Mi gran boda italiana, que no griega, es un artículo cargado de sentimiento apto para el público general. Si quieres saber qué nace de la mezcla explosiva italianos-españoles en un evento de este tipo, estás buscando ideas para bodas para tu día especial o simplemente quieres algo muy “chaveta”… ¡prepárate!
Cuando Giuseppe y yo nos conocimos jamás habríamos imaginado que nuestras vidas se unirían en un momento así. Mi hermano, desde ese día más conocido en la costa adriática como el fratello bello, no nos podría haber definido mejor como pareja cuando en el discurso que nos dedicó durante la ceremonia (gracias hermanito) destacó nuestra autenticidad como personas. Por eso nuestra boda no podía ser otra cosa que algo auténtico. Nada de postureos ni qué me pongo. Cada uno a su aire en un ambiente relajado en el que confluyeron las vidas de muchas personas a las que realmente queremos y que decidieron celebrar el clímax de estos siete años juntos.
Preparativos e ideas para bodas originales
Las comunicaciones a través de lata de sardinas y puzle dejaron a más de uno estupefacto y fueron reutilizadas como macetero para plantas, cajita porta-todo-lo-que-me-dejo-por-ahí e incluso pasaron a mejor vida enmarcadas como recuerdo entrañable. Si queréis las vuestras originales o simplemente bonitas, os recomiendo que las hagáis con tiempo, es un detalle que la gente aprecia, que la inviten con unas buenas ideas para bodas y una sonrisa.
El tema personalizado no podía ser otro que “Volare”, pues los sueños vuelan y estamos seguros de que no hay mejor motivo para mantener a una pareja viva que el “cantare” de todos los días. Por ello, siempre le agradeceremos a Rocío su dedicación a las 100 cajitas musicales con esta melodía especial. Una persona atenta y profesional que encontré saltando de página en página web y que consiguió materializar la idea de Giuseppe del carrillón musical como regalito para los invitados (¿qué mejor idea para bodas originales?) ¡Hay que reconocer que son estupendas! Si queréis un regalito para alguien único de esos que nunca se olvidan os aconsejo que entréis en esdemusica. Volamos también con los anillos. Las alianzas son un clásico que se puede siempre actualizar ¿Cómo? Pues poniéndoles un mensaje significativo. La chica de la joyería casi se desmaya cuando le dijimos lo que queríamos grabarles “Volare oh oh” en la mía y “Cantare oh oh oh oh” en la de Giuseppe. Nada de nombres ni fecha… ¡Oh Dios mío! ¡Bienvenidos a Italia! Un país tradicional por excelencia.
La decoración y los nombres también muy airosos: nube, anduriña, globo, cometa, cielo… con sus dibujos creación de nuestra amiga Claire Pierce, con un toque muy coqueto. Mil gracias a mis floristas de Tiffany, Marcella y Valentina que consiguieron que volaran muchas cosas como tarritos de cristal con flores y flotaran muchas otras como velitas de mil colores, y a las que volví un poco locas durante unos meses. Ellas supieron interpretar a la perfección mis gustos y darles un aire informal y delicado que yo, como cual flor espontánea, no habría conseguido ni por asomo. Para el tableau casi improvisado vi la luz last-minute con unas jaulas y adornos de cristal que se convirtieron en un árbol precioso con los nombres de las mesas e invitados colgados. Yo misma hice las tarjetas por ordenador y quedó de perlas. Recomiendo que, si os apetece, probéis a idear esta parte porque se pueden hacer cosas verdaderamente chulas y os queda el buen sabor de boca al haberlas creado vosotros mismos.
Otro pequeño truquito, si no queréis que los invitados jueguen a la diana con vosotros y el arroz, que a kilos bien valdría para dos o tres ricas paellitas, es el detalle de las pompas de jabón. Tiene el riesgo del patinaje sobre hielo pero tanto niños como adultos se divierten un montón y crea un ambiente estupendo. Apuntadlo en vuestra libreta de ideas para bodas.
En cuanto al vestido, ¿qué decir? Me enamoré del mío a primera vista. Es verdad lo que dicen de que vestido para una novia solo hay uno. Luego lo personalizas a tu manera. Creo que los complementos pueden ser una forma de expresarte. Para mí los zapatos de color lila (aunque con muchas opiniones en contra) eran fundamentales. La sombrilla y los pendientes de “gitanita”, como siempre me han gustado, me hicieron sentirme yo misma. Luego, el novio “guapete” también ayuda, por supuesto.
Para la “location” la opción de ceremonia en el jardín en el mes de junio nos enamoró desde el principio. Yo soy de esas personas que me dejo llevar por los feelings así que cuando vi Villa San Lazzaro no dudé ni un momento. Está en una colina típica de la región y al fondo se ve la montaña de Ascoli. Prometía un atardecer de ensueño y teníamos muy cerca un campo de girasoles y el pueblo de Offida, donde habíamos vivido hacía algún tiempo y donde la fotógrafo nos inmortalizó con imágenes estupendas.
¡Julieta, tírame la trenza!
Y es que Giuseppe no escatimó esfuerzos a la hora de prepararme una bella serenata. Con un repertorio bastante “vintage” para nuestra generación y un poco de ayuda, consiguió, con el telón de Roma de fondo y las colinas de Le Marche, arrancar las lágrimas del más escéptico en una noche estival idílica, culminando con un “Sapore di Mare” y fuegos de artificio. Entre los cantantes no faltó mi padre con la nana en euskera que le cantaron sus amigos mi primer día de vida o “Il Mondo” de nuestro querido amigo Diego con dicción perfecta en italiano. Aperitivo casero y melodías, en una noche sorpresa made in Italy.
Churrascada en el jardín VS algo más…
No recordamos cuándo fue el momento en el que, dentro de las ideas para bodas originales que teníamos, la churrascada en el jardín en casa de mis padres se nos escapó de las manos y se transformó en ceremonia, cena y baile hasta el amanecer en una colina italiana. Todavía no nos acordamos de cómo fue surgiendo. Llamamos a nuestro animador, al alcalde, al restaurante, al alojamiento ...
Fue entonces cuando el monstruo poco a poco cobró vida… Al final, es una vez en la vida… ¿o no?
Lo que hay que reconocer es que el alma de la fiesta fueron nuestros invitados a los que estaremos eternamente agradecidos por venir desde tan lejos, por los inolvidables momentos compartidos. Tanto italianos como españoles, algún que otro finlandés, escocés, familiares, padres, madres, amigos de una vida, amigos especiales, compañeros de trabajo…
..todos nos acompañaron en estas emociones desde los primeros cánticos de la serenata hasta los últimos bailes desenfrenados de la madrugada.
Gracias a los que entre una vuelta a Roma, un baño en el Adriático o una visita relámpago de 24 horas estuvieron allí para disfrutar con nosotros y poder recordarlo.
A las 12 de la mañana del día siguiente… te quitas el vestido, los zapatos. Te das cuenta de que sigues siendo Cenicienta... Porque lo importante, más allá de todas las ideas para bodas que se te hayan ocurrido, es el momento feliz, es ese momento especial de esta vida que se esfuma, que hay que vivir de manera intensa porque es única. Esa es la esencia de “nuestra” gran boda italiana.
Miriam (y Giuseppe), los Chavetas "Benjamines" 😉
