot - Akjoujt - Azoueiga
- Planificación y reservas con antelación
- Cómo llegar a la duna de Azoueigua desde Nouakchott
- Saliendo de Nuakchot y travesía por el desierto
- Picnic en Akjoujt, Un oasis de "sabor" en el desierto
- La duna de Azoueigua, la más alta de Mauritania
- La dura ascensión a la duna Azoueigua y la recompensa en su cima
- Campamento en Azouega, noche bajo las estrellas del Sahara
Ruta del día: Nuakchot - Akjoujt - Azoueiga
Planificación y reservas con antelación
LUGARES VISITADOS
🏨 RESERVAS ONLINE
En este viaje, por logística y optimización de tiempo, me voy con Leti Lagarda y el grupo de la extraordinaria agencia de Joan Torres, especializada en destinos insólitos y poco convencionales. OJO que llena los grupos con meses (a veces muchos) de antelación.
La ruta del día ha sido similar a ésta (Clic Google Maps)...
¿Cuáles son las opciones para llegar a Azoueiga desde Nuakchott?
Cómo llegar a la duna de Azoueigua desde Nouakchott
La duna Azouega se encuentra a aproximadamente 300 kilómetros al norte de Nouakchott donde llegamos hace dos días en aquel vuelo a Mauritania con Binter, lo que supone un viaje de unas 5-6 horas por carretera más un tramo final por pistas desérticas. Las opciones para llegar son limitadas:
- Vehículo 4x4 con guía: La única opción realmente viable y segura. Es imprescindible contar con conductores experimentados en terreno desértico y vehículos adecuados.
- Tour organizado: Lo que hicimos nosotros. Incluye todo lo necesario: transporte, comidas, guías que conocen el terreno y equipo de acampada.
💡 CONSEJO PRÁCTICO: Olvidaos de la idea de alquilar un coche y aventuraros por vuestra cuenta. El desierto mauritano no es lugar para improvisaciones, y desviarse ligeramente de la ruta puede convertirse en una situación de riesgo real. Además, en caso de avería, podéis acabar haciendo una audición no deseada para el remake de "Lawrence de Arabia".
Saliendo de Nuakchot y travesía por el desierto
Salimos de Nuakchot, capital de Mauritania (que conocimos ayer), con las primeras luces del alba, cuando la ciudad aún se desperezaba. Nuestros 5 vehículos 4x4 Toyota Land Cruiser (parece que no hay otra marca en África, ¿verdad?) van cargados hasta los topes: agua, comida, equipo de acampada y mochilas llenas de más protector solar que ropa. Uno de ellos irá siempre delante pues en él van cocineros y equipo de acampada. ¡La aventura sahariana empieza de verdad!
Los primeros kilómetros fueron para aprovisionar aquello que es del día (pan, frutas, ..), repostar gasolina y tomar rumbo por la carretera principal que sale hacia el norte. Un asfalto decente al principio, pero que poco a poco iba mostrando signos de fatiga, como si la modernidad fuera un espejismo que se desvanece a medida que te alejas de la capital.
El asfalto claudicando ante la arena... un buen presagio de lo que nos esperaba. Realmente, el estado de la carretera es directamente proporcional a la distancia de la capital, y eso lo vamos percibiendo en los primeros "pipi stop" del camino, entre controles de seguridad (que hay muchos en este área y, en general, en toda Mauritania, algo que ha hecho también que sea un país tan estable desde hace más de 2 décadas).
En estos momentos del viaje también nos damos cuenta que los subgrupos son inevitables y en un grupo tan internacional más. Los alemanes van en un coche y los españolitos también nos hemos unido este primer día, junto a Leti, para comenzar a conocerla un poco más. Vuelvo a repetirlo.. ¡pedazo de Tour Leader! También en una de las paradas en un mercadillo he comenzado a hacerme con las primeras monedas para mi colección y aquí son MUY BONITAS, con camellos como no podía ser de otra forma.
El paisaje muta rápidamente. Dejamos atrás los suburbios polvorientos para entrar en una estepa donde la vida se aferra con uñas y dientes. Arbustos espinosos y acacias retorcidas salpican el terreno, recordándonos la dureza del entorno. Y de repente, casi sin aviso, el verdadero desierto se desplega ante nosotros.
Una llanura de arena y grava infinita, solo rota por formaciones rocosas erosionadas por eones de viento. La ruta nos regaló paisajes casi marcianos. Extensiones infinitas de reg (desierto pedregoso) que se alternaban con mares de arena fina (erg) y pequeñas dunas, como ensayos de la naturaleza.
💡 CONSEJO PRÁCTICO: Para las travesías largas en coche por el desierto, los pañuelos o buffs son oro. Protegen del sol y el polvo, y humedecidos en el cuello, alivian el calorazo. ¡Ah! Y no dejéis de mirar por la ventana, el desierto cambia sutilmente y está lleno de detalles fascinantes...
Picnic en Akjoujt, Un oasis de "sabor" en el desierto
Hacia mediodía llegamos a Akjoujt, una pequeña localidad minera (cobre, principalmente) que es parada casi obligatoria en esta ruta aunque nosotros la obviamos para bajarnos del coche en medio de la nada con una mesa en la sombra que parecía un espejismo para nuestros ojos.. y nuestras barrigas
Al acabar de comer, hicimos nuestro primer "briefing" con Leti que nos contó un poco lo que haríamos hoy y mañana y también disfrutamos de nuestro primer té "dulce y amargo", un ritual social que es imprescindible entender en Mauritania y que hay que tomar al menos 3 veces. Y de ahí, al destino final del día, la imponente duna Azouega, estaba más cerca.
La duna de Azoueigua, la más alta de Mauritania
¿Hora de empezar el Rock&Roll? ¿Qué significa eso? ¡Qué vamos a surcar el desierto en la parte de atrás de nuestros 4x4 sintiendo la velocidad!
¡Ha sido espectacular! Una de las sensaciones más increíbles, mezcla de libertad y adrenalina que he sentido en tiempo. Sin reglas, sin cadenas .. con cierta dosis de "imprudencia necesaria". Los últimos kilómetros pura adrenalina. Abandonamos la pista y entramos de lleno en el erg (mar de dunas). Los 4x4 se balanceaban como barcos mientras los conductores demostraban su maestría sorteando arena, bajando pendientes a toda velocidad... ¡era como surfear con ruedas! Y de premio, una silueta dorada que comienza a dibujarse: la duna Azouega. ¡Imponente! Aunque no se si es más impresionante ver el que será nuestro campamento a sus pies
Parece ser que tiene unos 400 metros de altura, la duna más grande de Mauritania. A medida que nos acercábamos, su tamaño se volvía sobrecogedor, dominando todo el paisaje. Finalmente, llegamos al pie de Azouega. Bajamos del coche en silencio, abrumados por la magnitud de la duna bañada por la luz dorada del atardecer. Cada ondulación, cada sombra... parecía una obra de arte efímera creada por el viento. ¿Vamos para arriba?
"Tenéis una hora para intentar subir antes de que caiga la noche", dijo Leti. "Pero aviso: por cada paso que das hacia arriba, la arena te devuelve medio". El desafío estaba lanzado. ¿Quién se resistía?
La dura ascensión a la duna Azoueigua y la recompensa en su cima
¡Madre mía, qué subida! Resultó ser uno de los ejercicios más demandantes que recuerdo. Daba igual tu forma física, la arena te hundía, obligándote a un esfuerzo agotador. "¡Es como intentar subir por una cinta de correr al revés y cubierta de harina!"
A mitad de camino, algunos se rindieron y se sentaron a disfrutar de las vistas, que ya eran espectaculares. Otros, más cabezotas (o masoquistas), seguimos. Cada metro ganado ofrecía una panorámica más increíble del mar de dunas infinito.
Finalmente, llegamos a la cima. La satisfacción fue brutal, solo comparable al dolor de gemelos que tendríamos al día siguiente.
La vista indescriptible: kilómetros de dunas doradas cambiando de color con la luz, un espectáculo de luces y sombras que ninguna foto puede capturar.
"Vale la pena cada gota de sudor". ¡Es un privilegio! Consejo para la escalada: Aprendimos la lección: para subir dunas altas, ¡siempre en zigzag! Mucho más eficiente que ir a lo loco en línea recta.
Bajar fue otra historia: ¡infinitamente más rápido y divertido! Algunos bajamos corriendo, clavando talones, medio deslizándonos. Otros directamente se sentaron y se tiraron como en un tobogán, llegando abajo entre risas y cubiertos de arena hasta las cejas. ¡Pura adrenalina!
Campamento en Azouega, noche bajo las estrellas del Sahara
Mientras el sol se despedía tiñendo el cielo de rojos y púrpuras, el campamento montado y una charla agradable del grupo, una cocina completa surgía de la nada... ¡fascinante! Algunos hemos aprovechado para acercarnos a un pozo cercanos y pegarnos un buen baño (con agua más templada de lo que podíamos esperar y una temperatura ideal fuera).
La temperatura bajó bastante al caer la noche. ¡Menos mal que habíamos hecho caso y llevábamos algo de ropa abrigada! "¿Soy el único que trajo un polar al Sahara y se cuestionó su cordura esta mañana?" La cena alrededor de la hoguera fue otro festín inesperado: sopa caliente, pescado, tajine de cordero... delicioso. Comer bajo las estrellas le daba un sabor especial.
Después, té "social"y las historias del desierto del guía: nómadas, rutas comerciales, cómo se orientaban sus ancestros con las estrellas... y también la presencia de unas beduinas que se acercaron a vender algunos productos artesanales y turbantes para el desierto.
Pero lo más brutal fue el espectáculo del cielo estrellado. Todos decidimos sacar nuestras mosquiteras al exterior para dormir en pleno Sáhara, sin tienda de por medio. Al principio algo nublado pero sin contaminación lumínica, luego miles de estrellas brillaban con una intensidad increíble. La Vía Láctea cruzaba el cielo como un río de plata. ¡Mágico!
El silencio profundo del desierto por la noche era casi irreal, solo roto por el viento. Una experiencia única, sin duda. "
💡 CONSEJO PRÁCTICO - ACAMPADA DESIERTO: Imprescindible: ropa de abrigo (¡capas!), buen saco de dormir, linterna frontal.
Me dormí con una sonrisa, sabiendo que mañana nos esperan más aventuras, pero que este día, la travesía hasta la gran duna de Azoueigua, la más alta de Mauritania ya era uno de esos que se quedan grabados en estas bitácoras de viaje.
Isaac, desde Azouega (Mauritania)