Qué ver en Belém, barrio de los pasteles de Lisboa (y Tranvía 28)

Nuestro segundo día en esta maravillosa capital portuguesa lo pasaremos recorriendo uno de los barrios emblemáticos de la ciudad de Lisboa. Al barrio de Belém lo baña la brisa atlántica, los grandes monumentos y los barcos que surcan el Tajo y, aunque le hemos denominado el barrio de los pasteles de Lisboa de forma "cariñosa" (por el local Pastéis de Belém), los principales lugares que ver en Belém pasan por su Torre, su Monumento a los Descubrimientos y, muy especialmente, por el Monasterio de los Jerónimos.

Además de visitar estos grandes protagonistas de Lisboa, la tarde la hemos reservado para llevar a cabo una experiencia imprescindible si viajas a esta ciudad. Es más, tu viaje a Lisboa no estaría completo sin ella. Hablamos de subirte al Tranvía número 28 en un paseo mítico que no te puedes perder. ¿Empezamos?

Que ver en Belém, el barrio situado en la ribera del Tajo

Con esa idea inicial de regresar en tranvía, planteamos la visita a Belém para intentar llegar pronto (en la medida que te lo permite una pequeñaja -¿dónde quedaron aquellos madrugones nuestros? jaja-) y realizar una ruta similar a la siguiente (tenéis todos en Mapa de Lisboa con planos en detalle para tu viaje)...

No obstante, teníamos la intención de acercarnos a comer cerca del Puente 25 de Abril 2 en un lugar llamado LX Factory al que le teníamos ¡MUCHISIMAS GANAS! Se trata de un recinto industrial histórico restaurado con espacios artísticos y restaurantes singulares que hay que ir si o si. En nuestro caso ya veréis lo que pasó pero apuntadlo para vuestro viaje.

El Monasterio de los Jerónimos, la "estrella" de Belém

El primer punto del día, al que decidimos llegar en taxi (11 EUR) para aprovechar bien la mañana y con la intención de volver en tranvía, no podía ser otro que el protagonista indiscutible del barrio de Belem y de Lisboa en general, el Monasterio de los Jerónimos 1 

Declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1983 fue fundado en 1501 para celebrar el descubrimiento de la ruta marítima a la India de Vasco de Gama, de hecho su construcción estuvo financiada con los impuestos que habían recaudado en las colonias. Supone uno de los ejemplos más importantes de arquitectura manuelina de Portugal.

Sus inquilinos eran los monjes de la orden de San Jerónimo, de ahí su nombre, cuya tarea durante décadas era consolar a los marineros y rezar por el rey. Con el fin de esta congregación en 1833, el monasterio pasó a ser una escuela y orfanato hasta 1940.

A mayores de su fantástica fachada de 300 metros de largo, tiene partes indispensables en tu visita que no te puedes perder y que te listamos a continuación (Oli, apunta bien).

Claustro

Una de las partes más llamativas y preciosas de todo el monasterio. Su estilo manuelino le confiere infinidad de detalles, marítimos y de navegación entre otros, en los diferentes elementos que lo componen: arcos, columnas, torres, mezclados con símbolos de la época como la cruz de la orden militar, las gárgolas y bestias fantásticas.

¿Y ahora nos hemos vuelto expertos en arquitectura? Pues no, es información del folleto, para que engañaros. El estilo manuelino, para los no entendidos como nosotros, viene a ser una variación portuguesa del estilo gótico combinado con el arte luso-morisco que llaman o mudéjar.

Iglesia de Santa María de Belém

Por la entrada principal del monasterio conocida como Portada del Mediodía, la que mira al Tajo, accedemos a esta magnífica iglesia del mismo estilo que, junto con la fachada del monasterio y el claustro, es una pieza clave de toda visita. Esta construcción está compuesta por una planta de cruz latina y una nave central dividida en tres partes, donde la imagen de Nuestra Señora de Belém preside la entrada considerada principal. Desde el coro superior hay unas vistas excelentes de la iglesia y, como puntilla comentar que las filas de asientos son las primeras tallas renacentistas portuguesas.

Otros destacados que complementan este magnífico Monasterio serían la sala capitular donde relieves de San Jerónimo y San Bernardo rodean la puerta de esta sala del siglo XVI que contiene la tumba del historiador Alexandre Herculano, el refectorio donde encontrar murales de azulejos que reflejan escenas del milagro de los panes y los peces o de la vida de José o las tumbas de personajes históricos como el navegante Vasco da Gama o el poeta Luís Vaz de Camoes.

Así casi sin querer, hemos pasado parte de la mañana. El día invitaba a hacerlo y además el escenario era perfecto para disfrutar de un descanso antes de seguir a nuestro siguiente punto, el más dulce de nuestro recorrido.

El Monasterio de los Jerónimos impresionan y mucho, es un imprescindible en tu visita a Lisboa aunque no cuentes con mucho tiempo y si tienes la suerte de disfrutarlo con buen día ya no puedes pedir más.

Pastéis de Belém, la cafetería-pastelería de los más famosos dulces portugueses

Antes os adelantábamos nuestra siguiente parada y esa no podía ser otra que la famosísima Pastelería de Belém (x2) de donde proceden los pasteles que llevan el mismo nombre. famosos en el mundo entero.

Todos los dulces y pasteles de Lisboa (y en general Portugal) son para destacar pero si hay que mencionar solo uno, los del barrio de Belém son la opción. A "dos pasos" literales del Monasterio se encuentra la Antiga Confeitaria de Belém, con los que dicen ser los mejores pastelitos de crema de toda la ciudad, bien horneados, para que resulten crujientes, acompañados con un acabado de canela.

Eso si, nota mental, acercarse cuando abren porque acercándose el mediodía ya las colas son considerables

Torre de Belém, otro símbolo de la ciudad de Lisboa (y vinito y jamón)

¿Próxima parada? La Torre de Belém 3, una fortaleza Patrimonio de la Humanidad que representa la era de los descubrimientos. Diseñada en 1515 es todo un símbolo de la ciudad, con numerosos detalles manuelinos (si si, el que os contábamos antes), tiene unas vistas únicas desde "su cima". Su original forma de pieza de ajedrez ejercía una función defensiva del puerto de Lisboa. Una de sus características más enigmaticas y que suele pasar desapercibida es "el rinoceronte oculto". Abre de martes a domingo de 10 a 17:30, de mayo a septiembre cierra a las 18:30, los lunes está cerrado. Haremos un artículo detallado próximamente pues lo merece.

Otra parte muy importante que ver en cualquier barrio, y en Belém no iba a ser una excepción, son sus lugares de picoteo o tapeo o bien restaurantes para saborear, si es posible, algo de la gastronomía típica de la región que estás visitando. Aprovechando que nos toca hacer la comida de la pequeña Olivia (y ya nos ponía ojitos), eso hemos hecho y así también descansar de tanto "pateo", degustando un vinito con un poco de jamón y quesos locales (27 EUR) en la terraza de un lugar llamado Vella Latina que nos ha encantado.

Ha sido comer, y caer redonda dormida en la silla. La siesta no la perdona, así que aprovechando nos dirigimos a otro de los imprescindibles de Belém, muy cerquita de la Torre de Belém, Padrao dos Descobrimentos o Monumento de los Descubrimientos 4 ...

Este monumento se inauguró en 1960, bajo la dictadura de Salazar, con motivo del 500 aniversario de la muerte de Enrique el Navegante, uno de los grandes descubridores de Portugal. De 52 metros de altura, está decorada con figuras de portugueses ilustres de la era de los descubrimientos como Vasco da Gama, Fernando de Magallanes o el propio Enrique el Navegante que miran al Tajo como así había sido en su época. A su lado una rosa de los vientos, donde ver las rutas y años en las que tuvieron lugar.

A su mirador 360º sobre el río se puede acceder en ascensor o subiendo los 267 escalones que tiene. Puedes visitarlo de martes a domingo de 10 a 18 (de mayo a septiembre cierra a las 19), los lunes está cerrado.

OTROS IMPRESCINDIBLES DEL BARRIO DE BELÉM:

- Museo Nacional de Arqueología: Ubicado dentro del Monasterio de los Jerónimos, se encuentra la colección más importante de arqueología de Portugal con piezas que van desde la Prehistória a la Edad Media.

- Museo Nacional dos Coches: Donde poder contemplar una importante colección de carruajes de los siglos XVII, XVIII y XIX, entre paredes estucadas y frescos reales.
- Museo Colección Berardo: Una fantástica galería donde se dan cita el dadaísmo, minimalismo, el arte cinético o el surrealismo. Diferentes autores se dan cita aqui en una colección que recorre el arte moderno y contemporáneo de 1960 a 2010.
- Jardín Botánico Tropical: Repletos de cientos de especies tropicales desde palmeras datileras hasta mini pagodas o un pequeño arrollo.

Con el Monumento a los Descubrimientos damos por finalizada nuestra mañana pero se nos ha hecho más tarde de lo que pensábamos y la idea de ir a comer al LX Factory nos queda lejos así que hemos buscado un lugar por aquí para pegarnos un pequeño homenaje celebrando "cositas personales" (jaja). El elegido ha sido el restaurante panorámico Mensagem que disponía de un brunch no muy económico pero si muy variado (78 EUR) donde hemos hecho comida-merienda, jaja.

Para la tarde teníamos planeado coger el tranvía, toda una experiencia en si misma, y recorrer las pintorescas calles de esta preciosa ciudad subiendo y bajando sus empinadas cuestas desde dentro, pero al estar tan lejos de la primera parada a la que pensábamos ir andando, nos toco improvisar y coger un uber (7 EUR) que nos llevase hasta el lugar donde iniciaríamos la segunda parte del día.

El objetivo era la preciosa Basílica de la Estrella donde se sitúa la primera (o última) parada de nuestro nuevo transporte.

Ruta turística en el Tranvía 28 por Lisboa

Todos asociamos Lisboa a los tranvías... o al menos nosotros siempre lo hemos hecho. Quizás es por ello que algo que no queríamos que faltase en este viaje con Oli era el famoso "viaje turístico" del Tranvía nº 28 (6 EUR) para tener una perspectiva diferente. Y aquí estamos, en La Basílica de la Estrella, una de esas joyas que no se pueden ubicar en los mapas pero que ya mencionábamos en nuestro primer listado de 101 cosas que hacer en Lisboa (más allá de las guías)

Esta iglesia neoclásica (con algunos elementos barrocos), conocida como la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, se acabó de construir en 1790 cuyo origen se debe al deseo de la reina Doña María I para agradecer el haber tenido un hijo barón. Su cúpula, curvilínea y blanca, hace de ella uno de los más importantes edificios religiosos de Lisboa. Decorada en su interior con mármoles blancos y rosados, al entrar la luz hace un efecto sorprendente que hace todo un atractivo su visita.

La Basílica de la Estrella suponía nuestro último punto de la ruta de hoy pero también el inicio de ese paseo en uno de los elementos más importantes que caracterizan a esta preciosa ciudad portuguesa. De igual modo que no se entiende una ciudad como Londres sin sus autobuses de dos pisos, tampoco se entendería Lisboa sin sus tranvías que van más allá que una simple forma de desplazarse. Además, como si lo hubiéramos hecho aposta, casi podíamos hacer toda la línea porque nuestro alojamiento en la parte alta de la ciudad, el Fenicius Charme Hotel, estaba poco antes del final del trayecto en Martim Moniz

Esta excursión en el Tranvía 28 se acaba convirtiendo en el mejor tour para conocer la ciudad, además de intuir un poco de la vida cotidiana que tenía lugar en el siglo XIX. Sao Bento, Luis de Camoes, Catedral, Portas do Sol, miradores y Alfama hacia arriba... ¿Y por qué cogerlo en Estrela? Desde las 9.30 o 10, horario en que se empiezan a acumular los turistas, hasta las 18 o 18.30, es casi imposible poder acceder a un lugar en el Tranvía si no es de pie. Eso con una peque y una sillita resulta utópico. Sin embargo, si lo haces en el inicio del trayecto y más alejado de las zonas céntricas, .. ¡todo es posible! (y Oli no se lo iba a perder)

Por cierto, ilusiones viajeras de esas que nos vamos encontrando por el mundo (igual que nos pasara cuando nos reconocieron en Venecia, Nueva York, Sudán, Uzbekistán, Japón, Oporto, Irán o Bulgaria -wow, se dice pronto-), estando dentro del vehículo se acerca un chico a nosotros y nos reconoce. Además simpatiquísimo y todo un viajero. Hasta se baja a ayudarnos en nuestra parada. Un abrazote muy fuerte y que volvamos a coincidir..

¿Qué os ha parecido este recorrido por los mejor que ver en Belém, uno de los barrios más característicos de la capital portuguesa? Seguro que se nos han quedado un montón de cosas que ver en el tintero pero los días tienen horas finitas y a veces hay que prescindir de algunas en favor de otras. Hoy si además estamos KO, así que después de tomarnos unos riquísimos zumos,(7 EUR) y una parada en el super para prepararnos algo de cena (9 EUR) ya en "casa", hemos caído rendidos. ¡Mañana más! ¿Verdad Oli?

Isaac, Paula y Oli, desde Lisboa (Portugal)

GASTOS DEL DÍA: 175.00 EUR